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A propósito del «I Premio Iberoamericano de Poesía Juegos florales» de Tegucigalpa (Honduras)

Fuentes: Rebelión

La noticia del otorgamiento del «I Premio Iberoamericano de Poesía Juegos florales de Tegucigalpa (Honduras)» a Luís Manuel Pérez Boitel ha sido motivo de sentimientos y opiniones encontradas. Por una parte, el anuncio del hecho en sí como un acontecimiento literario más y por la otra, en la que se encuentra un sinnúmero de escritores: sorpresa, […]

La noticia del otorgamiento del «I Premio Iberoamericano de Poesía Juegos florales de Tegucigalpa (Honduras)» a Luís Manuel Pérez Boitel ha sido motivo de sentimientos y opiniones encontradas.

Por una parte, el anuncio del hecho en sí como un acontecimiento literario más y por la otra, en la que se encuentra un sinnúmero de escritores: sorpresa, incomprensión y frustración ante lo inesperado de que un poeta cubano, residente en la Isla, haya participado en «un certamen literario» organizado por el régimen golpista que intenta gobernar en Honduras.

Régimen, que con el apoyo de la oligarquía nacional y el gobierno hipócrita de Barak Obama, se sustenta a fuerza de la tortura, el asesinato y las desapariciones, y al que el pueblo hondureño masivamente ha hecho y hace una valiente y heroica resistencia , que le ha ganado la admiración y la solidaridad mundial.

El 30 de enero pasado, en un mensaje «Publicado por Artistas en Resistencia. Honduras» (http://artistaresiste.blogspot.com/2011/01/se-entrega-el-premio-hispanoamericano.html), entre otros aspectos se señala:

«Y sobre las agujereadas calles de Tegucigolpe, la fanfarria pasará con su enorme barriga de poeta de cóctel. Y el mundo literario aplaudirá que un cubano de la Revolución haya servido a la perfección para limpiar la suciedad de los que hoy persiguen, encarcelan, desaparecen, amenazan y matan al pueblo en Resistencia».

Comparto la ira, el dolor y la razón de los Artistas en Resistencia, pero no comparto la expresión de que «el mundo literario aplaudirá que un cubano de la Revolución…» me parece exagerada y demasiado extensiva la frase, a menos que se refiera al grupo que asistirá a la anunciada premiación. De no ser así, olvida a los miles escritores que en Cuba y en todo el mundo se han solidarizado y solidarizan con la lucha del pueblo hondureño. Olvida además, que los revolucionarios cubanos no son infalibles, como tantos otros seres humanos se equivocan y que no es verdaderamente revolucionario quien se pone al lado de los que oprimen.

Es bien sabido, que la inmensa mayoría de los poetas y narradores del planeta no obtienen, de su obra, beneficios económicos suficientes para satisfacer sus necesidades elementales y las de su familia, y ni siquiera reciben la justicia de ser premiados en concursos donde los premios están repartidos antes de convocarse.

A pesar de esa realidad, y de la atractiva carnada que los golpistas colocaron en el anzuelo de la convocatoria (un premio en metálico de cinco mil dólares y recibir el «galardón» en Tegucigalpa con todos los gastos de viaje y estancia pagados), muchos de los que la recibieron se negaron a participar, pues se percataron de que el premio era una trampa «caza bobo» , cuyo único propósito era «pescar» cómplices y dar viso de legalidad a un gobierno que fue parte y resultado de un criminal golpe militar.

Sin desmeritar la calidad literaria del premiado, era de suponer que cualquier poeta extranjero de renombre o cualquier poeta cubano que mordiera el anzuelo recibiría el premio y junto con este: el estigma.

Habrá quienes piensen que Pérez Boitel actuó con la intención de proporcionar apoyo a los golpistas, no lo creo. Sí, que no fue capaz de percatarse de los propósitos de los patrocinadores del premio ni de la trascendencia de su participación como «bailarín de esa fiesta». Sí, ingenuidad e inmadurez. Fue una decisión personal, lo cual muestra, a su vez, la independencia con que cualquier persona puede actuar en Cuba.

No obstante, el daño está hecho. Y solo la renuncia al premio, su entrega a la Resistencia y/o una declaración pública de apoyo a esta por parte del causante podrían atenuarlo.

No soy un laureado poeta ni un poeta laureado y muy probable ni siquiera poeta, pero pido perdón al pueblo hondureño porque me avergüenza que mi nombre: cubano, acompañe a una sonrisa en la boca de sus verdugos. Pido perdón, en defensa de la poesía y de los miles de poetas que en todo el mundo acompañaron y acompañan a ese valiente pueblo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.