La represión y el ensañamiento policial han sido la respuesta contundente del gobierno de entesa a las movilizaciones estudiantiles en favor de una universidad pública y de calidad. Los y las estudiantes contra Bolonia, encerrados desde hace meses en el r ectorado de la Universidad de Barcelona, han sido duramente reprimidos. Los jóvenes que han […]
La represión y el ensañamiento policial han sido la respuesta contundente del gobierno de entesa a las movilizaciones estudiantiles en favor de una universidad pública y de calidad. Los y las estudiantes contra Bolonia, encerrados desde hace meses en el r ectorado de la Universidad de Barcelona, han sido duramente reprimidos. Los jóvenes que han resistido hasta el final en el rectorado ocupado han acabado empujados escaleras abajo, con los pies de los antidisturbios en el cuello … ¡La policía de siempre ahora pero con un gobierno que se autoproclama de «izquierdas» y con un consejero de interior que se define como «ecosocialista». Pero éste no ha sido un hecho aislado, sino que se trata de un episodio más de una larga serie de casos de represión protagonizados por los mossos d’esquadra a las órdenes de Joan Saura.
Varios imputados por desobediencia y atentado a la autoridad y manifestantes y periodistas heridos son los resultados de esta jornada de lucha que ha vivido una dura represión policial como hacía tiempo no se veía en las calles de Barcelona. Las diferentes manifestaciones en apoyo a los estudiantes contra Bolonia y de repudio a la extrema represión policial han acabado con duras cargas policiales. ¡ Sr. Saura, ni la privatización de la educación pública casa con unas políticas progresistas ni la represión a los movimientos sociales tiene nada que ver con el ecopacifismo!
En el transcurso de estos meses, el movimiento contra Bolonia ha sido capaz de poner en cuestión el discurso oficial sobre las supuestas bondades de la reforma universitaria, atrayendo la atención mediática y visibilizando las consecuencias de un proceso de reforma al servicio de los intereses empresariales. La ocupación del rectorado en pl. Universitat ha sido un símbolo de la lucha y de la resistencia no tan sólo de aquellos que decimos «no» a la privatización del sistema educativo sino también de aquellos que nos oponemos a la creciente mercantilización de todos los ámbitos de nuestra vida y que luchamos desde bajo y a la izquierda.
Los y las estudiantes contra Bolonia se han reconocido en u n movimiento social muy amplio integrado por jóvenes, mujeres, trabajadores y trabajadoras, ecologistas … que nos oponemos y decimos «ya basta» a unas políticas neoliberales que anteponen los intereses privados y mercantiles a las necesidades de las personas y el respeto al medio ambiente. Estas semanas, se han convocado en el rectorado ocupado dos asambleas de movimientos sociales que han servido para tender puentes y discutir estrategias de acción entre un amplio abanico de organizaciones, campañas y movimientos sociales. La lucha contra Bolonia nos incumbe a todas y a todos porque se lleva a cabo en un contexto de crisis económica, social y ecológica y de creciente endurecimiento de las políticas neoliberales con graves consecuencias sobre la vida de las personas: mayor precariedad, despidos, flexibilización laboral, incremento del coste de la vida, etc. Los próximos días serán decisivos para el futuro del movimiento contra Bolonia y también para el conjunto del movimientos sociales catalanes. Ahora es el momento de relanzar la protesta estudiantil, ampliarla y masificarla y, en paralelo, buscar sinergias con otros movimientos y sectores sociales. La manifestación del próximo día 28 de marzo, convocada por la campaña Que la crisis la paguen los ricos, será un test importante.
La represión brutal ejercida sobre el movimiento estudiantil se enmarca en una estrategia de aumento de la represión a los movimientos sociales y a cualquier tipo de disidencia política que ponga en cuestión el actual orden de cosa s. Se criminaliza al inmigrante, a las avortistas, a los ecologistas que defienden el territorio, a los estudiantes contra Bolonia … con un consejero de interior que pertenece a un partido que se dice «de izquierdas y ecologista de veras». Y es, precisamente, con un gobierno de «izquierdas» que este 18 de marzo hemos rememorado imágenes que nos remontan a treinta años atrás con nuestros padres corriendo delante de los grises o a nosotros mismos el año 2001 masacrados brutalmente por la policía italiana en Génova.
La represión al movimiento estudiantil contra Bolonia muestra crudamente la naturaleza del gobierno de ente sa y de los partidos de la izquierda oficial, convertidos en gestores fieles de los intereses empresariales. Destaca el triste y lamentable papel de ICV-EUiA, convertida desde hace tiempo en un apéndice subalterno del PSC y en una maquinaría profesional-electoral absolutamente institucionalizada, corresponsable de políticas contrarias a su propia base social y a su propio ideario y en ruptura y confrontación abierta con los movimientos sociales y los segmentos movilizados de la sociedad catalana.
Es en este contexto que hay que apostar por la construcción de un izquierda de combate, en ruptura con el sistema, donde la lucha contra el neoliberalismo se inserte en una perspectiva anticapitalista, y que tenga una concepción no institucional de la acción política. Una izquierda comprometida con las luchas, fiel a unos principios feministas, ecologistas, internacionalistas y con una total indepen dencia con respecto a los gobiernos social-liberales.
Es el momento de intensificar nuestros esfuerzos para organizar la resistencia social frente a la crisis, para combatir la represión y para avanzar en la construcción de una alternativa política anticapitalista. No nos detendrán.
Esther Vivas. Miembro de Revolta Global-Esquerra Anticapitalista y del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales (CEMS) de la UPF