El diario «El País» publica hoy en su edición valenciana la siguiente noticia «Sólo el 49,5% de los afiliados de EU apoya la tesis de Marcos». Recapitulemos para asombrarnos ante este ejercicio de manipulación y parcialidad informativa. La crisis entre Esquerra Unida (EU) y la dirección de Izquierda Unida comienza cuando nada más constituido el […]
El diario «El País» publica hoy en su edición valenciana la siguiente noticia «Sólo el 49,5% de los afiliados de EU apoya la tesis de Marcos». Recapitulemos para asombrarnos ante este ejercicio de manipulación y parcialidad informativa.
La crisis entre Esquerra Unida (EU) y la dirección de Izquierda Unida comienza cuando nada más constituido el grupo parlamentario en las Cortes Valencianas del «Compromís», diputados del Bloc y llamazaristas de EU rompen los acuerdos preelectorales que eran públicamente conocidos, que establecían, entro otras muchas cláusulas, que la portavocía del grupo y el consejero en Radio Televisión Valenciana correspondían a EU. Dos diputadas elegidas originariamente por la lista de EU abandonan la organización y crean un partido propio (Iniciativa Pel País Valencía) que se alían con el Bloc, expulsando de la portavocía a Gloria Marcos y toman el control de las subvenciones para ahogar económicamente a Esquerra Unida. A las dos diputadas se les abre un expediente que se resuelve con su expulsión de EU. Asombrosamente, Llamazares, en lugar de apoyar al referente de Izquierda Unida en el País Valenciá (Esquerra Unida), incorpora a la nacionalista Mónica Oltra a Izquierda Unida afiliándola en Madrid, tomando partido por las diputadas transfugas.
Durante todo este período EU tenia en marcha su proceso asambleario para elegir los candidatos a las elecciones generales. Lógicamente las bases de EU no quería saber nada de pactos con el Bloc que auspició la ruptura dentro de EU. Llamazares, sabedor que su candidata Isaura Navarro no tenía ninguna posibilidad de reelección, tanto por haberse posicionado con las diputadas transfugas como por su no seguir las directrices de las bases en numerosas ocasiones (Ley General de Educación, Canon Digital…), se inventa un proceso de primarias, que sólo se contempla para la elección de candidato a la presidencia de gobierno y que para el caso que nos ocupa no era necesario ni estatutario pues ya las bases valencianas habían sido consultadas y elegidos los candidatos con una importante participación de las bases.
Esquerra Unida es una organización federada con IU, en su protocolo de federación se establece un reparto de competencias entre una y otra organización, en este documento la elección de candidatos es competencia exclusiva de EU. Sin embargo, por segunda vez en esta historia, los partidarios de Llamazares hacen caso omiso a los documentos que ellos mismos han rubricado y convocan estas elecciones primarias en Valencia, a pesar que son rechazadas por la organización, sus bases y los candidatos elegidos en el proceso asambleario.
Mientras el sector llamazarista, integrado por Espai Obert (seguidores de Joan Ribó) y Iniciativa pel País Valencià (seguidores de Pascual Mollá) pactan una coalición para las próximas elecciones generales con el Bloc con el beneplácito de Llamazares, EU acuerda una coalición con Izquierda Republicana, según sus propios estatutos las coaliciones electorales tienen que aprobarse por referéndum y esto fue lo que se votó el pasado día 11 de enero.
En este referéndum participó la participación es del 56’43%, muy superior a la de las primarias en que se eligió a Gaspar Llamazares como candidato a la Presidencia del Gobierno (37,5%), y de ese 56% de militancia que participó, el 90% apoyó el pacto de EU con Izquierda Repúblicana, mientras que la propuesta de pacto de Llamazares no se ha consultado ni se piensa consultar con los militantes. Volviendo al titular de «El País», si este medio hubiese seguido el mismo criterio utilizado para titular esta noticia como para las elecciones primarias, este debería ser: «A Llamazares sólo el apoya el 17,5% de la militancia de Izquierda Unida» o «Llamazares aprueba un pacto electora sin consultar a los militantes».
Varias son las mentiras y manipulaciones que está utilizando la dirección de IU en convivencia con los grandes medios. Uno de ellos es que las primarias son más democráticas que una asamblea, algo que intrínsecamente es falso como argumenté anteriormente. Recordemos que en el caso de Valencia, la diputada abanderada por Llamazares, Isaura Navarro, ganó el escaño por ese mismo método de asamblea que ahora tanto se critica y por un margen más estrecho que el que ha obtenido el actual candidato, Antonio Montalbán.
Otra mentira repetida mil veces ha sido achacar toda la responsabilidad de la crisis a la actual dirección de EU, y en especial a su coordinadora Gloria Marcos, cuando el problema ha sido que un sector minoritario de la organización no ha sido fiel con ésta. Solo hay que recordar cómo Llamazares fue respaldado tras vencer en las primarias, incluso por quienes no le apoyaron, y como este mismo candidato, al día siguiente de su ratificación, se dedicó a torpedear los procesos democráticos cuando no le fueron favorables.
Otro aspecto curioso que los grandes medios no han reseñado, es como los nacionalistas valencianos (Bloc e Iniciativa) recurren a la dirección de Madrid de Izquierda Unida para imponer sus candidatos y pactos.
Resumiendo, mientras que a Julio Anguita el grupo Prisa le sometió a un vía crucis medíatico, Llamazares y su gente tiene todo el apoyo de medios reaccionarios como «El País» o la «Cadena Ser», un claro indicio que debe servirnos para conocer quien es leal con sus principios y quien es un profesional de la política.