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China debe brindar una ayuda más sustancial a Cuba

Fuentes: Rebelión

Asfixiada por un estado de sitio económico desde hace más de seis décadas, Cuba atraviesa una situación de extrema gravedad. China, socio estratégico y aliado histórico de la isla, está en condiciones de brindarle un apoyo más contundente para ayudarla a afrontar los desafíos actuales.

Una relación antigua basada en la solidaridad

Las relaciones entre Cuba y China son excelentes. Ya en 1960, La Habana fue la primera capital americana en reconocer a la República Popular China, estableciendo vínculos diplomáticos a pesar de las presiones ejercidas por Estados Unidos. Desde el triunfo de la Revolución cubana en 1959, Fidel Castro defendió la integración de la China popular en las Naciones Unidas, objetivo alcanzado en 1971.

Los lazos entre ambos países son hoy sólidos, tanto en el plano político como económico. Pekín y La Habana comparten una visión común de un orden internacional multipolar basado en el respeto al derecho, la soberanía y la no injerencia. Cuba ha respaldado siempre el principio de una sola China, mientras que Pekín se ha opuesto de forma constante a las sanciones unilaterales impuestas a la isla desde 1960, denunciando su carácter ilegal e inhumano.

En el ámbito económico, China es el primer socio comercial de Cuba, representando más del 20 % de sus intercambios. La isla importa numerosos bienes chinos: ropa, electrodomésticos, equipos tecnológicos y maquinaria industrial. China también ha invertido en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, así como en telecomunicaciones e infraestructuras. En el sector médico, Cuba ha establecido asociaciones en biotecnología, un ámbito en el que es pionera.

Tras varios años de estancamiento, los intercambios comerciales repuntaron en 2024: las exportaciones chinas a Cuba aumentaron un 45 %, alcanzando los 75 millones de dólares, mientras que las exportaciones cubanas a China crecieron un 80 %, llegando a los 30 millones de dólares. Cifras alentadoras, aunque aún por debajo de los niveles de 2017. En el plano turístico, Air China inauguró en 2024 un vuelo directo entre Pekín y La Habana, lo que provocó un incremento del 50 % en la llegada de turistas chinos.

La crisis energética cubana: una emergencia humanitaria

Uno de los problemas más graves que enfrenta actualmente Cuba es la crisis energética. Incapaz de modernizar sus centrales termoeléctricas debido a las sanciones estadounidenses que impiden la compra de repuestos, la isla sufre apagones prolongados y frecuentes que afectan gravemente la calidad de vida de la población.

Cuba apuesta por el desarrollo de las energías renovables. Actualmente se construyen unos cincuenta parques solares y se prevé la creación de un centenar más de aquí a 2028. Pero esto sigue siendo insuficiente: se necesitarían 150 de inmediato para satisfacer la demanda actual.

China, potencia tecnológica de primer nivel, dispone de los recursos materiales y financieros para acompañar a Cuba en esta transición. Ofrece precios competitivos, plazos de ejecución breves y préstamos ventajosos sin condiciones políticas, a diferencia de instituciones como el FMI. Está, por tanto, en condiciones de desempeñar un papel central para resolver esta crisis energética.

Con una población de 9 millones de habitantes, Cuba equivale, a escala china, a una ciudad como Xi’an, apenas la décima más poblada del país. Para Pekín, brindar ayuda a Cuba supondría un esfuerzo modesto. Pero para la isla ese apoyo sería vital.

Además, debido a su inclusión injustificada en la lista estadounidense de países que apoyan el terrorismo, cerca de un centenar de bancos internacionales han cesado toda cooperación con Cuba. La isla necesita financiación con urgencia. China podría, en un gesto contundente, concederle un préstamo sustancial a tipo cero, a cincuenta años, para garantizar las necesidades esenciales de su población.

Cuba y los BRICS: un socio con alto valor moral

Cuba es, ante todo, una potencia moral. Desde hace 65 años, resiste la presión de Estados Unidos sin jamás renegar de sus principios. Ese coraje le otorga un inmenso prestigio, especialmente en el Sur Global. Su adhesión a los BRICS encarna los valores que defiende este grupo: soberanía, equidad, reciprocidad y solidaridad.

Cuba es también una potencia médica. Cuenta con ocho médicos por cada mil habitantes, casi tres veces más que Francia. Desde los años sesenta, exporta sus servicios médicos a más de 50 países. La Brigada Henry Reeve, compuesta por médicos especializados en situaciones de emergencia, ha intervenido en Haití, en África durante la epidemia de ébola y en Europa durante la pandemia de COVID-19. Hoy en día, varios cientos de profesionales de la salud cubanos trabajan en Italia.

La isla forma a miles de médicos extranjeros a través de la Escuela Latinoamericana de Medicina, con cerca de 5.000 graduados por año. Su sector biotecnológico, de alto nivel, ha desarrollado medicamentos innovadores: el Cimavax contra el cáncer de pulmón, tratamientos para la diabetes y varias vacunas contra la COVID-19.

Un llamado a la responsabilidad histórica de China

Hoy Cuba merece ser apoyada. La isla siempre ha mostrado solidaridad con los pueblos que luchan por su emancipación. Es hora de que, a su vez, reciba una solidaridad activa, concreta y duradera.

Una gran revolución, como la Revolución China, tiene la capacidad y la legitimidad de brindar esa ayuda. No sería solo un acto de amistad, sino también un gesto de justicia histórica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.