Entre las lecciones que deja la pandemia causada por la covid-19 en Cuba está el potencial de iniciativas ciudadanas y emprendimientos comunitarios para el bienestar social.
«Los primeros días fueron horribles, imagínate tú rogándole a Dios santísimo que se acabe toda esta pandemia, porque está acabando con el mundo entero», recuerda María García Solera.
A esta adulta mayor de 70 años de edad, la covid-19 no le cambió mucho la vida, entre otras razonas, «gracias a la ayuda del proyecto Afroatenas y su coordinador general Yoelkis Torres», refiere.
El Proyecto de Integración, Intervención y Transformación Sociocultural AfroAtenas, tiene su sede en la barriada Pueblo Nuevo, en la ciudad de Matanzas, a 104 km de La Habana. Desde 2009 esta iniciativa apuesta por la transformación de esa comunidad, alejada del centro histórico de la ciudad e invadida durante años por un basurero.
Desde el arribo de la covid-19 a la nación del Caribe, el equipo gestor de AfroAtenas emprendió acciones para apoyar a la comunidad a partir de su conocimiento de los grupos vulnerables vinculados al proyecto.
«Determinamos ayudar a mujeres víctimas de violencia que habíamos identificado junto al proyecto Soy luna, la Plataforma Yo sí te creo y personas que viven con el VIH-sida en articulación con el Centro Provincial de prevención de ITS VIH-sida», cuenta a SEMlac Yoelkis Torres.
«Incluimos ancianos que viven solos y con diferentes enfermedades asociadas a la edad o con limitaciones de movilidad producto de alguna discapacidad, así como a menores con discapacidad intelectual que participan en nuestra experiencia comunitaria En las alas de un colibrí y una niña con huesos de cristal», agrega el coordinador general de AfroAtenas.
Aproximadamente un centenar de personas recibieron apoyos con insumos de limpieza, alimentos y libros, para también cuidar la salud mental. Desde principios de la pandemia, medios locales reconocieron el trabajo del proyecto y la donación de 300 nasobucos a la comunidad.
«Cuando supe de la enfermedad, me sentí muy mal. Como soy paciente de VIH me preocupé, porque ¿te imaginas otra enfermedad arriba de uno?», comenta Hanoi Rubio, de 38 años de edad, una de las personas beneficiadas con la iniciativa solidaria.
La experiencia de AfroAtenas deja como aprendizajes del trabajo coordinado, el valor de los diagnósticos y el conocimiento de la comunidad, sus fortalezas y debilidades. Otro aspecto que tuvieron en cuenta fue el autocuidado de los integrantes del grupo gestor y su familia.
«A partir de los propios diagnósticos ya teníamos un avance de a quiénes atender y cómo hacerlo, de acuerdo con sus propias necesidades. Comenzamos a trazar estrategias dentro de los grupos gestores del proyecto para poder llegar a estas familias e incluso a las propias familias del grupo gestor», cuenta Torres a SEMlac.
El enfrentamiento a la emergencia sanitaria no detuvo el programa de actividades de Afroatenas y las acciones de su campaña Todos los derechos para todas las personas.
«Durante todos los jueves y hasta el 28 de junio se estuvieron celebrando peñas por la diversidad sexual con temas de promoción de la salud, sobre derechos humanos, transformismo y transexualidad. Llevamos las acciones a nuestras redes sociales en el espacio virtual«, refiere el coordinador general del proyecto.
A esta iniciativa la distingue la integración de la equidad social, la cultura y las tradiciones, el cuidado del medio ambiente y la lucha por los derechos de las personas LGBTIQ.
Muralismo, actividades culturales, talleres de formación, conservación y promoción de tradiciones culturales y religiosas, investigación social y activismo en defensa de los derechos humanos son algunas de las propuestas más visibles del proyecto, que ahora repiensa estrategias para continuar el trabajo en medio de la pandemia.
«Existen retos grandísimos, sobre todo para la población, pues estamos en una situación inédita. Pero, a pesar de que continúa la enfermedad, deberíamos trazar nuevas estrategias para estos momentos. La pandemia va a durar, yo me imagino que hasta 2021, y el reto es cuidarnos y seguir desarrollando estas líneas de trabajo guiados por el principio de solidaridad que caracteriza el trabajo comunitario», reflexiona Torres.