Y veamos en qué quedó tan ampulosa como soberbia definición: el neoliberalismo ha tomado un impulso vertiginoso en su gestión. El eje ultraderecha exConcertación se ha revitalizado si se considera que el gobierno de Boric se entregó a la exConcertación, siendo que ese sector estaba en un irrecuperable estado crepuscular.
Es un ejercicio de paciencia y control emocional la lectura de la entrevista que el presidente Gabriel Boric da a la agencia EFE. Se refiere a un país que no es, a principios que nadie ha visto por ningún lado, y a reformas que no reforman nada, lo que redunda en el perfil de un personaje que tampoco conocemos en esta parte del mundo.
Resulta llamativo que el presidente ocupe la palabra neoliberalismo en o cuando habla para el extranjero. Esa experiencia lo pone medio izquierdoso y valiente: dice, por ejemplo, no tenerle miedo a la ultraderecha. Y hace un listado de logros, muchos de ellos discutibles y otros francamente inexistentes, por lo menos, así como los describe.
De reformas estructurales que superen, aunque sea en algo y en el futuro el orden dominante, y que está en franca crisis en el mundo entero, ni hablar.
Recordemos que Gabriel Boric llegó para sepultar el neoliberalismo en su cuna. Y que su irrupción en política venía a terminar con el dominio ininterrumpido y corrupto del bipartidismo generado en el eje ultraderecha – exConcertación. Lo peor, lo inmoral lo éticamente inferior.
Y veamos en qué quedó tan ampulosa como soberbia definición: el neoliberalismo ha tomado un impulso vertiginoso en su gestión. El eje ultraderecha exConcertación se ha revitalizado si se considera que el gobierno de Boric se entregó a la exConcertación, siendo que ese sector estaba en un irrecuperable estado crepuscular.
Y hoy es el que dicta los pasos a seguir en La Moneda.
El presidente Boric habla de un proyecto político más allá de este gobierno. ¿Alguien sabe a qué se refiere?
En los hechos, resulta conmovedor que el Frente Amplio no tenga en sus filas alguien que sea presentado como un fiel representante de su filosofía, historia y legado. Alguien que tome el relevo y esgrima esto hicimos y esto vamos a hacer. Esto dejamos de herencia. El proyecto del que habla Boric.
¿Habrá algo más patético que alinearse detrás de Carolina Tohá, niña símbolo de todo lo que en política es despreciable, expresidenta del PPD, uno de los partidos más corruptos de la historia?
¿Será ese el proyecto?
El presidente Boric repasa un listado de logros de su gobierno. Veamos algunos: la semi solución del CAE que no hace justicia a los centenares de miles que vivieron una vida pagando. La solución a la Deuda Histórica de los profesores que es una miseria, condicionada, limitada y que no llega ni al 5% de la deuda real, y además pagada en cuotas. La ley TEA sin financiamiento ni reglamento que es una burla, un chiste a centenares de miles de niños con ese diagnóstico.
Una reforma previsional que no es reforma sino un arreglo en el que la gente recibirá una bicoca y que terminará haciendo ganar más dinero a los poderosos que se adueñaron del esfuerzo del trabajador.
¿Habría que alegrarse porque el sueldo mínimo llegue a los 510.636 pesos? ¿Alguien vive feliz con esa miseria?
No resulta ocioso recordar un hecho que la soberbia del actual mandatario olvido: muchos votamos por él por el peligro que representa la ultraderecha. Es decir, Gabriel Boric es un mal menor en ejercicio.
Para decirlo en breve, la experiencia del Frente Amplio fue en toda su extensión un fracaso y si se erigió a los niveles en que está porque el pueblo no ha dado con un proyecto, articulación y dirigentes que ofrezcan a la gente traicionada y vuelta a traicionar un camino, una estrategia y una esperanza.
Recordemos que aquel octubre que abrió tantas expectativas, sueños y alegrías, fue derrotado por sus propias falencias intrínsecas: sin un proyecto, sin liderazgos legítimos, sin una política capaz de resumir eso que palpitó. Y que fue finalmente traicionado en el mes de noviembre por quienes nada tenían que ver con su gestación, desarrollo y mística, esos que no tiraron una sola piedra, en aquella reunión de sujetos que estaban al borde de la extinción.
Entre ellos, el actual presidente que se arrogó, nadie sabe por qué, una representación que jamás tuvo.
A propósito, esa experiencia aún hoy, y quizás con mayor razón, abre una ventana de esperanza, si se tiene en cuenta que en la redacción del fallido proyecto de constitución participaron voces, capacidades, orígenes, intereses y raíces que hacen de esa propuesta un interesante punto de partida para un proyecto político que supere o se proponga superar el actual orden.
Bien revisada, sintetizada y actualizada, de ese proyecto puede salir bien definido un perfil de país que queremos.
Vienen elecciones nuevamente.
Resultaría penoso que de nuevo el pueblo deba optar por males menores que luego se transforman en males mayores en continuo crecimiento.
Debemos asumir estas experiencias y desgracias como una pedagogía que debe estremecer a aquellos que tienen posibilidades de hacer intentos por cruzarse al duopolio miserable, ajeno a la realidad del pueblo y contrario a los intereses de la gente más carenciada.
Sería una linda manera de decirle adiós a esos que llegaron para irse.