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Abre la Muralla

Fuentes: Rebelión

Definitivamente la Oligarquía que nos mangonea y los perros de presa que aplican al dictado sus caprichos desde el Gobierno, ni comprenden la actual situación ni saben leernos como pueblo. En el tema de la corrupción política son los analfabetos funcionales que define la UNESCO. Emiten condenas a la misma de manera mecánica pero no […]

Definitivamente la Oligarquía que nos mangonea y los perros de presa que aplican al dictado sus caprichos desde el Gobierno, ni comprenden la actual situación ni saben leernos como pueblo.

En el tema de la corrupción política son los analfabetos funcionales que define la UNESCO. Emiten condenas a la misma de manera mecánica pero no entienden lo que sus labios dicen. Son papagayos y podría pensarse -viendo la ensayada pose de caras compungidas a la que recurren- que les parece suficiente una mera operación cosmética para que la Ciudadanía pase página y amortice sus villanías y el aceite de ricino (de casta le viene al galgo) tragado en forma de medidas arbitrarias para provocarnos la actual descomposición social.

El ruido de las palabras hueras les impide percibir el hastío, oler la metástasis del Sistema que se extiende desde el Rey/Corinna hacia abajo por todo el organigrama dirigente.

Hasta antes de la Crisis la jugada les funcionó bien que mal. Las aristas más chirriantes se tapaban y no saltaban a la luz porque un engrasado mecanismo de dominio imponía la omertá, la ley del silencio y la hegemonía ideológica a través de. Control de las mentalidades. Curioso concepto al que llaman»libertad de expresión». La encarna un duopolio informativo audiovisual que defiende la misma sociedad piramidal. Los medios de difusión siguiendo la voz del amo nos sirven para consumo las noticias que les interesa, repitiendo el concepto romano de «pan y fútbol». El chiringuito se les ha descontrolado al no ser capaces de garantizar el pan a buena parte de la población.

Contar con la complicidad de nuestras pequeñas corruptelas. La predisposición ancestral a defraudar al Estado en lo pequeño les habilitó la coartada para robarnos la riqueza colectiva. Cuando como pueblo mirábamos para otro lado en las sisas irrelevantes o reíamos la gracieta en la barra del bar («olvidos» de ingresos en la declaración IRPF, facturas sin IVA), estábamos dejándoles vía libre para que con su ingeniería financiera nos robasen a manos llenas y plena luz.

– Una tupida red clientelar al abrigo de las instituciones públicas. Colocaciones espurias en asesorías de Ayuntamientos, empresas de las Diputaciones, Organismos de las Autonomías, Entes Públicos… posibilitaron que decenas de miles de personas, de todos los pelajes y con un común » ni oficio ni beneficio» vieran en la cercanía al poder político un «modus vivendi» que mejoraba las expectativas jamás soñadas.

Y de repente, cuando todo parecía eterno, nos caímos del guindo y nos topamos de bruces con el desagradable rostro de la Crisis salvaje. Había que encontrar al culpable y lo encontramos en el genérico «Político», encarnación de todos los males, miserias y podredumbres.

De forma interesada silenciaron a personajes también «políticos» ejemplo de honestidad y entrega. Un Julio Anguita que volvió a sus aulas, un Gerardo Iglesias trabajando en la mina, las renuncias a prebendas en forma de jubilación de los mentados y de Felipe Alcaraz… La intencionalidad diáfana: practicar vudú con los corruptos mientras se saca del foco a los corruptores.

Hicieron creer que el dinero para dádivas y sobornos fue maná caído del cielo y no salía de los bolsillos de unos empresarios que después veían multiplicar con creces la inversión inicial en forma de contratos de obras, privatizaciones a medida y suelos oportunamente recalificados que permitían los pelotazos del ladrillo.

Hoy que la Ciudadanía ha impugnado el latrocinio y señala a los bandidos, asistimos a la ofensiva del Capitalismo Depredador (las dos palabras juntas siempre forman una tautología). El 20% que se beneficia a nuestra costa pone toda la carne en el asador para convencernos de que si a ellos les va bien a los demás también. Y de camino hacernos olvidar que la inyección monetaria salida de nuestros bolsillos los ha enriquecido aún más.

Por ello, es urgente situar entre nuestras prioridades como Sociedad la defensa del patrimonio común, lo que es de tod@s, con una gestión austera y honesta de los recursos. Y centrar la lucha en los temas sociales sin dejarnos cegar por cuestiones que los solapen (choque de nacionalismo excluyentes por ejemplo).

Se puede utilizar como indicador de la preocupación que embarga a la clase dominante el auge en informativos y tertulias «ad hoc» de unas palabras mágicas: recuperación por decreto. Nos van a insuflar optimismo querámoslo o no pese a la sesgada lectura e inconsistencia de unos datos que sólo muestran como la riqueza sigue acumulándose en las manos de unas elites insaciables.

Las Marchas de la Dignidad del 22M pusieron el dedo en la llaga a la vez que hicieron visible nuestro hartazgo. Las elecciones europeas mostraron que había vida para las ideas Políticas alternativas fuera del conglomerado Bipartidista.

Desde entonces las encuestas anuncian que se ha abierto una brecha en la muralla que protege a la Casta/Oligarquía y sus privilegios. Aprovechémosla para hacer entrar por ella el aire fresco de la Indignación. No nos paremos a identificar al zapador que socavó el muro del poder.

Sería pura esquizofrenia estar toda la vida predicando el asalto a la ciudadela de los mandamases, a la impudicia del poderoso, para ahora ponernos tiquismiquis y sentir celos porque sean otr@s quienes han abierto el boquete.

Metámonos por él y ayudemos a destruir el Tinglado, agujereándolo hasta que se derrumbe o colapse. No taponemos la hemorragia.

Aprovechemos la ocasión para derribar también nuestros propios muros internos, esos que en forma de canonjías políticas lastran la puesta en práctica de las propuestas transformadoras.

Y abramos la muralla a todas las manos que quieran sumarse, no importa procedencia o color, si comparten los objetivos, al corazón del amigo, al mirto, la yerbabuena… a la Ciudadanía que cree en las personas y no en la Macroeconomía. Fijo que así ganamos tod@s.

Juan Rivera. Colectivo Prometeo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.