La épica de la muerte que cultiva la infantería, una falacia que conviene explicar
Si repasamos la historia contemporánea del ejército español, desde las últimas batallas de ultramar a finales del s. XIX hasta la Guerra Civil, pasando por las sangrientas, injustas e inútiles batallas de las guerras de Marruecos en el XIX y primer tercio del XX, no acertamos a ver gloria ni heroísmo alguno basado en ninguna «causa justa», porque no lo fue sacrificar a decenas de miles de jóvenes reclutas pobres, por mantener las últimas colonias y por intentar dominar a unas gentes y una tierra agreste y ajena en las montañas norteafricanas, para defender intereses económicos que solo repercutieron en la familias poderosas, afincadas en el régimen de las monarquías borbónicas.
Por mucho que busquemos en aquellos avatares épicos, no parece ni rastro de «causa justa» alguna para llevar a la muerte a miles de jóvenes reclutas en aventuras coloniales, sino todo lo contrario.
La única infantería que puede considerar ha hecho honor a defender una «causa justa» ha sido la infantería del Ejército Republicano, combatiendo en el campo de batalla a los ejércitos franquistas, fascistas y nazis.
Los soldados republicanos de las batallas de Belchite, Brunete, Teruel y Ebro, tuvieron enfrente a los mismos enemigos con los que se encontrarían muchos de ellos poco después combatiendo en las filas de los ejércitos aliados, de forma que cada soldado italiano o alemán caído en alguna de estas batallas, fue un combatiente menos en la IIGM.
El Gobierno de España sigue rehén del núcleo duro ultraconservador de las FAS, sin que la ley de la Memoria Democrática se haya atrevido a considerar al Ejército Popular y a sus combatientes como referencia histórica, de la que las actuales Fuerzas Armadas españolas actuales puedan considerarse herederas.
La negativa del Ministerio de Defensa a rendir honores militares a miembros de las FAS asesinados por los sublevados o caídos en combate, es la evidencia más expresiva de este divorcio histórico, del que esta vez son protagonistas precisamente la Legión y los Regulares, marcadas para siempre por la ignominia de la traición desde 1936.
No hay causa justa alguna defendida por la infantería española al servicio de los Borbones o de la dictadura franquista.
Floren Dimas es Oficial del Ejército del Aire (Rtd). Es miembro de la Asociación por la Memoria Militar Democrática (AMMD) y del colectivo Anemoi, expresidente y miembro de la Asociación Milicia y República (ACMYR)
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