Un informe reciente del Comité holandés de expertos en seguridad en el trabajo (DECOS) sobre la sílice, destaca que los valores límite europeos actuales para la exposición al polvo de sílice presentan un riesgo inaceptable de cáncer de pulmón para los trabajadores.
Aunque ninguna concentración de polvo de sílice puede considerarse completamente segura, el límite europeo actual (0,1 mg/m³) es significativamente mayor (263 veces) que el valor de 0,00038 mg/m3 calculado por el DECOS, como correspondiente a un riesgo relativamente bajo.
Para poner las cosas en perspectiva, incluso a este nivel reducido, DECOS estima que todavía habría 4 casos adicionales de cáncer de pulmón por cada 100.000 trabajadores durante un período de exposición ocupacional de 40 años. Esta comparación ilustra claramente el mayor riesgo que plantea el actual valor límite europeo.
La sílice es un mineral natural que se encuentra en la mayoría de las rocas, las arenas y los suelos. Cuando estos materiales se cortan o muelen, liberan polvo, que puede ser nocivo al inhalarlo, provocando graves problemas de salud, como la silicosis y el cáncer de pulmón.
Los trabajadores están expuestos al polvo de sílice en una variedad de industrias, incluidas la minería, la agricultura, la construcción, las fundiciones y la producción del vidrio, piedra artificial, cerámica y cemento.
La exposición durante el procesamiento de la piedra artificial es una preocupación creciente.
En los últimos 10 a 20 años, los médicos han observado un aumento general en el número de casos de silicosis y de muertes por cáncer de pulmón relacionados con el uso de la piedra artificial, comúnmente utilizada para encimeras de cocinas y de baños.
El creciente uso de la piedra artificial, que puede contener más del 93% de sílice, la ha convertido en una importante fuente de exposición a riesgos laborales que conducen a una silicosis acelerada.
Los trabajadores expuestos suelen ser trabajadores ocasionales o independientes que son vulnerables a la explotación y a las condiciones inseguras en el lugar de trabajo.
A la luz de las conclusiones del DECOS, está claro que debemos reducir el valor límite europeo.
Sin embargo, esta reducción puede no ser suficiente, particularmente en industrias como la del procesamiento de la piedra artificial, donde la exposición es inevitable.
Dados los peligros inherentes a los materiales y a las condiciones, también debería considerarse la posibilidad de seguir el ejemplo de Australia, que ha prohibido el uso de las piedras artificiales.
Fuente: https://www.etui.org/news/european-silica-dust-limit-value-fails-protect