El juzgado de Sagunto desestima gran parte de la denuncia formulada por la Guardia Civil tras la acción, en la que se pedían cargos por «Desobediencia» y «Desórdenes públicos» por los que las cuatro personas que bloquearon con tubos metálicos dos tanques que iban a participar en las macro maniobras de la OTAN «Trident Juncture […]
El juzgado de Sagunto desestima gran parte de la denuncia formulada por la Guardia Civil tras la acción, en la que se pedían cargos por «Desobediencia» y «Desórdenes públicos» por los que las cuatro personas que bloquearon con tubos metálicos dos tanques que iban a participar en las macro maniobras de la OTAN «Trident Juncture 2015» podrían haber sido condenadas a cárcel y fuertes multas
Tras más de un año de espera, finalmente serán juzgadas hoy martes 29 de noviembre a las 10:55 en el Juzgado nº1 de Sagunto las cuatro personas que bloquearon con tubos metálicos las cadenas de dos tanques Leopard daneses que se dirigían al campo de maniobras de Chinchilla (Albacete) para participar en las macro maniobras internacionales «Trident Juncture 2015» que desarrolló la OTAN a lo largo de los meses de octubre y noviembre principalmente en escenarios del territorio español, con participación de decenas de miles de efectivos de más 30 países. El Juzgado ha formulado únicamente una acusación de delito leve de «Daños», desestimando así gran parte de la denuncia inicial presentada por la Guardia Civil, que afirmaba (a pesar de la ausencia de daños, tensiones, o situaciones de peligro en la acción) que los hechos eran constitutivos de los delitos de «Desobediencia» y de «Desórdenes públicos», agravados y ampliados con las recientes reformas del Código Penal, además de un delito de «Daños», por todo lo cual las cuatro personas acusadas podrían haber recibido una pena en conjunto de varios años de cárcel y multas de hasta 12.000 euros. El Juzgado acusa únicamente al grupo de antimilitaristas de haber practicado la abertura en la tapia por la que accedió al recinto portuario, mientras que las cuatro personas acusadas afirman que la abertura ya existía y la detectaron por casualidad previamente.
A pesar de que se trata de una acusación leve, que en caso de condena implicaría una única multa y no produciría antecedentes penales, cabe la posibilidad de que el fiscal muestre su desacuerdo con la esta calificación hecha por el juzgado y pida suspender el juicio para volver a las graves acusaciones iniciales.
En paralelo a las actuaciones penales, por la vía administrativa, Delegación de Gobierno impuso al grupo poco después de la acción cuatro multas de 601 euros por infracciones graves de acuerdo a la Ley de Protección Ciudadana por «intrusión en instalaciones donde se prestan servicios básicos para la comunidad cuando se causa interferencia grave en su funcionamiento». Estas sanciones han quedado en suspenso en espera del resultado del proceso penal.
La respuesta represiva contra esta acción noviolenta podría tratarse de la primera aplicación en toda su amplitud de las «leyes mordaza» (Reforma del Código Penal y Ley de Protección Ciudadana) contra una acción consciente de desobediencia civil desde que entraron en vigor a mediados de 2015, a pesar de la oposición de amplios y diversos sectores de la sociedad.
Para hacer frente a la actuación represiva, especialmente a la «burorrepresión» o represión económica, y poder seguir actuando mediante la noviolencia y la desobediencia civil, antimilitaristes-moc hizo un llamamiento a la solidaridad tanto a los sectores sociales que se oponen a las «leyes mordaza» como a la mayoría social que rechaza la guerra y sus preparativos, mayoría a la que creen que representa y da voz esta acción que llevaron a cabo los y las activistas.
Uno de los dos objetivos principales de la acción antimilitarista era romper con el silencio y el pesimismo que han enfriado la protesta social durante el año pasado mientras se iban materializando las nuevas leyes que criminalizan el activismo de los movimientos sociales, y reivindicar la desobediencia civil, no sólo como instrumento para desbordar las leyes mordaza, sino también como herramienta legítima de participación política radicalmente democrática. Efectivamente, para antimilitaristes-moc, la reducción de la respuesta penal contra la acción antimilitarista de Sagunto indica que la desobediencia civil puede ser una herramienta eficaz contra las leyes mordaza, porque sitúa a los jueces ante el dilema de tener que aplicar unas penas desproporcionadas contra acciones pacíficas que son claras manifestaciones de la libertad de expresión política.
La acción
El 16 de octubre de 2015, un grupo de 6 activistas de antimilitaristes-moc vistiendo monos blancos y chalecos reflectantes de color rosa, y desplegando un par de pancartas con los lemas «WAR STOPS HERE» y «DISCULPEN LAS MOLESTIAS: OBSTACULIZANDO LA PREPARACIÓN DE LA GUERRA», acompañados de dos reporteros gráficos, aprovechó una abertura en la tapia del recinto que habían detectado previamente para introducirse en el puerto de Sagunto, puerta de entrada principal del material militar de las maniobras. Cuatro activistas se encadenaron a dos de los tanques que se encontraban allí estacionados. El bloqueo se prolongó durante unas horas, hasta que personal de los GRS de la Guardia Civil liberó a los activistas cortando los tubos con una sierra radial portátil, siendo detenidas las 6 personas y liberadas varias horas después, cuatro de ellas con cargos de «desobediencia» y «desórdenes públicos»
Según señalaron ya el día del bloqueo del transporte de armamento, «hemos querido detener el flujo de material y personal de estos juegos de guerra también para visibilizar el contraste por un lado entre la terrible situación de las personas refugiadas de las guerras, que buscan protección y se encuentran con vallas, cuchillas y muerte en el mar, y por otro lado la absoluta libertad de movimientos con que se desplazan estos días los ejecutores de las guerras y su armamento, especialmente durante estos ejercicios militares«.
Para el colectivo antimilitarista, «acciones como ésta contribuyen a construir una cultura de paz basada en la cooperación, la justicia y la noviolencia, y no en la disuasión y la fuerza«. «Hay que cambiar el paradigma de la defensa y pasar de la seguridad entendida militarmente, que nos conduce una y otra vez a la guerra y la violencia, a la ‘seguridad humana’ según la define la ONU, que pone en el centro la defensa de los derechos de las personas y la naturaleza«.