El sionismo genocida de Palestina nos mata; Boicot a Israel; Del riu a la mar, Palestina vencerá; Resistir es existir #Free Gaza; Unión Europea y ONU cómplices del exterminio; son algunos de los carteles que se mostraban -el 1 de mayo- en la Acampada Solidària amb Palestina iniciada en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València (UV); junto al último afiche, podían observarse cuatro mapas sobre la mengua territorial de la Palestina Histórica, con la comparativa de 1947, 1967 y 2020.
La Acampada (“de manera indefinida”) comenzó el pasado 29 de abril, con la participación de medio centenar de estudiantes y profesores en 20 tiendas de campaña; se trata del primer campamento de apoyo en el estado español; realizan una asamblea abierta al día y cuentan con seis comisiones de trabajo; la acción está organizada por el movimiento BDS-País Valencià, Estudiants per Palestina y UV Combativa.
Entre las primeras entidades colaboradoras figuran el Bloc d’Estudiants Agermanats (BEA); el Front d’Estudiants; la Red Universitaria por Palestina (RuxP); la Coordinadora Valenciana de Trabajadoras de la Ciencia; Intersindical Valenciana; CGT; CNT; la Coordinadora Obrera Sindical (COS); Comisiones Obreras; la Comunidad Palestina Valenciana; Sanitarias con Palestina; el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) y la Plataforma del PDI Precariat.
La primera actividad en los jardines de la Facultad de Filosofía tuvo lugar el 30 de abril, a cargo del periodista y documentalista David Segarra, quien disertó sobre la Vida i valors de la gent. De Gaza a Palestina (la agencia Efe detalló ese día el asesinato de 47 ciudadanos gatazíes en la Franja -a manos del ejército de Israel- en las últimas 24 horas; el balance de víctimas mortales, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, era de 34.535).
David Segarra es autor del libro con un centenar de fotografías Viure, morir i nàixer a Gaza (Sembra Llibres, 2014), y en 2010 formó parte de la Flotilla por la Libertad que transportaba ayuda humanitaria a la Franja; el ataque a los buques por parte del ejército israelí terminó con el asesinato de diez activistas.
Además la Acampada se adhiere a acciones como la Revolta ciclista per Palestina, que el BDS-País Valencià, València en Bici, Castelló en Bici y Alacant en Bici han convocado el 4 de mayo en las tres capitales del País Valenciano; o la exposición anual Quan Gaza clama, de la Associació de Professionals de la il·lustració Valenciana (APIV), cuyas láminas pueden adquirirse en la librería La Repartidora de Valencia.
Los próximos días 18 y 19 de mayo está anunciada una movilización europea -quinta en el estado español- con los lemas #StoparmasconIsrael y Paremos el genocidio en Palestina.
Otro apoyo reseñable es el llamamiento del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València -del pasado 6 de febrero- al boicot de las instituciones universitarias del Estado de Israel, hasta que no se recupere “el respeto por la legalidad internacional y los derechos humanos y políticos básicos del pueblo palestino”.
Entre las reivindicaciones de estudiantes y profesores acampados al Estado español, se incluye el fin de la compraventa de armas a Israel (las exportaciones autorizadas de material de defensa español a Israel -en el primer semestre de 2023- alcanzó los 44,3 millones de euros, según la Secretaría de Estado de Comercio); asimismo piden el fin de las relaciones con Israel (el Acuerdo de Asociación entre la UE y el Estado de Israel entró en vigor el año 2000).
Otras peticiones de los activistas al Estado español son la adhesión a la iniciativa de Sudáfrica -de enero de 2024- que acusó al Estado de Israel de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU; y la recuperación de la jurisdicción universal en España, a la que establecía “enormes limitaciones” -según Amnistía Internacional- la reforma de 2014 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Asimismo hacen hincapié en “poner fin a la persecución y criminalización de la solidaridad con Palestina y la derogación tanto de la Ley Mordaza como la Ley de Extranjería”.
En cuanto a la Universitat de València, los asamblea-acampada plantea tres peticiones: el compromiso por escrito de no firmar acuerdos/convenios con instituciones israelís, hasta que no termine la violación “sistemática y masiva” de los derechos humanos.
Y el fin de todos los contratos/colaboraciones con empresas “cómplices de los crímenes” contra el pueblo palestino (entre otras el Banco Santander; la aseguradora francesa AXA; EDEN agua o la tecnológica estadounidense Hewlett Packard); el tercer punto consiste en la demanda a la UV de la firma de nuevos convenios con universidades palestinas.
Otra Universidad pública, la del País Vasco, aprobó el 24 de abril un Manifiesto de respaldo a Palestina “ante la catástrofe humanitaria en Gaza”; el documento recuerda la muerte de más de 95 docentes universitarios palestinos (tres de ellos rectores).
En el quinto punto de la declaración, la universidad pública vasca “se compromete a no mantener y a romper relaciones con universidades y entidades israelís que expresamente no muestren su rechazo a los crímenes contra la humanidad que se están produciendo en Palestina”.
Las protestas universitarias contra el genocidio en Gaza se extienden a escala global; el 3 de mayo el canal Hispan TV elevó -citando a Associated Press (AP)- a más de 2.000 las personas detenidas durante quince días de manifestaciones en decenas de campus estadounidenses; a primeros de mayo estudiantes y docentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) instalaron las tiendas de campaña en el campus.
Las movilizaciones estudiantiles han tenido lugar, asimismo, en la Sorbona de París, donde la policía antidisturbios expulsó a los participantes en una acción propalestina; sucedieron también, en la capital francesa, en el centro universitario Sciencies Po; a finales de abril, la policía alemana desalojó un campamento de apoyo a Palestina en Berlín; las acampadas solidarias se han desplegado además en la Universidad de Melbourne.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.