La Coordinación de Apoyo al Pueblo Mapuche, Trawunche, de Madrid, difundió el 11 de mayo –a través de las redes sociales- un comunicado de los presos políticos mapuche en la cárcel de Lebu (Arauco). “La arremetida contra nuestros peñi (hermanos) de Angol (denuncias de represión contra presos y familiares por parte de la Gendarmería) no es más que la expresión cotidiana de la violencia con la que el Estado (de Chile) trata a los prisioneros políticos, principalmente a los relacionados con la causa mapuche”, denunciaron.
Trawunche es una de las fuentes informativas que recomienda el miembro de la Nación Mapuche, Víctor Hernández; reside en Alicante, forma parte del grupo Marea Roja (desemplead@s y precari@s de Toma La Plaza 15-M de Alicante) y de Coordinación Baladre contra el empobrecimiento y la exclusión.
Activista mapuche de 72 años, con apellido europeo “porque no he conocido a mi familia”, Víctor Hernández firma el prólogo del libro Las luchas del pueblo mapuche. Repensar el sur (Ed. Zambra-Baladre, 2021), que presentó el 11 de junio en la Fira Alternativa de València.
-P: ¿Qué evaluación haces de la victoria -en las elecciones a consejeros constitucionales de mayo- del ultraderechista José Antonio Kast, con 23 escaños sobre un total de 51?
-VH: Como integrante del pueblo mapuche y ciudadano (supuestamente chileno, que no lo soy), veo que a partir de (la dictadura de) Pinochet, el pueblo chileno ha dejado de pensar… Al igual que en España, votamos algo que no debemos votar… El hecho de que haya ganado la derecha para preparar la nueva Constitución -es decir, que el Pinochetismo vaya a elaborar el nuevo texto constitucional-, me parece horroroso; la reforma de la Constitución propuso hacerla (el anterior presidente y también derechista Sebastián) Piñera, porque se produjo un levantamiento popular en Chile, a partir de octubre de 2019.
-P: ¿Y en cuanto al plebiscito -celebrado en septiembre de 2022-, en el que se rechazó la propuesta de nueva Constitución?
-R: Creo que todo fue un engaño, y muchos mapuches no estábamos de acuerdo con aquello; a menudo me preguntaban: “¿Cómo no van a estar a favor de una nueva Constitución en el Estado de Chile, si ustedes resultarán beneficiados?” Pero (nuestra lucha) no pasa por ahí; si yo tomo en consideración o apruebo una nueva Constitución para Chile, estoy aceptando el Sistema.
Y esto me dejaría fuera, me limitaría a que yo continuara luchando por una constitución nuestra, como mapuches; nosotros estamos reclamando la autonomía, cultura, lengua y territorio propios.
-P: ¿Cómo valora la gestión del presidente Boric en cuanto al Pueblo Nación Mapuche? ¿Continúa la represión en el Wallmapu?
-R: Hay algo que -lamentablemente- ha hecho el presidente Gabriel Boric, y que supone una gran traición a nuestro pueblo; cuando él era dirigente del movimiento estudiantil en 2011, decía que todas las partes tenían que sentarse en una mesa para llegar a acuerdos (respecto al conflicto con el pueblo mapuche), y empezar a restituir lo que estamos reclamando.
Sin embargo, cuando llega a la Presidencia (marzo de 2022), lo primero que hizo fue doblar la militarización y criminalizar la lucha de nuestro pueblo; dio mayor autoridad y autonomía a las fuerzas armadas para la acción represiva.
-P: ¿Qué acciones resaltarías de cuantas se han emprendido en las últimas fechas?
-R: La presentación el pasado 7 de marzo -ante la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya- de una petición formal de arbitraje al Estado de Chile; la propuesta de árbitro internacional, en representación del Pueblo Mapuche, recae en el juez Garzón; muchos españoles, cuando les hablamos de este magistrado, tienen reticencias; pero ciertamente fue el único que se atrevió a la detención de Pinochet.
Nosotros tenemos un problema: llevamos 140 años de guerra con Chile y Argentina, además son más de 500 años de resistencia (iniciados contra la ocupación española) y necesitamos que nuestras luchas y reivindicaciones tengan un eco mundial.
(Los promotores de la acción mediadora del 7 de marzo son las Autoridades Ancestrales del Pueblo Nación Mapuche; la Misión Permanente Mapuche ante Naciones Unidas; la Comisión Mapuche de Derechos Humanos y la Comisión Kimche Defensores de Wallmapu -CKDDW-. El comunicado, firmado por la representación mapuche, destaca ejemplos de la represión por parte del Estado de Chile como los allanamientos de comunidades; la tortura de niños; el montaje de pruebas falsas; los centenares de presos políticos -y decenas de huelgas de hambre-, así como la devastación de tierras. Nota del entrevistador).
-P: ¿Observas diferencias con países como Bolivia?
-R: Esto (Chile) es un país plurinacional -como lo es Bolivia-, pero en el caso boliviano hay dirigentes y parte de los políticos que pertenecen a los pueblos originarios, también dentro de los gobiernos; se trata de un cambio que hizo un indio -Evo Morales- (no el Estado boliviano), para ordenar una Constitución orientada al reconocimiento de derechos: la actual Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, que entró en vigor en febrero de 2009.
Para valorar estos cambios, hay que tener en cuenta que, en los años 200 años de independencia que tiene Bolivia, ha sido objeto de múltiples golpes de Estado.
(“Entre 1825, año de su independencia, y la llegada de Morales al poder, en 2006, Bolivia ha conocido 188 golpes de Estado: la media sale a más de uno por año”, según contabilizó el periodista Renaud Lambert en Le Monde Diplomatique, diciembre de 2019. Nota del entrevistador).
-P: ¿Hay grados distintos de represión hacia los pueblos originarios entre los ejecutivos progresistas y los de derechas?
-R: No, al contrario, creo que Piñera ni siquiera se atrevió a detener a los dirigentes de la CAM (Coordinadora Arauco Malleco, movimiento de recuperación de tierras), como sí ha hecho Boric: uno de los portavoces de la CAM, Héctor Llaitul, fue detenido -en agosto de 2022- en la comuna de Cañete. O, por ejemplo, el juicio contra los weichafe (guerreros mapuche), entre ellos el hijo de Héctor Llaitul, que han pasado por un año de prisión (denominada) preventiva.
-P: ¿Recordarías algún episodio de la Historia de la Nación Mapuche desconocido por el gran público?
-R: En 1546 (durante el reinado de Carlos I de España), el conquistador español Pedro de Valdivia impulsó la invasión colonial; tras una larga resistencia mapuche, se alcanzó un acuerdo de paz –Parlamento de Quilín, en 1641-, ratificado por el monarca Felipe IV; el Tratado reconocía la independencia del pueblo mapuche y la soberanía sobre sus territorios.
Asimismo en 1860 se estableció el Reino de la Araucanía y la Patagonia. Pero las poblaciones indígenas fuimos masacradas, y perdimos un territorio enorme, tras la denominada Campaña del desierto promovida por el Estado argentino (1878-1885) y la ocupación militar-colonización de la Araucanía por el Estado de Chile (1861-1883).
-P: ¿Actúa por tanto, del mismo modo, el Estado argentino?
-R: Habitamos en los territorios –del Pacífico al Atlántico- desde hace 14.000 años. En el Estado argentino el pueblo mapuche fue escondido debajo de una alfombra, silenciado… A que se difundiera nuestra lucha contribuyó el joven artesano de 28 años Santiago Maldonado, fallecido en 2017 tras un desalojo violento perpetrado por la Gendarmería nacional argentina; Santiago Andrés Maldonado se solidarizaba con la comunidad mapuche frente a la multinacional italiana Benetton, que se apoderó de 900.000 hectáreas de la Patagonia.
-P: Por último, ¿están amenazados los recursos naturales y la riqueza del territorio?
-R: Nos hemos enfrentado a la construcción de grandes represas hidroeléctricas en los territorios ancestrales, sagrados; entre ellas las de capital español, como Endesa; además, la electricidad generada no es para el Pueblo Mapuche; aquí tenemos instalada, también, a la empresa estatal Noruega Statkraft, con sus proyectos hidroelécricos en el río Pilmaiquen.
Miembros de la comunidad mapuche han sido asesinados por la defensa de los ríos; y se han talado, exterminado, bosques nativos con el fin de plantar pino y eucaliptos. Dos grandes grupos empresariales –las familias Matte y Angelini- controlan la producción de celulosa en Chile. Y hemos resistido contra las extracciones mineras de oro, cobre y plata, también de petróleo.
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