Es muy difícil extraerse del imaginario hegemónico que presenta al turismo como una vía relativamente fácil y rápida al desarrollo. Un ejemplo paradigmático lo encontramos en el Estado Español. El turismo fue el gran impulsor de la burbuja inmobiliaria que, al explotar a finales de la década pasada, hundió al país en […]
Es muy difícil extraerse del imaginario hegemónico que presenta al turismo como una vía relativamente fácil y rápida al desarrollo. Un ejemplo paradigmático lo encontramos en el Estado Español. El turismo fue el gran impulsor de la burbuja inmobiliaria que, al explotar a finales de la década pasada, hundió al país en la crisis que actualmente padece ( 2 ). No obstante, es recurrente leer y escuchar que el turismo es el sector económico que mantiene la economía, y que será la que impulse su recuperación.
Sin embargo, muchas veces sucede al revés: el sector turístico se mantiene por la inyección continuada de recursos públicos en forma de subsidios o de subvenciones. Especialmente esto sucede cuando: a) la sociedad y la economía de una región o país se convierte en dependiente del turismo, y b) se manifiestan sus limitaciones de crecimiento.
El discurso que presenta al turismo como un eficaz motor de desarrollo tiene necesidad de encubrir esas ayudas. En caso contrario, ese discurso parecería incongruente. Es así que la mayoría de la población desconoce los mecanismos por los que se traspasan fondos públicos a la industria turística privada. Por ejemplo, ¿cuánta gente sabe que el combustible para el transporte aéreo internacional carece de cargas impositivas, cuando el del transporte terrestre supera el 50% de su precio al consumidor final? (3). ¿O que la mayor parte de la publicidad que beneficia al sector hotelero es realizada por las instituciones públicas, bajo la excusa de que «lo publicitado» es el lugar de destino (una ciudad, una región, un país)?
El Estado Español, extremadamente dependiente del turismo, ha creado múltiples estrategias destinadas a cubrir, con recursos públicos, parte de los costos operativos de las empresas privadas turísticas. Incluso extrayendo esos fondos de ámbitos especialmente delicados. Un caso ejemplar lo encontramos en el Instituto de Mayores y Servicios Sociales, comúnmente conocido como IMSERSO, organismo que depende del Ministerio de Sanidad. Enmascarado bajo el epígrafe de «turismo social», una parte de sus fondos se destinan a cubrir gastos operativos del sector hotelero.
El turismo social de la IMSERSO
El turismo social busca generar espacios de ocio para todos los sectores sociales, con especial atención a aquellos que, por su situación socio-económica (estructural o coyuntural) o por determinados impedimentos físicos, tienen dificultades para acceder a estos servicios recreacionales. En el Estado Español, el programa público más popular de turismo social es el de la IMSERSO. De hecho, en España, IMSERSO es sinónimo de los viajes turísticos que se ofertan a los mayores de 65 años. Como hemos indicado, la IMSERSO está adscrita al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y por lo tanto forma parte de sus presupuestos.
El Programa de Turismo Social para Mayores, así como el de Termalismo para la tercera edad, se presentan, formalmente, con un doble objetivo: «facilitar la incorporación de este colectivo a las corrientes turísticas, al tiempo que paliar las consecuencias que en materia de empleo produce el fenómeno de la estacionalidad en el sector turístico del país» (4). Y funciona de la siguiente manera. A través de la red de agencias de viajes, la IMSERSO oferta a las personas que cumplen los requisitos (básicamente, la edad) una serie de paquetes turísticos que suelen comprender el traslado, el alojamiento, la alimentación y otras actividades complementarias, además de servicio médico, a unos precios muy inferiores a los que establece el mercado. El resto del costo es cubierto por la IMSERSO, que previamente lo ha pactado con los hoteles que participan en el programa. Normalmente la oferta tiene lugar en periodos de temporada baja; se trata de población jubilada, y que por tanto se supone que no está ceñida a un calendario laboral.
El presupuesto público que se destina a este programa no es baladí: en 2013 fue de más de 105 millones de euros. Se calcula que las plazas ofertadas son de 1.200.000, que suponen más de diez millones de pernoctaciones. Si bien con el inicio de la crisis este presupuesto se redujo en un 21%, para el 2014 la dotación se mantuvo en los niveles del año anterior (5). Sin embargo, la crisis se mantiene, y los recortes sociales en otras partidas, también. Por ejemplo, el presupuesto del ministerio del que depende la IMSERSO se redujo en un 6,6% entre 2013 y 2014 (6).
Pero sobretodo, los fondos invertidos en estos programas turísticos para la tercera edad contrastan con las necesidades urgentes que tiene la población a la que va dirigida. En España, una de cada cuatro personas mayor de 65 años está en riesgo de pobreza (7). De hecho, los niveles de pobreza son más elevados en los hogares que tienen ancianos (8).
Programas sociales… ¿a favor de quién?
Parece contradictorio. Pero lo que sucede es que la necesidad y el interés en mantener una estructura hotelera desmesurada que padece la temporalidad que caracteriza el turismo, lleva al Estado Español a desviar partidas presupuestarias de las áreas sociales para subsidiar parte de los costos de operación del sector empresarial de la hostelería. El sector hotelero es consciente de ello. Año tras año reclama al Estado que aumenten las partidas destinadas a estos programas de turismo social. Lo que llama la atención en un país donde las asociaciones empresariales se caracterizan por elogiar cualquier recorte social. Y es que la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) calcula que por cada euro aportado por el IMSERSO para estos programas, el sector turístico ingresa 4,97 euros adicionales (9). Si bien un sector de la población jubilada se beneficia de un servicio turístico barato, cabe la duda si ese volumen económico no se tendría que destinar a las necesidades más urgentes de ese sector poblacional, y no a una actividad que, como las asociaciones de empresarios hoteleros no ocultan, tiene como objetivo real subsidiarles.
En muchas ocasiones, el turismo genera conflictividad por el acceso a los recursos entre sectores económicos. El caso de los viajes de la IMSERSO evidencia esta situación. El presupuesto social del Estado Español, en un contexto de crisis con un fuerte costo social, se ve costreñido por los intereses de un sector económico que, aún cuando se publicita exitosamente como una estrategia eficaz y eficiente para el desarrollo, genera tal dependencia económica que se ha de destinar fondos públicos para sostenerlo. En resumidas cuentas, el turismo social, una corriente que quiere utilizar esta actividad de ocio con fines sociales, en el Estado Español acaba siendo utilizada para subvencionar los costes operativos del sector turístico empresarial.
Notas
(1) El presente texto recoge parte de la Conferencia inaugural impartida en el XXVI Congreso Mundial de Turismo Social celebrada en São Paulo entre el 9 y el 10 de octubre de 2014.
(2) Blázquez, M.; Murray, I.; Artigues, A.A. (2011) «La balearización global: El capital turístico en la minoración e instrumentación del Estado» Investigaciones Turísticas 2: 1-28. Rodríguez López,E; López Hernández, I. (2011) «Del auge al colapso: El modelo financiero-inmobiliario de la economía española: 1995-2010» Revista de Economía Crítica 12: 39-63.
(3) Buades, J.; Cañada, E.; Gascón, J. (2012) El turismo en el inicio del milenio: Una lectura crítica a tres voces. Madrid: Foro de Turismo Responsable. Disponible en https://www.academia.edu/4057653/El_turismo_en_el_inicio_del_milenio_Una_lectura_cr%C3%ADtica_a_tres_voces_Buades_J_Ca%C3%B1ada_E._Gasc%C3%B3n_J._Madrid_Foro_de_Turismo_Responsable._2012
(4) IMSERSO. Programa de Turismo Social para Mayores: Objeto del Programa. Disponible en http://www.imserso.es/imserso_01/envejecimiento_activo/vacaciones/objeto_programa/index.htm
(5) Europa Press (2013) «El IMSERSO mantendrá su presupuesto para 2014 en los programas de turismo social y termalismo». Europa Press (23/7/2013). Disponible en http://www.europapress.es/cantabria/noticia-imserso-mantendra-presupuesto-2014-programas-turismo-social-termalismo-20130723142113.html
(6) El Mundo (2013) «El presupuesto para Sanidad se reduce un 6,6%». El Mundo (30/9/2013). Disponible en http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/09/30/noticias/1380553441.html
(7) Ayllón, D. (2010) «Una de cada cuatro jubiladas está en riesgo de pobreza». Publico (13/10/2010). Disponible en http://www.publico.es/espana/320238/una-de-cada-cuatro-jubiladas-esta-en-riesgo-de-pobreza
(8) Ortiz Serrano, S.; Lucas Santos; S. (2010) «Análisis regional de la pobreza para el colectivo de la tercera edad: inferencia clásica vs.Técnicas Bootstrap» Estadística española 52 (173): 155-191
(9) Nexotur (2013) «Los programas de Turismo y termalismo social del Imserso mantendrán su dotación en 2014 tras dos ejercicios de recortes». Nexotur (2/10/2013). Disponible en: http://www.nexotur.com/nexotur/programas/turismo/termalismo/social/imserso/mantendraacuten/su/dotacioacuten/2014/dos/ejercicios/recortes/61445/
Jordi Gascón: Foro de Turismo Responsable & Instituto de Altos Estudios Nacionales (Ecuador)