Un agente especial Antidroga justifica ante Asuntos Internos las búsquedas de Josetxo Arrieta que hizo en bases de datos restringidas asegurando que participaba en una investigación por narcotráfico a Miguel Urbán
La guerra sucia contra Podemos durante la primera legislatura de Mariano Rajoy sigue aflorando nueve años después. Una de sus maniobras más llamativas, el montaje para intentar atribuir tráfico de cocaína a Miguel Urbán, fue utilizado también para investigar a otro cargo político electo, el senador vasco José Ramón Arrieta. Hasta ahora había trascendido que la Policía intentó rastrear información comprometedora del entonces líder del partido, Pablo Iglesias, con la justificación de pertenecer al círculo del supuesto traficante.
El 8 de enero de 2016, un oficial de la unidad especial Antidroga de la Policía se puso a rastrear qué información guardaban las bases de datos restringidas sobre Arrieta. Las indagaciones sobre el senador se realizaron en el marco de la Operación Cardenal, según ha trasladado el policía a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía. Operación Cardenal es el nombre que los agentes dieron a las investigaciones contra Urbán a partir del testimonio de un confidente que se prestó a inventarse una disparatada historia sobre Urbán, acusándole de vender 40 kilos de cocaína en el barrio madrileño de Malasaña en la época en la que era europarlamentario.
La fecha de las indagaciones sobre Josetxo Arrieta explica parte de la maniobra. Los grandes montajes sobre Podemos se produjeron en el primer semestre de 2016. La formación política había obtenido 69 escaños en las elecciones de diciembre de 2015, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país. Un acuerdo de Gobierno progresista del PSOE estaba al alcance de la mano. Cuatro días después de la maniobra contra Arrieta, dos medios de la derecha publicaron el contenido del dosier policial PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima) sobre una supuesta financiación del partido a cargo de Irán y Venezuela. No sería el último montaje filtrado a la prensa para desgastar a Podemos.
Las búsquedas de datos de parlamentarios de Podemos en bases policiales están en el centro de la causa que se instruye en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. En el marco de la misma, la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía preguntó por la búsqueda realizada el 8 de enero de 2016 desde la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (Udyco). Entre las 17.46 y las 17.50 horas, el agente 103.332 introdujo en la aplicación denominada ‘Personas’: “Josetxu Arrieta”, “Arrieta”, “Aryeta Aryeta José Ramón” y, finalmente, “Arrieta Arrieta, José Ramón”, el nombre exacto del senador.
En el informe de Asuntos Internos, al que ha tenido acceso elDiario.es, los policías trasladan el testimonio del agente Antidroga: “Véase cómo las consultas ejecutadas lo son sobre variaciones de los datos de filiación de Arrieta Arrieta, José Ramón, hecho que evidencia claramente que se trata de un proceso investigativo habitual para la identificación de quien podría estar vinculado a un hecho delictivo”.
Sin embargo, no hay rastro de ningún “hecho delictivo”, ni el agente aporta en su informe el motivo de la búsqueda, más allá de la Operación Cardenal. También se niega a poner por escrito si lo hizo a iniciativa propia o si se lo ordenaron sus superiores. “Sus funciones como investigador Escala Básica se centraban principalmente, en la ejecución material de las actividades que se le encomendaban en materia de investigación, información o actuación o bajo la supervisión de sus superiores”, se limita a señalar.
Esta revelación asienta el objetivo de la Operación Cardenal. Con la utilización del testimonio falso de un confidente, el comisario José Luis Olivera logró que la Fiscalía Antidroga abriera una investigación contra Miguel Urbán. Durante tres meses se rastrearon sus cuentas bancarias, sus donaciones (públicas) y se le acusó de participar en una financiación irregular del partido blanqueando pequeñas cantidades de dinero, la técnica conocida como ‘pitufeo’.
Pero Urbán no era el fin sino el medio. Con la excusa de la investigación al militante de Anticapitalistas, la Policía comenzó a consultar en las bases de datos a Pablo Iglesias, el líder de la formación en ese momento. El policía que realizó las búsquedas ha declarado en la Audiencia Nacional que siempre que hay un investigado por narcotráfico se indaga en su entorno. Y su entorno, para el policía, era Pablo Iglesias. La Audiencia Nacional no ha creído la versión y ha vuelto a imputar al policía, después de que el juez Santiago Pedraz hubiera archivado la acusación contra él.
En última instancia, el objeto de la investigación era el propio partido, Podemos, con posibilidades de alcanzar el Gobierno, lo que finalmente no ocurrió en 2016. “Si evitamos que lleguen al Gobierno, mejor para todos”, dejó en una grabación otro mando de la policía política en un viaje a Nueva York para sonsacar supuestos datos comprometedores de los fundadores de Podemos a un exministro de Hugo Chávez.
La diferencia con otros informes falsos radica en que estas pesquisas no prosperaron ni siquiera para fabricar un dosier que filtrar a los medios afines, como había ocurrido en tantas ocasiones con los separatistas catalanes y el propio Podemos. La Fiscalía Antidroga se cansó rápidamente de investigar sobre nada sólido y en tres meses archivó las diligencias de investigación.
El exsenador se persona en la Audiencia Nacional
El exsenador de Podemos José Arrieta ya se ha personado en la causa que sigue el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, donde las últimas revelaciones anticipan nuevas citaciones. Arrieta fue condenado por un Consejo de Guerra de la Dictadura en 1975 por su vinculación a ETA y salió de la cárcel gracias a la amnistía de 1977. Antes de la existencia de Podemos y ya en democracia militó en Euskadiko Ezkerra y participó en iniciativas contra la violencia de la banda.
El comisario artífice del montaje, José Luis Olivera, declaró como testigo el pasado 24 de noviembre. Ese día descargó la responsabilidad en dos mandos a sus órdenes en el momento de los hechos, cuando él dirigía el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Olivera también dijo al juez que ni siquiera sabía quien era Miguel Urbán y que tuvo que mirarlo “en Wikipedia”. Como otros investigados en la causa, Olivera se sentará la próxima primavera en el banquillo de los acusados del caso Kitchen, el espionaje parapolicial a Luis Bárcenas, en tiempos de Mariano Rajoy, con cargo a los fondos reservados.
Los hechos son investigados en el seno de la causa abierta en la Audiencia Nacional contra el que fuera número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, y un grupo de mandos policiales, integrantes de la brigada política del PP.


