Abrir más espacios para el empoderamiento de la mujeres negras, afodescendientes, bisexuales y lesbianas a través del transformismo, a la vez que incentivar el talento artístico local aficionado y dar a conocer a profesionales que no encuentran dónde presentarse son propósitos del 1er. Festival Afrodiverso de Transformistas Afrodescendientes en Cuba.
La iniciativa, organizada por el proyecto itinerante y colaborativo Afrodiverso, presentó una de sus actividades el miércoles 8 de febrero en la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU), en la barriada del Vedado, en la capital cubana.
Quienes asistieron a la convocatoria pudieron disfrutar de una Pasarela Afrotransformista, una muestra artística de Afrocubanía musical y dialogaron con expertos sobre cuánto se ha avanzado en la protección de las identidades de género desde la aprobación del Código de las Familias.
Asimismo, debatieron sobre las deudas que desde el derecho aún existen, la perspectiva de género como parte del trabajo de las Naciones Unidas y la participación de Cuba en ese proceso.
Para la coordinadora general de Afrodiverso, Argelia Fellove, uno de los principales objetivos de este festival, que se extenderá durante todo el mes de febrero por varias instituciones y proyectos, es que las personas conozcan que existe un transformismo afrodescendiente de gran calidad en Cuba, aunque menos visibilizado históricamente.
Con la colaboración de instituciones como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Casa de África, la Asociación Yoruba, el Callejón de Hamel y la ACNU, el festival propone nuclear en intensas jornadas acciones encaminadas al empoderamiento, visibilidad y socialización del trabajo que habitualmente, desde hace casi una década, lleva a cabo el proyecto Afrodiverso, que no es solamente artístico, sino académico y comunitario, fundamentalmente en los barrios de la capital.
Lo que más le enorgullece, reconoce Fellove, es que quienes participan adquieren herramientas y conocimientos que les permiten asumir mejor sus identidades, autorreconocerse y ejercer más plenamente sus derechos.
La economía solidaria, la atención a personas de la tercera edad y enfermas en situaciones de vulnerabilidad, el trabajo con niñas, niños y jóvenes a través de manifestaciones artísticas son otras de sus líneas de trabajo.
Identidad de género: deudas legales y participación ciudadana
El intercambio con especialistas y expertos fue una oportunidad para socializar derechos legales de las personas trans y con identidades de género diversas, así como brindar herramientas de participación ciudadana en un país como Cuba que, por tradición, ha tenido una representación activa en organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Lisandra Astiasarán Arias, especialista de la ACNU, recordó que Cuba fue el primer país del mundo en ser firmante de la Convención contra todas las formas de discriminación contra la mujeres en 1979, un mecanismo de la ONU que, mediante su comité de expertos, ha liderado en las décadas siguientes esfuerzos para profundizar y monitorear las acciones de los Estados en el reconocimiento de las identidades sexuales y de género, así como el empoderamiento de las comunidades LGBTIQ+.
La nación caribeña ha contado desde un principio con representación en ese comité, siendo significativo su liderazgo en tales esfuerzos, tanto a través de políticas nacionales como en su proyección internacional.
Como un paso significativo señaló la aprobación por primera vez en 2016 de un mandato para incorporar un experto independiente en el Consejo de Derechos Humanos por la no discriminación y la no violencia por razones de orientación sexual y de género, ratificado en 2019.
Este mandato ha posibilitado que cada año se realicen monitoreos y estudios enfocados en la comunidad LGBTIQ+, e informes anuales a los que Cuba contribuye con información actualizada sobre acciones, políticas y debates de la sociedad civil que tienen lugar en el país.
Para Leonardo Pérez Gallardo, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia y quien fuera miembro de la Comisión Redactora del Código de las Familias, la aprobación de la Constitución de 2019 representó un parteaguas en el reconocimiento del derecho a la identidad sexual y de género en Cuba, reafirmado con la entrada en vigor desde este año del Código de las Familias. Sin embargo, reconoce que hay importantes deudas legales por saldar.
«El Código de las Familias busca el reconocimiento de los derechos de las personas en el seno familiar, de manera que protege la identidad de género y la identidad sexual. Pero esta protección es una protección de soslayo, explicó.
Estos derechos, precisa el especialista, necesitan una norma de desarrollo, que deberán expresarse en el Código Civil, que debe aprobarse en 2027, según el cronograma legislativo previsto.
Pérez Gallardo reconoció que existen hoy muchas más herramientas para realizar acciones como el cambio de identidad sexual y de género, de nombre, para optar por opciones como la gestación solidaria, que las comunidades LGBTIQ+ y la ciudadanía en general deben conocer.
«Una cuestión es lo que una norma regula y otra lo que realmente pasa. Hoy, agregó, el desconocimiento o la indolencia lleva a que normas que ya están aprobadas como parte del Código de las Familias no se ejecuten».
Norma Goicochea Estenoz, presidenta de la ACNU, llamó la atención sobre la importancia de que la sociedad civil desempeñe un rol activo respecto a las políticas públicas concebidas para la protección de determinados grupos sociales, como la comunidad afrodescendiente.
«En muchos casos, no son las normas las que discriminan, sino las mismas personas y las instituciones. La ciudadanía tiene que conocer las normas y hacer ejercicio de los derechos que están contenidos en ellas», dijo.