Confinado en su colectividad rural en los bosques de Collserola, en la periferia de Barcelona, nos atiende por teleconferencia Marc Gavaldà, profesor de ecología política en la Universidad Autónoma de Barcelona, activista y director del nuevo documental Punta de Lanza, que se estrena a fines de abril en la Muestra de Cine Latinoamericano CineBaix.
– En pleno confinamiento planetario estrenan un nuevo documental sobre la Amazonía. ¿De qué va Punta de lanza?
Este documental pretende reflexionar sobre las aristas del progreso en la región amazónica. En los últimos años, los gobiernos de los países que comparten la cuenca han proyectado grandes expectativas en base a la construcción de infraestructuras que facilitarán multiplicar el saqueo de recursos. La percepción de estos proyectos entre la población difiere dependiendo de los modelos productivos en los que se sustentan.
– ¿A qué te refieres?
Bien, en Bolivia se ha conformado una matriz económica con formato extractivista, que busca ampliar la frontera agrícola y minera selva adentro. Esto impulsa al mercadeo de tierras y la colonización para deforestar los bosques y vender madera primero y luego carne vacuna. Existen compromisos de exportación al respecto con China y Rusia que obligan a ampliar la cabaña ganadera. Por otro lado, los pueblos indígenas se aferran a sus territorios para preservar los recursos naturales que saben explotar en un modo de manejo que conserva las estructuras forestales y los ríos. Esta es la confrontación más visible.
– ¿Qué región de Bolivia han documentado?
– El eje de rodaje trató de seguir el trazado de un nuevo proyecto carretero, el Corredor Norteamazónico, que pretende unir la ciudad de La Paz, con el departamento del Pando y Brasil. Es un proyecto que se enmarca en la Iniciativa de Integracion Regional Andina (IIRSA-Cosiplan), destinado a cruzar el continente del Atlántico al Pacífico para facilitar el transporte de mercancías.
Nuestro viaje recorrió los departamentos de La Paz, Beni y Pando, ingresando en el Parque Nacional Madidi y los territorios indígenas Tacana 1 y Tacana 2.
Foto: Adamo Diego
– ¿Cómo fue la recepción por parte del pueblo indígena Tacana?
– Mi conexión con el pueblo Tacana viene de lejos. Ya en el año 2000 tuve la oportunidad de vivir unos meses en Tumupasa, el corazón de su territorio. Ahí se crearon lazos de amistad con algunas familias que he seguido cultivando hasta hoy. A pesar de las amenazas que afectan sus territorios, el pueblo Tacana mantiene la identidad y la cultura relativamente vivas y se organiza para defender sus derechos. Nuestra entrada en sus territorios fue escrupulosa. Primero consultábamos a sus organizaciones, luego presentábamos nuestras intenciones a toda la comunidad. También organizamos proyecciones de cine documental en los lugares donde grabábamos. Era una manera de hacer conocer nuestros trabajos anteriores y crear complicidades con el proyecto.
– ¿Qué amenazas afectan a los territorios indígenas de esa región?
– La región del norte amazónico boliviano es una de las áreas de altísima biodiversidad mundial más bien conservadas, pero enfrenta hoy día serias amenazas. La mencionada carretera y la apertura de accesos facilita el ingreso de actividades extractivas por parte de actividades ajenas al territorio. Por otro lado, en esta visión de progreso que implementa el gobierno central, se ha construido un ingenio azucarero que pretende imponer un cambio de usos del suelo por la necesidad de monocultivos de caña. También existe un proyecto aberrante de construir dos mega-represas en el río Beni que desplazarían a decenas de comunidades ribereñas de los pueblos Tacana, Chimán y Mosetén. Y el petróleo…
– ¿Encontraron petróleo en Amazonía de Bolivia?
– Hay una volutas política de avanzar la exploración petrolera en áreas no tradicionales. El gobierno presume de unos datos facilitados por una consultora francesa que indican la posible existencia de una bolsa de gas de varios trillones de metros cúbicos en la cuenca del río Madre de Dios. En 2016 se realizó una campaña de exploración sísmica donde abrieron más de 1.000 kilómetros de líneas para explorar hidrocarburos. Estos trabajos se iniciaron sin consultar a los pueblos afectados, los Araona, Tacana y Cavineño. Peor aún en los trabajos se encontraron pueblos en aislamiento voluntario.
– ¿Existen en Bolivia pueblos en aislamiento?
– Desde hace una década se habla del pueblo Toromona, en las cabeceras del Alto Madidi, incluso se reservó un área intangible para protegerlos. Sin embargo, en los últimos años, el avance de las fronteras extractivas para implementar nuevos proyectos, ha hecho visibles pueblos que se habían refugiado en las entrañas de la selva. El documental habla de dos casos, que involucran los trabajos de estudio previo de la represa del Chepete y la exploración sísmica de YPFB en la cuenca del Madre de Dios, pero existen referencias orales de otros pueblos.
– Este panorama que describes no es muy optimista. ¿Existe todavía esperanza en los pueblos amazónicos que participan en el documental?
– Esperanza y determinación. No olvidemos que estos pueblos ya han sobrevivido a siglos de explotación. La fiebre del caucho hizo mucho daño a los pueblos amazónicos, pero un siglo después, todavía conservan su identidad. Claro que existe una migración de los jóvenes a la ciudad y muchos valores culturales, como la lengua- se pierde con los abuelos y abuelas que mueren. Sus formas de vida, arraigadas en el territorio se ven amenazadas por el avance del extractivismo. Pero una generación de jóvenes ingresa a las organizaciones con aliento y se organizan redes de resistencia y apoyo mutuo entre pueblos afectados por diferentes proyectos. Son tiempos donde toca resistir y consolidar los territorios.
– ¿Qué luchas destacas de los pueblos amazónicos?
– En toda la cuenca amazónica cientos de pueblos resisten en diferentes grados de organización para custodiar sus territorios del avance del extractivismo. La gran propuesta de estos pueblos es que apuestan por un modelo de vida basado en valores externos al capitalismo. Creo que en un momento histórico planetario de emergencia climática, estos modelos endógenos de desarrollo son una gran aportación, y debemos apoyar a consolidar y fortalecer, antes de que la embestida cultural asociada a una sociedad del espectáculo y del consumo barra estas culturas para siempre. Son muy emblemáticos los discursos y prácticas de autonomía indígena de los pueblos del Cauca y del movimiento zapatista, por ejemplo. Pero también la resistencia digna de los pueblos del TIPNIS, de los Huampis en Perú o los Huaorani en Ecuador. O los pueblos de la cuenca del río Marañon, en Perú, que han sufrido décadas de contaminación y su salud ambiental ha sido muy perjudicada. En 2016 ejecutaron un bloqueo en Saramurillo para que el estado se involucre en la remediación ambiental y se detenga la impunidad en los vertidos.
– Justo este tema lo trata el documental Lágrimas de aceite, ¿cierto?
– Correcto, en 2016 hubo al menos 8 roturas del Oleoducto NorPeruano en el río y afluentes del Marañón. Fuimos meses más tarde a recorrer todo el cauce de esta arteria fluvial, rescatando testimonios en las comunidades intoxicadas por el consumo de agua y pescado manchado de petróleo. Lágrimas de Aceite denuncia un sistema de impunidad ambiental institucionalizada que deja a las poblaciones enfermas y desprotegidas cuando el petróleo empieza a fluir por los ríos que son su sustento vital.
– Bueno, cuéntanos un poco del colectivo Alerta Amazónica y sus objetivos.
– El colectivo Alerta Amazónica se formó en 2012, a raíz de un primer documental con ese nombre en la cuenca del Bajo Urubamba, en Perú. Queríamos establecer la conexión entre el consumidor de gas en el Estado Español y los impactos que genera su extracción en la Amazonía. El hilo que los conectaba es Repsol, una empresa que arrastra un historial nefasto de pasivos ambientales. En Camisea, descubrimos la huella que imprime sobre la cultura y el territorio de las comunidades nativas y el acorralamiento a pueblos en aislamiento voluntario o contacto inicial como los Nahua, Nantis i Kakintes.
La experiencia nos motivó a seguir documentando conflictos ambientales donde los pueblos indígenas amazónicos luchan en clara desventaja. Nuestra aportación, intenta pues acercar realidades que las distancias y las estrategias de comunicación corporativa logran ocultar. Dar voz a los pueblos amazónicos es, en resumen, nuestro objetivo principal. Recomendamos pues, visionar nuestros trabajos que son de libre acceso.
– ¿Donde se podrá ver Punta de lanza?
– Originalmente habíamos organizado un estreno mundial en paralelo en los territorios Tacana 1 y Tacana 2. Lamentablemente la crisis de Covid-19 obligó a postergarlo. Entre el 23 de abril y 3 de mayo estará visible en la Muestra de Cine Latinoamericano Cinebaix.cat y próximamente en otros festivales. A parte, invitamos a plataformas y organizaciones que puedan organizar presentaciones en linea y también presenciales, cuando nos desconfinen.
Ver trailer: https://www.youtube.com/watch?v=qFpemLL8zCA&t=5s
Ver Punta de Lanza en la Mostra de Cine Latinoamericano Cinebaix (hasta 3 de mayo 2020): http://mostra.cinebaix.cat/pellicula/punta-de-lanza