Entre seguidores y detractores, activistas por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género en esta isla del Caribe han multiplicado sus acciones en diversos espacios públicos este mes de mayo, en defensa de la libre orientación sexual e identidad de género como derechos humanos. «No solo abogamos por el respeto a […]
Entre seguidores y detractores, activistas por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género en esta isla del Caribe han multiplicado sus acciones en diversos espacios públicos este mes de mayo, en defensa de la libre orientación sexual e identidad de género como derechos humanos.
«No solo abogamos por el respeto a nuestros derechos, sino también por los de las personas heterosexuales», aseguró Carlos Caballero, de 19 años e integrante de Hombres por la Diversidad (HxD), durante un panel abierto de intercambio con el público, efectuado en la capital como parte de la V Jornada Cubana contra la Homofobia, programada del 8 y al 28 de mayo en diferentes ciudades del país.
Personas gays, lesbianas, bisexules, transgéneros y heterosexuales acuden por estos días a lugares públicos como parques, calles, aulas universitarias, encuentros culturales, presentaciones de libros y revistas, exposiciones de arte, paneles de debate y mesas científicas para contar sus historias, reclamar que se legalicen las uniones homosexuales, la adopción y la reproducción asistida y se respeten sus derechos sexuales como derechos humanos.
A la par, evalúan el alcance de las redes de activismo asociadas al Centro Nacional de Educación (Cenesex) e identifican espacios de resistencia, donde se sigue alimentando la homofobia como son la escuela, las familias y las instituciones, a donde consideran que hace falta llegar con una educación sexual más efectiva y coherente.
«Esta lucha no compete solo a las personas con orientaciones sexuales disidentes, es una tarea común para todas y todos», agregó Caballero, de 19 años, quien intervino en el espacio «Voces para el diálogo», convocado el 12 de mayo por el Cenesex, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Consejería Cultural de la Embajada de España en Cuba y SEMlac.
Las redes sociales de activismo asociadas al Cenesex han ido surgiendo por diferentes motivos, en diversos momentos, y articulan su labor en función de intereses particulares de cada grupo, pero con el deseo común de promover iniciativas educativas e implementar políticas para el reconocimiento y respeto de la libre orientación sexual e identidad de género como derechos humanos.
Actualmente funcionan en la capital cubana la Red Trans, de personas transgénero; el grupo Oremi, de mujeres lesbianas; Hombres por la Diversidad (HxD); la Red de Jóvenes Diversos y, más recientemente, creada en abril de este año, la Red de Juristas por los Derechos Sexuales, todas con grupos homólogos o extensiones en otras ciudades cubanas.
Paralelamente, y con una experiencia de más de 10 años de labor, funcionan las redes asociadas a la línea de Hombres que tienen sexo con hombres (HsH), guiada desde el Centro Nacional de Prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/sida.
«Tenemos que hacer alianzas estratégicas para poder articular un discurso de derechos desde nuestras realidades discriminadas por la hegemonía de la heteronormatividad», comentó Mercedes García, integrante de HxD, compuesto mayoritariamente por hombres, pero integrado también por mujeres y personas con diferentes identidades.
García dijo que se sintió particularmente motivada por el trabajo del Cenesex y las realidades vividas desde el activismo para «hablar con el corazón en una mano y los argumentos irrebatibles en la otra», con el ánimo de «sensibilizar de una manera científica y explicar estas realidades que vivimos y somos».
Entre otras acciones, las redes promueven o se insertan en acciones y campañas específicas como la que busca eliminar la transexualidad de los manuales de enfermedades mentales, tal como ocurrió con la homosexualidad en 1990.
Igualmente se han pronunciado por la aceptación de varias modificaciones legales al Código de Familia, que se espera sean discutidas y aprobadas este año por el Parlamento cubano, incluida la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo.
Sus espacios han servido, además, para reclamar derechos de esas parejas también a la adopción y la reproducción asistida, que todavía no se consideran ni contemplan en las leyes, y sus voces se han escuchado ante autoridades gubernamentales, en debates sobre el necesario reconocimiento por los Estados y el Sistema de las Naciones Unidas de los derechos sexuales y reproductivos como parte de los derechos humanos.
Aunque activistas reconocen avances en la comprensión de estos temas, identifican también barreras y ámbitos de resistencia, incluido el sector educacional.
«Definitivamente, la homofobia en la escuela sigue siendo terrible: entre los mismos compañeros o desde los profesores se repiten los estereotipos de género que predominan en la sociedad y así crecemos en ese ambiente», señaló Ángela Urquiza, de Jóvenes Diversos.
La activista considera que en ello influye el enfoque actual de la sexualidad desde la enseñanza, lo que afecta a las personas LGTB y también a las heterosexuales.
«Sin referirse al placer, se habla de la sexualidad con un fin reproductivo, que tiene que ver con lo genital. Así se asume como normal y legítima solo la relación entre un hombre y una mujer. Hablar de placer es otra cosa y eso nos afecta a todos y todas», remarcó.
Con ella coincidió Raquel Fernández, profesora de un preuniversitario en Ciego de Ávila, a más de 400 kilómetros al Este de La Habana. «Todavía nos queda mucho por hacer desde las aulas para borrar estigmas y generar conductas más respetuosas», confirmó desde su experiencia particular.
También queda mucho por hacer en el universo jurídico, donde se van abriendo paso el conocimiento y la conciencia, pero hay todavía grandes resistencias, al decir de Félix Coopinger, abogado y activista de Juristas por los Derechos Sexuales, la red de activismo social de más reciente formación.
«Las fuentes originales del Derecho en Cuba fueron importadas de las colonias europeas y, aunque se han hecho modificaciones en diversos momentos, muchas de esas normas básicas siguen vigentes y deben adecuarse a los nuevos tiempos», precisó Coopinger.
Creada en abril de este año, Juristas por los Derechos Sexuales la integran estudiantes y profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, integrantes de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos, fiscales y profesionales del Derecho. Junto a la superación técnica y profesional, se plantea incidir en la modificación legislativa de normas en toda su jerarquía para dar apoyo jurídico, con fuerza y eficacia, a la defensa de los derechos de la población LGBT.
«Nos interesa sembrar la semilla que haga germinar la conciencia y la preparación intelectual y práctica en quienes se forman como juristas en las aulas», agregó.
En tanto, Ricardo Olvera abogó por revisar y dinamizar estilos de trabajo en la comunidad, «donde hemos trabajado mucho y la vida nos demuestra que no hemos sido tan efectivos, cuando sigue creciendo, por ejemplo, el número de personas que contraen el VIH/sida», alertó.
«Hay espacios donde, para llegarle a la gente, no podemos manejar un lenguaje tan científico, sino más directo y humano», agregó el activista de HxD y coordinador del proyecto de HsH (Hombres que tienen sexo con Hombres) en Centro Habana, en la capital.