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El Gobierno de los banqueros comenzó con los recortes y solo es “el inicio del inicio”

¡Abajo el tijeretazo de Rajoy!

Fuentes: Editorial de Página Roja

El Gobierno de Rajoy comenzó batiendo récords: ¡6 días ha tardado en romper sus promesas! Quien afirmara que «subir impuestos es un disparate estratosférico» resolvió acometer el mayor recorte de la historia de la Hacienda española, 8.900 millones de euros de un plumazo, y la segunda mayor subida de impuestos tras la que impuso Zapatero […]

El Gobierno de Rajoy comenzó batiendo récords: ¡6 días ha tardado en romper sus promesas! Quien afirmara que «subir impuestos es un disparate estratosférico» resolvió acometer el mayor recorte de la historia de la Hacienda española, 8.900 millones de euros de un plumazo, y la segunda mayor subida de impuestos tras la que impuso Zapatero cuando suprimió los 400 euros y subió el IVA, una subida de impuestos que recae en sus dos terceras partes sobre los asalariados/as.

Tras consultar previamente a Merkel y al BCE, Rajoy emprendió un primer tijeretazo que, como aclaró la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, es sólo «el inicio del inicio». Las medidas del gobierno suponen, en primer lugar, una bajada general de los salarios. La «congelación» de los sueldos de los empleados públicos y el aumento de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales, cuando el IPC subió en el 2011 un 2,9%, suponen de hecho una bajada salarial por partida doble. A ello hay que sumar su segundo incumplimiento, «mantener el poder adquisitivo de los pensionistas». La «subida» de un 1% de las pensiones supone la rebaja de las mismas en un 1,9%, sin contar las derivadas del aumento de la retención del IRPF.

La congelación del salario mínimo, medida inédita en los últimos 45 años, es de hecho una bajada salarial en un ya de por sí lamentable SMI que queda muy lejos de la media europea y de la promesa de Zapatero de que alcanzaría los 800 euros en 2012.

Añádase a todo ello la no renovación de la renta de emancipación (210 euros) y la suspensión de la incorporación de nuevas categorías de beneficiarios de la Ley de Dependencia.

La bajada general de salarios de los empleados públicos marca la tendencia para la negociación colectiva en el sector privado. Y no escapa de este recorte salarial la subida de precios en productos básicos como el transporte público, el gas natural o las hipotecas.

El tijeretazo anuncia más desempleo y profundiza la recesión económica

La decisión de congelar la oferta de empleo público y de no cubrir las bajas que se vayan produciendo seguirá aumentando el número de desempleados, tanto por los puestos de trabajo que no se crearán, como por los despidos de personal contratado e interino que no verán renovados sus contratos, a lo que hay que añadir el anuncio de una nueva y urgente reforma laboral destinada a flexibilizar el mercado de trabajo.

Menos poder adquisitivo de los salarios, más desempleo y más recortes a la inversión pública son una ecuación cuyo resultado no es otro que profundizar la recesión económica.

Un tijeretazo al servicio de los banqueros y los ricos

El argumento esgrimido por el nuevo gobierno es que se vieron «sorprendidos» por un déficit que llegará al cierre del 2011 al 8% en lugar del 6% previsto. Ese desfase se explica, dicen, por el hecho de que el déficit de las Comunidades autónomas era superior al que se conocía. ¡Y eso lo dice un Presidente cuyo partido gobierna en la casi totalidad de las Comunidades Autónomas!

Las medidas del tijeretazo contrastan con la generosidad hacia las grandes fortunas, las multinacionales y los bancos. Las empresas que cotizan en el IBEX 35, y que no verán aumentado ni un solo euro sus impuestos, obtuvieron el año pasado un beneficio declarado de 50.000 millones de euros, más de tres veces la cifra de los recortes aprobados por Rajoy. Contrastan también con la generosidad hacia las 3.174 Sociedades de Inversión (SICAV) que, con un patrimonio de 26.172 millones en el segundo trimestre del 2011, cotizan un 1% de sus beneficios y que, gestionadas por los grandes bancos, dan refugio a los Amancio Ortega, las Koplowitz y compañía.

Contrastan, asimismo, con la ausencia completa de medidas frente al fraude fiscal de las grandes fortunas que, según los técnicos de la Agencia Tributaria, se eleva a 60.000 millones de euros, cerca del doble de todo el recorte anunciado hasta la fecha por Rajoy para el 2012.

Un recorte al dictado de la Merkel y el BCE

Rajoy exigió una y otra vez que el gobierno Zapatero hiciera pública la carta que recibió de Jean Claude Trichet, presidente del BCE, y Miguel Ángel Fernández Ordoñez, gobernador del Banco de España, en que le exigían medidas concretas frente a la crisis de la deuda. Rajoy denunciaba que «Europa le pone los deberes al gobierno», «quiero saber si se la remitieron y cuál es su contenido. Quiero que me lo responda», exigía un Rajoy exultante ante el Congreso de los Diputados recordando que «esta cámara representa la soberanía nacional». Ahora la carta se ha convertido de hecho en su hoja de ruta.

Lo que Trichet y Fernández Ordoñez exigían del Gobierno eran, entre otras, medidas de «ajuste presupuestario y económico» que se traducían en materia laboral en «una devaluación competitiva de los salarios» y «acciones contra el desempleo juvenil» que incluyeran una nueva categoría de trabajadores con sueldos inferiores al SMI.

Rajoy en su primer paquetazo da cumplida respuesta a las exigencias de la banca y la «Unión Europea».

«Es solo el inicio del inicio»

Para lograr reducir el déficit al 4,4% en el 2012 el gobierno se comprometió a estos primeros recortes y a seguir tomando medidas hasta que alcance los 36.000 millones de euros. A corto plazo acometerá la nueva reforma laboral que reclaman las multinacionales y la patronal, así como la restructuración financiera (se discute si se hará a través de un «banco malo» que absorba los «activos tóxicos» del ladrillo) para cubrir con dinero público las pérdidas de los bancos con la especulación, unos 300.000 millones de euros de deuda inmobiliaria.

Además deberá proseguir el plan que profundice la privatización de la sanidad, la educación, el transporte público… para «reducir el gasto social» y abrir las puertas a los sectores del capital que buscan «invertir».

¡Todo por la deuda! es el grito de guerra social que este gobierno, como el anterior, ha hecho suyo. Todos los recortes que sean necesarios para pagar los 100 millones de euros diarios de intereses que consume una deuda que, por el arte del birlibirloque, convierten en pública los banqueros y las multinacionales.

Por eso el primer gobierno de Rajoy es un traje hecho a medida de banqueros y multinacionales: baste ver la designación de Luis de Guindos como Ministro de Economía, un «Ex jefe de Lehman Brothers para gobernar la Economía española» como tituló Financial Times.

La oposición hay que hacerla desde la calle

Frente a un gobierno de guerra social como éste, la «oposición» institucional muestra su versión más lamentable. La actitud de los dirigentes de CCOO y UGT, ni lo denuncian, ni comienzan a preparar la respuesta contundente que le pare los pies. Por el contrario, Toxo salió de la entrevista con Rajoy hablando de «buenas vibraciones» y llamando a un gran «pacto por el empleo» mientras prosiguen la «negociación» de una reforma laboral que no preanuncia más que un nuevo recorte de derechos.

El PSOE y Rubalcaba se dedican sobre todo a llamar al PP a negociar pactos. No en vano PP y PSOE son obedientes vasallos de Merkel y Sarkozy, al servicio del capital financiero.

Izquierda Unida, que aparece prácticamente como única oposición, proclama una «oposición responsable y constructiva» y ha querido aparecer como portavoz de la burocracia sindical de CCOO y UGT, llamando a «negociar un nuevo modelo productivo». Del mismo modo, no ha cuestionado el pago de la deuda pública a bancos y especuladores, ni la UE, ni atacado los fundamentos de un sistema que nos lleva a la catástrofe.

La única oposición real que este gobierno está teniendo es, una vez más, la de los trabajadores/as que han proseguido con sus luchas, así sean sectoriales y dispersas. Las manifestaciones de empleados públicos en numerosos Ayuntamientos y Comunidades autónomas así como del profesorado son el camino a generalizar y unificar en el próximo periodo.

No pagar la deuda y parar las tijeras de Rajoy

No se puede dar tregua a Rajoy, no se puede aceptar el retroceso histórico que quieren imponer. La burocracia sindical, como CCOO y UGT, deberían (hace tiempo) estar organizando la lucha y no pactando con banqueros, empresarios y gobiernos.

Son esas luchas sectoriales en marcha las que se pueden y deben convertir en ejemplo para todos, apoyarlas y rodearlas de solidaridad e ir creando así las condiciones de una respuesta general de toda la clase obrera y la juventud. En ese empeño de alentar las luchas, unificarlas y preparar una respuesta general debe volcarse el sindicalismo de clase alternativo y el movimiento 15M y ese es el camino que hay que exigir a todos los que como IU o Amaiur se declaran oposición a este gobierno.

Es hora de organizar la lucha contra los planes de Rajoy y compañía. Es hora de defender el no pago de la deuda a los banqueros y hacer una campaña para derrotarlos e imponer un plan de rescate de los trabajadores y el pueblo.

Fuente: Editorial de Página Roja de enero 2012, publicación mensual de Corriente Roja. www.corrienteroja.net

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.