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La dialéctica del Che como arma de la juventud

Fuentes: Rebelión

“La Unión de Jóvenes Comunistas alza sus símbolos, que son los símbolos de todo el pueblo de Cuba: el estudio, el trabajo y el fusil […] en esta hora de construcción febril, de preparativos constantes para la defensa del país […] tiene que definirse con una sola palabra: vanguardia. Ustedes, compañeros, deben ser la vanguardia de todos los movimientos. Los primeros en estar dispuestos para los sacrificios que la Revolución demande, cualquiera que sea la índole de esos sacrificios. Los primeros en el trabajo. Los primeros en el estudio. Los primeros en la defensa del país. […] La juventud tiene que crear. Una juventud que no crea es una anomalía, realmente. Y a la Unión de Jóvenes Comunistas le ha faltado un poco de espíritu creador. Ha sido a través de su dirigencia, demasiado dócil, demasiado respetuosa y poco decidida a plantearse problemas propios”.

Che Guevara: Qué debe ser un joven comunista, 1962

  1. PRESENTACIÓN
  2. DIALÉCTICA
  3. ESTUDIO
  4. TRABAJO
  5. DEFENSA
  6. CREATIVIDAD

1.- PRESENTACIÓN

Compañeras y compañeros del movimiento juvenil del Colectivo Alexis Vive, tenéis aquí la transcripción de lo expuesto en los videos que os he enviado. Antes que nada, os agradezco que me hayáis dado la oportunidad de, aunque a distancia, colaborar con vuestra lucha por la Revolución Bolivariana. La Comuna Panal 2021 de la parroquia 23 de Enero, como ya se la conoce internacionalmente, es un ejemplo de creatividad popular, de exploración y desarrollo del enorme potencial emancipador que el pueblo comunero genera en su auto de organización diaria. Como veremos, la Comuna Panal 2021 y en especial su juventud, es un ejemplo de dialéctica, es decir, de opción diaria por la libertad en medio de muy duros conflictos en los que nos jugamos la vida.

Me permitiréis que haya escogido al Che para nos sirva de compañero en este tema, y en todos. Lo he hecho por, al menos, tres razones obvias: una, el Che había estudiado medicina y obtenido la titulación de médico. Si hay algo en este mundo que confirme en todo momento los principios de la dialéctica, eso es la vida, el nacimiento, la salud y la muerte que siempre y por mil vericuetos da paso a otras formas de vida. Dos, Venezuela y Cuba se enfrentan a los mismos enemigos mortales demostrando una impresionante capacidad creativa, activa, no solo de resistencia pasiva. Y tres, la dialéctica aparece desarrollada en el texto del Che dedicado a la juventud cubana que, saltando las diferencias formales, sirve también para la juventud del Colectivo Alexis Vive y de Venezuela, de hecho, para la juventud mundial que se encuentre en las mismas circunstancias.

Vamos a dividir este espacio en cinco partes fundamentales. La primera será un adelanto imprescindible de qué es la dialéctica utilizando la educación y pensamiento del Che, formado en buena parte por la rica interacción entre método médico, conocimiento económico, conciencia política, valores éticos, etc. Las otras cuatro partes explicarán la dialéctica utilizando los puntos en los que centra el Che en el escrito dedicado a la juventud: el estudio, el trabajo, la defensa y la creatividad.

2.- DIALÉCTICA

Las primeras referencias escritas sobre el concepto de dialéctica aparecen en la cultura de la Grecia Antigua de alrededor de hace 2700 años. Entonces el término dialéctica designaba el proceso de hablar, pensar, debatir colectivamente para resolver problemas de interés común; a la vez y por ello mismo, era un término con una carga positiva, de solucionar problemas graves mediante el análisis colectivo, es decir, tenía un sentido positivo porque hacía referencia al método de buscar soluciones de problemas para encontrar alternativas nuevas. Es por tanto un término inseparable del avance hacia la libertad que se obtiene al resolver los problemas que empeoran la vida.

Es en la Ilíada en donde el término de dialéctica adquiere una concreción precisa: no sólo es el método de estudiar a fondo los problemas para encontrar las soluciones, sino que sobre todo es el método para determinar qué solución hay que tomar por dura y radical que sea para resolver ese problema. Pero lo fundamental de la dialéctica es la exigencia inapelable de llevar esa solución a la práctica, llevarla a la acción, no limitarse a la palabrería: es el método que lleva a elegir la opción práctica más efectiva una vez que se han estudiado y se han rechazado el resto de opciones.

Llegados a este punto tenemos que volver al Che, un lector empedernido que devoraba innumerables libros con verdadera hambre intelectual. Como médico, el Che aprendió que la salud está siempre en movimiento, aunque, en apariencia, una persona no necesite ir con urgencia al hospital. Aprendió que la salud es el resultado de multitud de factores no solo biológicos, sino también psicológicos, sociales, climáticos, alimentarios, etc., cada uno con su propio movimiento específico, pero todos actuando imperceptible y conjuntamente sobre la salud humana. El estudio riguroso de tantos factores invisibles a primera vista es fundamental: hay que estudiar para descubrirlos cuanto antes.

Es decir, todo está en movimiento y todo está relacionado con todo mediante vericuetos difíciles de ver, de modo que, si no hay un seguimiento preventivo, puede surgir la enfermedad cuando menos se la espere, y lo más probable es que se agrave si no se la trata. Por tanto, llega el momento en el que hay que intervenir: el o la médica ha de optar sobre qué tratamiento prescribir. Sabe los efectos secundarios de cada tratamiento, pero aun así debe intervenir porque está en juego la salud de la persona. El Che conocía todo esto, pero dio un paso más: sabía que la humanidad es una sola, que las injusticias golpean y destrozan la salud de la humanidad para enriquecer al imperialismo. Lo vivió en persona en su largo viaje por Nuestramérica y se lo confirmaban las profundas lecturas que nunca abandonó.

Su paso adelante consistió en aplicar el método aprendido no solo a la persona enferma, sino a los pueblos oprimidos, y no solo en lo que atañe a salud en sentido estricto sino a lo fundamental: la salud colectiva en su sentido absoluto, es decir, hay que acabar con la explotación para recuperar la salud general. Ahora, con la Covid-19 y otras muchas enfermedades que no se tratan –empezando por las causadas por el hambre y la sed que se propagan por el mundo– porque sus curas no son rentables para la industria imperialista de la salud burguesa, sabemos que el Che tenía razón. Aquí mismo, en la Comuna Panal 2021 tenéis la dura experiencia de cómo el imperialismo quiere destruir la salud popular impidiendo la llegada de vacunas a Venezuela. Además de la salud individual de cada persona, también se trata de la vida en Venezuela.

Lo mismo está haciendo contra Cuba y otros muchos pueblos que no se arrodillan. Cuba también demuestra que el Che, y que decenas de miles de personas, estaba en lo cierto porque aplicó la mejor medicina de todas: la revolución socialista y la independencia obrera y popular unida a ella. La salud burguesa, que trata a la clase obrera como una mula de carga que hay que explotar hasta que se agote, fue erradicada de Cuba. Los médicos burgueses, que más que médicos son veterinarios a las órdenes del patrón, no tienen cabida en la Isla, mientras que la medicina cubana ayuda a los pueblos, pero es rechazada por las burguesías imperialistas. La medicina cubana es internacionalista como lo era el Che, porque aplica la dialéctica de la unidad y lucha de contrarios, como veremos luego.

El Che sabía que la dialéctica nos descubre la verdad cruda: hay que intervenir sobre la enfermedad sobre todo cuanto más grave es, y que la vida, la salud humana, depende de una complejidad de factores en los que, en última instancia y en sentido general, domina el poder económico, político, cultural y militar de la minoría burguesa enriquecida con la explotación de los pueblos trabajadores. Es esa opresión generalizada la que pudre su salud. La felicidad, la cultura, las risas y juegos de la infancia de estos pueblos, dependen de que sean dueños de su libertad y no esclavos del imperialismo. Por esto el Che dio el paso a la lucha revolucionaria. Se negaba a ser un simple veterinario obediente pagado por la industria imperialista de la salud: quería que la salud socialista salvara al mundo.

Se ha dicho con razón que dialéctica significa el proceso de lucha por la libertad, aunque ello implique asumir los peligros extremos. Este es el sentido esencial de la dialéctica tal cual aparece en la Ilíada: los troyanos, cercados por los griegos, saben que van a ser exterminados y esclavizados si no ganan la guerra. Estudian, debaten, analizan todas las salidas y las descartan, menos una: «hay que luchar», es la única pero muy difícil forma de seguir vivos. Luchan y son exterminados, aun así, aportan una lección vital a la humanidad: la dialéctica también tiene otras dos acepciones, una, no hay que malvivir como esclavas y esclavos, y otra, siempre hay que prepararse con antelación para la lucha en la que se decide la libertad o la muerte. La esencia revolucionaria de la dialéctica fue y es –seguirá siendo– la razón que explica por qué desde entonces hasta ahora todas las clases dominantes hacen titánicos esfuerzos para desacreditarla, para impedir su conocimiento, para silenciarla…

3.- ESTUDIO

El primer consejo que da el Che a la juventud es el del estudio. Dominar la dialéctica es a la vez fácil y difícil. Es fácil, nuestra especie la practica desde sus orígenes: si no, se hubiera extinguido porque no hubiera podido responder al cambio permanente de la realidad, a los nuevos problemas, a la complejidad en aumento. La bipedestación es ya un ejemplo de dialéctica porque exige la evolución permanente de todo el organismo socio humano como una totalidad que debe crear lo nuevo a partir de lo viejo en el mismo proceso evolutivo, sin detener el movimiento.

Con razón se cita al lenguaje y a la domesticación del fuego como otros tantos ejemplos de dialéctica, y es cierto, sobre todo cuando integramos la bipedestación, el lenguaje, el fuego, el arte, etc., en la dialéctica entre la mano y la mente, entre el trabajo y el pensamiento. Podemos hablar, así, de una dialéctica espontánea, natural, que es la misma que usamos en nuestra primera infancia cuando no paramos de preguntar cosas, de comparar las respuestas con la realidad, de experimentar, de probar ante una novedosa realidad diaria que debemos ir racionalizando.

Pero a la vez es difícil por dos razones: una a la que ya nos hemos referido, las clases opresoras siempre han limitado e incluso prohibido la difusión, el conocimiento de la dialéctica marxista. Dentro de esta primera razón hay que introducir la oposición de las fuerzas reformistas a la dialéctica, no educando en ella a su militancia, manteniéndola en la ignorancia teórica y en las limitadas capacidades del pensamiento mecanicista, formal, que puede llegar sólo a la superficie de los problemas aislados unos de otros. Desde finales del siglo XIX, el reformismo ataca con odio a la dialéctica porque defiende la paz con el capital mientras que la dialéctica demuestra que es imposible esa paz social, excepto si el proletariado acepta pasivamente la explotación.

La segunda razón es que el aprendizaje del método dialéctico requiere al menos dos condiciones: estudiar lo más rigurosamente posible la creciente complejidad en la que vivimos, y además hacerlo desde dentro de esa realidad, nunca abstractamente desde fuera de ella. Saber a qué se enfrenta Venezuela nos exige estudiar el capitalismo en sí y su forma actual, el imperialismo yanqui y sus alianzas con burguesías latinoamericanas, sobre todo la colombiana, y con la burguesía venezolana, etc. Descubrimos así la contradicción fundamental entre capitalismo y socialismo a escala mundial, que afecta a todos los continentes al margen de su grado de desarrollo en cada zona, al margen de qué grado de conciencia de ella tienen sus pueblos.

Pero debemos saber que nos resultará muy difícil aprenderlo si no lo estudiamos colectivamente en nuestra Comuna Panal 2021 o en cualquier otra expresión del poder comunal. La intelectualidad individualista se atraganta con la dialéctica porque al vivir en su cómoda burbuja idealista tampoco descubre que esa contradicción fundamental que determina la vida mundial tiene en Venezuela la forma de contradicción antagónica la burguesía y la clase trabajadora. La primera quiere recuperar todo el poder perdido desde la Revolución Bolivariana y derrotar del todo al proletariado, para lo que pide la ayuda yanqui y hasta la invasión extranjera de su país.

La burguesía sabe que esa invasión causaría centenares de miles de muertes atroces a manos del terrorismo yanqui, colombiano e israelí, tal vez también brasileño y ecuatoriano, y que ella incluso perdería parte de su poder expropiado por los invasores, pero lo acepta gustosamente con tal de exterminar la Revolución Bolivariana. Esto enseña que en todo problema lo decisivo es su contradicción interna, es decir y siguiendo con este ejemplo: el odio de la burguesía venezolana al Estado comunal es la decisiva contradicción interna que le lleva a entregarse al imperialismo para aplastar así a su pueblo, siendo el imperialismo la forma externa de la contradicción antagónica entre burguesía y proletariado. La dialéctica entre lo interno y externo ha de ser estudiada atentamente porque su conocimiento permite a Venezuela construir vitales alianzas internacionales que aumentan sus fuerzas de resistencia y avance.

Una de las cosas buenas que tiene el estudio colectivo de la dialéctica en medio de la unidad y lucha de contrarios, por ejemplo, en la vida diaria de la Comuna Panal 2021, es que se aprende in situ qué es la contradicción no antagónica: aquella que sólo separa, que no enfrenta a muerte a una parte de los explotados de otras partes, impidiendo su unidad, etc. El dicho romano divide et impera, divide y vencerás, demuestra cómo el explotador manipula las contradicciones no antagónicas del pueblo para, mediante toda serie de presiones, ataques, trampas, promesas, corrupciones y sobornos, convertir esas diferencias puntuales resolubles fácilmente en irresolubles contradicciones antagónicas dentro del pueblo para que una parte luche contra la otra cumpliendo el dicho popular que, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Cualquier poder comunal ha aprendido en su praxis diaria a tratar las contradicciones no antagónicas para desarrollar la unidad del pueblo obrero, impidiendo así su desunión y el crecimiento de las fuerzas reaccionarias. Una de las maneras más efectivas de tratar las contradicciones no antagónicas es saber qué son, cómo aparecen y actúan, y cuando desaparecen las formas principales y secundarias de las contradicciones. Las principales son las que hay que resolver cuando antes, por ejemplo: la introducción de drogas y prostitución por delincuentes organizados por la contrarrevolución, que si logran afianzarse pueden dar el salto a terroristas armados con cierta base de apoyo de mafias y malandros en la parte menos concienciada del pueblo, etc. El poder comunal ha de movilizarse en estas y otras formas principales de la contradicción porque si crecen llegarán a ser extremadamente dañinas como se ha demostrado tantas veces.

Las secundarias son aquellas que en esos momentos no suponen un peligro mayor como el anterior pero sobre las que también hay que intervenir a cierta distancia para preparar su erradicación posterior, por ejemplo, cuando se sabe que una extraña secta religiosa con mucho dinero ha abierto legalmente un local en el barrio y empieza a hacer proselitismo ambiguo repartiendo dinero o bienes; se sabe que el imperialismo las subvenciona y utiliza, pero hay que tener más datos, hay que ver cómo actúan, etc., no vaya a ser por un error de precipitación en la denuncia popular pase a ser la sede legalizada de los malandros y contrarrevolucionario dificultando la lucha contra la secta.

Tratar bien estas formas secundarias para que no salten a principales es tanto más urgente en lo relacionado con las creencias religiosas dada su carga irracional que puede llegar a ser fanática, pero también el hecho cierto de que hay grupos religiosos que actúan decididamente a favor de la Revolución Bolivariana. Debemos ser pedagógicos en lo relacionado con creencias que por su abstracción idealista se mueven en un universo mental ajeno cuando no contrario al pensamiento materialista y dialéctico, científico-crítico, y a los valores que defiende: derechos sexuales, derechos de aborto y divorcio, etc.

Tarde o temprano, la negación de estos y otros derechos básicos pasa a ser la contradicción principal para la mayoría de la población que los necesita para mejorar cualitativamente sus condiciones de vida, su felicidad y su salud. Cuanto antes nos preparemos y cuantas más masas movilicemos en pos de esos y otros derechos, más se reforzará la Revolución Bolivariana. La contrarrevolución dedica muchos medios para manipular las creencias reaccionarias, patriarcales, racistas, movilizándolas contra la libertad de los pueblos, de las mujeres trabajadoras fundamentalmente.

Estos y otros muchos casos nos demuestran que el aprendizaje del método dialéctico ha de hacerse «sobre el terreno», que exige disciplina, debate y estudio colectivo. Démonos cuenta, además, que sólo hemos tratado lo inmediato, la acción sociopolítica, económica, cultural, etc., de la Comuna Panal 2021, y que no hemos entrado a contradicciones más complejas, profundas y abarcadoras, en los que la dialéctica es tan intrincada como las contradicciones que la alimentan. El desarrollo de la ciencia-crítica crea nuevos conceptos para facilitar sus avances, y tanto la creciente variedad de conceptos científicos cómo los descubrimientos logrados confirman la dialéctica de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento.

El Che sabía de la complejidad extrema y creciente de la vida, de la salud y de la sociedad, y por eso era un estudioso sistemático para encontrar colectivamente las soluciones no sólo a las formas principales y secundarias de las contradicciones, sino también aprender para los problemas que surgirán cuando profundicemos de las formas a los contenidos, de las contradicciones no antagónicas a las antagónicas, y de a sus formas externas a la internas, teniendo siempre en cuenta la primacía última y decisiva de la contradicción principal entre capitalismo y socialismo, entre la muerte y la vida.

4.- TRABAJO

Los estudios de medicina, historia, economía, filosofía… habían enseñado al Che que dentro de la salud humana bulle la lucha de clases, presionan los terribles efectos de la explotación asalariada, del trabajo impuesto por las clases explotadoras, trabajo duro y agotador que mina nuestra salud física, mental y moral segundo a segundo. Esto lo saben hasta los veterinarios más reaccionarios e inhumanos, los que ayudan en las torturas, por ejemplo, los que se dicen «neutrales y apolíticos» que atienden sólo a quienes pueden pagar los tratamientos abandonando a su suerte a los demás, y los que mienten al decir que no existen relaciones entre la salud y el trabajo explotador, etc.

La lucha de clases está dentro de nosotros mismos, aunque lo ignoremos. Aunque no lo sepamos e incluso aunque no lo queramos, somos partícipes pasivos de la lucha de clases en general y en la que se libra en nuestra salud. Se trata de convertirnos en agentes conscientes, activos con visión a corto, medio y largo plazo. La lucha de los pueblos trabadores por reducir el tiempo de trabajo explotador y aumentar el tiempo de libertad, de ocio liberador, de trabajo propio no explotado, recorre la historia humana desde que se impuso la propiedad privada, cuya primera forma fue la opresión de la mujer por el hombre. Desde entonces siempre luchan a muerte dos conceptos de trabajo antagónicos: el que debemos hacer porque en el capitalismo no tenemos más remedio para no morirnos de hambre, lo que nos lleva a malvivir en la injustica y para enriquecer a la minoría, al imperialismo a costa de nuestra vida colectiva.

La otra forma y esencia irreconciliable con el trabajo anterior, con el explotador, es el trabajo libre que hacemos para ser más libres, más dueños del destino de nuestra Comuna Panal 2021 y de la Venezuela comunera. Este segundo trabajo es el único verdaderamente humano, el único capaz de crear cosas nuevas porque tiene la creatividad del valor de uso, como veremos al exponer la última de las tareas que el Che propuso a la juventud cubana en 1962: la juventud tiene que crear.

El Che se refiere al trabajo verdaderamente humano, al creativo y estético, en su texto sobre la juventud. Lo hace porque sabe que siempre es imprescindible pensar y actuar según la dialéctica de la unidad y lucha de contrarios, dialéctica inseparable de lo que es Venezuela ahora mismo. Desde el siglo XVI, por poner una fecha, los pueblos de la Venezuela de entonces iniciaron la lucha contra los invasores españoles; luego, desde comienzos del siglo XIX conquistaron con infinitos sacrificios la primera independencia al expulsar a los españoles; desde finales del siglo XX la Revolución Bolivariana avanza en la segunda independencia, la del Estado comunal e internacionalista, una de cuyas expresiones es la Comuna Panal 2021.

Es un avance heroico, lleno de sacrificada lucha y a la vez felicidad, alegría y fiesta popular. En la lengua de los antepasados del Libertador Bolívar, el euskara, practicamos los lemas de jaiak eta borroka (fiestas y lucha), y jaiak bai eta borroka ere bai (fiestas sí y luchas también) Es la misma filosofía de la dialéctica de la liberación venezolana: los sacrificios para acabar con el esclavismo eran inseparables de la alegría de conseguirlo; los sacrificios para derrotar el golpe de Estado de 2002 y vencer luego la contrarrevolución petrolera, eran inseparables de la alegría al saborear los frutos de la victoria, y otro tanto debemos decir de las sucesivas derrotas que Venezuela ha dado a todas las guarimbas, al terrorismo, a las quemas de personas vivas por los fascistas, a los sabotajes energéticos e informáticos, a los intentos de invasión, al cerco económico y sanitario para rendir a su pueblo por enfermedad, hambre y muerte, mientras preparan otra invasión que pretenden sea la definitiva…

Jaiak bai eta borroka ere bai, desde luego, y si no que se lo pregunten al pueblo cubano, pero estos principios son una parte del potencial de la dialéctica de la unidad y lucha de contrarios porque lo fundamental consiste en demostrar que la Venezuela de hoy es el logro de haber vencido a la alianza capitalista entre los imperialismos extranjeros y las minoritarias clases burguesas unidas y vendidas a los imperialismos, como se confirma día a día. La unidad y lucha de contrarios también está en el presente venezolano porque está en su historia y porque esa alianza imperialista necesita aplastar a la Venezuela chavista, comunera, explotar impunemente sus recursos destruyendo la vida del pueblo. El Che, al igual que cualquier marxista, sabía que el principal recurso de un pueblo es su fuerza de trabajo, su cultura, el excedente que ha atesorado y no sólo las riquezas naturales de su país, y en especial su juventud consciente.

Dado que la Comuna Panal 2021 se caracteriza entre otras muchas virtudes por impulsar el avance del trabajo creativo, el trabajo estético y libre, no alienado ni explotado, por eso es una fuerza consciente decisiva en el desarrollo de la dialéctica de la liberación. La juventud comunera ha de seguir avanzando por esa vía, por la senda que lleva a que el pueblo obrero sea propietario de su Venezuela, que no lo sea el imperialismo. Y es que la unidad y lucha de contrarios, que tiene su núcleo en el choque a muerte entre el mortecino trabajo explotado y la creatividad emancipadora del trabajo libre.

Cuba es la única propietaria del sí misma porque la juventud comunista –comunera– de 1962 sabía que sólo su militancia organizada podía expandir el trabajo sin explotadores, lo que haría libre a su Cuba y ayudaría a la libertad humana. La libertad de ser poseedores de su propio trabajo y de los recursos comunes que con él obtienen, ha permitido a la Isla impresionantes avances médicos, vacunas que sorprenden por su efectividad y maravillan a la inteligencia humana. Si Cuba hubiera seguido siendo esclava explotada por el amo yanqui, como lo era antes de la Revolución, ahora mismo su pueblo malviviría en condiciones inimaginables.

Los logros llenarían de orgullo al Che, y las y los jóvenes de la Comuna Panal 2021 debéis empezar a sentir el mismo orgullo que en estos mismos momentos vuelve a resistir otro brusco endurecimientos del ataque imperialista que sufre desde su independencia, brutalidad que no debiera sorprender a nadie que domine la dialéctica de la unidad y lucha de contrarios.

5.- DEFENSA

El tercer consejo que ofrece el Che a la juventud es el de prepararse para la defensa de la libertad, del socialismo. Es un consejo plenamente actual en Venezuela, en Cuba y en todos los pueblos dignos, que se niegan a ser esclavos. Hemos visto que en la Ilíada de hace +/- 2700 años el término dialéctica denotaba el razonamiento de por qué hay que luchar en defensa o en conquista de la libertad. El Che sostiene en su texto que hay muchas formas de defensa del socialismo, que no todas tienen que ser armadas sino que también y en ciertos períodos sobre todo ha de ser una defensa que se plasme en el desarrollo de socioeconómico, cultural, técnico y científico… del socialismo, dotándolo de una poder popular tan fuerte que nadie se atreva a atacar la Isla. Exactamente lo mismo vale para Venezuela y para la Comuna Panal 2021.

La conclusión lógica del método dialéctico no es otra que el prepararse para la lucha, sea defensiva u ofensiva. Sus tres leyes –unidad y lucha de contrarios, aumento cuantitativo y salto cualitativo, y negación de la negación– parten y terminan en la constatación de que no hay cambio, avance, desarrollo, vida, novedad, etc., sin la ruptura de la continuidad evolutiva, sin el estallido más o menos brusco del siempre precario y fugaz equilibrio inestable de los procesos que dan el salto a la emergencia de algo nuevo. En esta dinámica lo viejo siempre se resiste a ser superado por lo nuevo.

Los ritmos del cambio en la dialéctica de la naturaleza son bastante más lentos que en los de la sociedad y pensamiento, son imperceptibles para el corto tiempo humano, pero existen y van de lo simple a lo complejo. La devastación capitalista los está acelerando poniendo a la naturaleza y por tanto a la especie humana al borde de la sexta gran extinción de las formas de vida. De hecho, la catástrofe socioecológica es una demostración irrefutable de la concatenación de las dialécticas de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento bajo la irracionalidad del capitalismo.

En la dialéctica de la sociedad esa resistencia puede llegar a ser terrible, criminal, genocida incluso, y en la dialéctica del pensamiento, la resistencia de lo viejo se expresa mediante el mantenimiento de la incultura y del analfabetismo funcional impuesto con una educación autoritaria, con la propaganda, mentiras, dogmas, censuras, prohibiciones y hasta torturas. Peor aún, el capitalismo está frenando el desarrollo de la ciencia-crítica porque ésta descubre su irracionalidad estructural: la industria de la matanza de seres humanos según la conceptualización de Marx y Engels, confirma el fanatismo destructor del capital. El imperialismo intenta negarlo o suavizarlo hablando de «complejo industrial-militar», término divulgado por el imperialista Eisenhower, para ocultar el verdadero papel del militarismo.

La defensa de Venezuela, por ceñirnos a la juventud del Colectivo Alexis Vive, debe responder a las tres grandes formas de brutalidad capitalista que el método dialéctico saca a la luz. Empezando por los ataques burgueses a la ciencia-crítica, al pensamiento creativo y libre, la juventud comunera ha de multiplicar el estudio y el debate en las masas con la pedagogía del ejemplo, mostrando cuan peligrosa y dañina es la ofensiva irracionalista del capital a nivel mundial y en Venezuela. El método dialéctico, la ciencia-crítica, es un arma revolucionaria especialmente valiosa para la juventud obrera porque le capacita para conocerse a sí misma, a su conciencia, a su cuerpo, a sus necesidades.

La defensa de las conquistas sociales, de los derechos y del avance al Estado comunal debe ser simultánea a la defensa del método dialéctico interviniendo especialmente en el antagonismo entre el trabajo alienado, explotado, consustancial al capitalismo y el trabajo libre, creativo. Esta lucha servirá de poco si no se orienta a reducir en lo posible el tiempo de trabajo capitalista aumentando el tiempo de trabajo comunal y con él, el tiempo de trabajo libre, de ocio creativo, colectivo. La lucha por el tiempo propio, socialista, y contra el tiempo burgués, machista, racista, eurocéntrico, dogmático e ignorante, esta lucha decide junto con otras, primero, la supervivencia de la Revolución Bolivariana ante el recrudecimiento de las agresiones imperialistas, y segundo, amplía las fuerzas de avance mediante la prefiguración del futuro en el presente.

La defensa de la naturaleza, es decir, de la vida y de la salud del planeta y de nuestra especie es ya una urgente necesidad como lo vemos no sólo en la pandemia, sino en los efectos de la catástrofe socioecológica sobre los pueblos trabajadores. Aquí tenemos que recordar y reforzar, además del internacionalismo del Che, también el internacionalismo solidario de Chávez teorizado en sus textos sobre el empleo del crudo y de las grandes riquezas venezolanas en la solidaridad con otras naciones. El mundo en uno, y la acción de la Comuna Panal 2021 en esta problemática beneficia al conjunto de la humanidad y con ello refuerza a Venezuela. Como vemos, el principio dialéctico de la concatenación universal de los procesos nos explica por qué la defensa de cualquier avance comunero, por pequeño que aparente ser, es a la vez reforzamiento del avance del internacionalismo antiimperialista en el mundo.

6.- CREATIVIDAD

El cuarto consejo del Che a la juventud es el más duro y crítico, y el más cargado de dialéctica: si la juventud no crea cosas nuevas, no abre horizontes, entonces es una juventud anómala porque es dócil, respetuosa con la tradición y temerosa de enfrentarse a problemas nuevos. Es una juventud prematuramente envejecida, pero la revolución debe ser siempre joven. Recordemos que el Che escribió estas palabras en 1962, muy poco después de la victoria revolucionaria: ya detectó indicios de acomodación al nuevo estatus y de debilitamiento de iniciativa juvenil.

Es el más cargado de dialéctica porque, según esta filosofía, no puede existir creatividad sin crítica de lo establecido. Crear algo es introducir una novedad cualitativa que no existía antes, es decir, que llena un hueco, un vacío o que mejora cualitativamente algo que ya estaba envejecido, superado; más aún, en medio de la lucha de clases, crear algo nuevo es atacar las raíces del capitalismo, todo lo cual exige de una capacidad crítica que descubra lo viejo y construya lo nuevo.

La buena crítica es creativa porque además de descubrir lo viejo también ofrece la solución concreta materializada en la creación de lo nuevo. Por ejemplo, la juventud de la Comuna Panal 2021 se da cuenta que hace falta intensificar la lucha teórica y ética porque se está abriendo un vacío peligroso entre sectores juveniles poco o nada concienciados, manipulables por la contra, y la juventud comunera, y tras el estudio crítico de la esa contradicción organiza, crea un medio de comunicación integral que no existía antes. De hecho, la vida cotidiana está llena de ejemplos sobre la interacción entre la crítica y la creatividad, y esa interacción es esencial al avance del conocimiento, de la ciencia-crítica, de las artes, por no hablar de la vida sociopolítica, económica y militar. Posiblemente sea en la ciencia y en la guerra en donde más importancia adquiere esa unidad tanto para la bueno, como para lo malo, cuando no se aplica, cuando se repiten dogmas y errores que cuestan vidas humanas.

La ley del aumento cuantitativo y salto cualitativo explica perfectamente este proceso. Por aumento cuantitativo entendemos aquí la progresiva constatación de que algo anda mal, de que no obtenemos los resultados buscados, de que repetimos errores, etc., de modo que intensificamos nuestra investigación crítica, superando creencias e hipótesis hasta que, llegado un momento, saltamos de la crítica a la solución creando lo nuevo. Se dirá que es una explicación muy simple, y es cierto porque la hacemos muchas veces en nuestra vida pero sin una sistematización teórica que nos ahorraría mucho tiempo en la detección de los fallos y en la creación de las soluciones nuevas. Lo básico de ese sistema teórico es la dialéctica.

La importancia del sistema teórico que nos ahorra tiempo estriba en que nos advierte que sólo hemos dado el primer paso con la creación de lo nuevo, que no podemos parar ahí, quedarnos dormidos, porque si detenemos el movimiento permanente de la crítica creativa más temprano que tarde nos sucederá lo que le sucedió a la juventud cubana en 1962 como ya lo detectaba el Che: sin esa crítica perdemos creatividad y ganamos docilidad, vicio impropio de la juventud. La solución a ese peligro no es otras que asumir la ley de la negación de la negación, es decir, que algo de lo viejo se integra en lo nuevo creado que, a su vez, entrará casi al instante en una propia lucha interna pero a otra escala superior.

Por ejemplo, la juventud comunera ha creado un sistema integral de intercomunicación crítica y creativa con los sectores menos concienciados de juventud del pueblo. La Comuna Panal 2021se equivocaría si cometiese el error de creer que el problema está ya solucionado para siempre. El movimiento permanente es una de las características esenciales de la unidad y lucha de contrarios, y si la revolución se duerme o se relaja de inmediato la contrarrevolución ataca con más fuerza. La juventud del Colectivo Alexis Vive lo sabe perfectamente y por eso toma medidas para impedir el triunfalismo suicida, siendo una de ellas el mantener siempre activa la crítica y la autocrítica.

De este modo, lo nuevo, ese medio de comunicación, asume en su novedad la vieja experiencia del adormecimiento y la docilidad, e integra la permanente crítica y autocrítica con ellas como elementos esenciales de ese medio de comunicación. Así, la creatividad se expandirá más y más, pero este proceso no es tan automático ni tan fácil porque, por un lado, dentro mismo del grupo surgirán diferencias, oposiciones y contradicciones, y fuera del grupo, en la calle, se verá cómo la contra reacciona con otras innovaciones y con más medios de alienación. Y es la lucha de clases nunca se detiene, siempre está en movimiento, lo que exige a la crítica estar siempre despierta.

La ley de la negación de la negación, explica por qué la juventud comunera debe saber al menos dos cosas: una, que la lucha nunca se detiene y que siempre se complejiza, se ramifica, crea problemas nuevos a los que hay que responder; y otra, que la creatividad y la crítica siempre molesta a los sectores oportunistas que pudiera haber en la dirección revolucionaria. Ambas lecciones son fundamentales: la negación de la negación es el proceso por el cual lo peor de lo viejo es excluido de la creación de lo nuevo, echado al basurero de la historia, mientras que lo mejor de lo viejo sí es integrado en lo nuevo, continuando su proceso.

Por ejemplo, la crítica descubre que varios compañeros son indolentes, vagos, que no desarrollan todas sus potencialidades, siendo en parte o en todo responsables de los fracasos. La crítica sabe que lo nuevo no puede integrar a esos compañeros porque volverán a repetir los mismos comportamientos, así que los aparta, los excluye. Estamos aquí ante la primera parte de la negación de la negación: descubrir lo que no sólo no sirve para lo nuevo sino que además lo haría fracasar si siguiera dentro de lo creado. La dialéctica muestra que ha llegado el momento de optar, de decidir sobre si contar con ellos o no, o sea, estamos en la primera negación del pasado.

Lógicamente se les excluye de lo nuevo, pero a la vez se pide ayuda a las compañeras que sí han trabajado y muy bien en el pasado, que sí saben, pueden y quieren aportar en lo nuevo; es más, algunas o todas ellas han participado en la investigación critica de los errores cometidos, y lógicamente se pide a las compañeras que sigan y hasta que dirijan en la creación nueva. Es la segunda negación, la que se aplica a los compañeros vagos e indolentes. Pero, además, la negación de la negación advierte que siempre hay que estar en guardia porque, mientras exista el capitalismo, existirán los monstruos. Así comprendemos fácilmente que esta dialéctica es intolerable para los burócratas, oportunistas, pesebreros, advenedizos, corruptos… que pululan alrededor de los puestos y sillones de mando queriendo apropiárselos para siempre.

Aunque fue escrita en 1962, la dialéctica presente en la carta del Che a la juventud sigue manteniendo todo su poder revolucionario en la Venezuela de hoy.

Nota: texto para para el programa de formación de las y los militantes del colectivo “Alexis Vive” de la Comuna del 23 de Enero “Panal 2021”.

EUSKAL HERRIA, 26 de julio de 2021