El sábado 24 de junio, se celebró en el histórico Ateneo de Madrid un emotivo acto cívico-militar en homenaje al cabo Santos. Hubo intervenciones de gran calado, analizando las causas de una de las más graves sanciones que se pueden aplicar a un militar en activo: su expulsión de las Fuerzas Armadas.
Entre los intervinientes desde el atril, es de destacar la lección magistral del representante en el acto de la Asociación Civil Milicia y República (ACMYR), el ateneísta Juan Miguel Fernández, jubilado, actualmente profesor honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, del Tribunal de Cuentas y antiguo Inspector de la Seguridad Social. Es, además, impulsor del potente movimiento de pensionistas, que se ha internacionalizado.
Asimismo, el veterano ateneísta, profesor Pedro García Bilbao, nos ilustró con una de sus amenas e instructivas charlas, que tantos ánimos infunde a los republicanos que, como yo, pensamos que la III República Española es posible y necesaria. Personas ilustradas y valientes como él, deberían ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados, pues daría vigor republicano a un parlamento aún bajo el síndrome de Estocolmo, provocado por la banda terrorista que secuestró el Congreso aquel aciago 23-F de 1981, al mando del coronel Tejero.
El presidente de la mesa, el también veterano ateneísta Miguel Pastrana, calificó muy acertadamente la persecución sufrida por el cabo Santos, como un nuevo “caso Dreyfus”, refiriéndose al histórico proceso contra el capitán del Ejército francés Alfred Dreyfus, de origen judío, basado en cúmulo de falsedades cuya motivación no fue otra que el antisemitismo latente en aquella sociedad francesa de finales del siglo XIX.
El capitán de navío Manuel Pardo de Donlebún, presidente de la Asociación Memoria Militar Democrática (AMMD), cofundador del colectivo “Anemoi” junto al capitán de fragata Antonio Maira, el capitán de navío Arturo Maira y yo mismo, expuso detalladamente el origen del conflicto y las diferentes fases del expediente disciplinario que, por acumulación de “faltas graves”, posibilitó la injusta expulsión del Ejército de nuestro compañero Marco Santos.
Mi modesta intervención se ciñó a destacar la tremenda injusticia cometida por el ministerio de defensa contra nuestro compañero Marco Santos, en cuyo honor se celebró el acto. Transcribo literalmente mi intervención.
Estamos hoy aquí en homenaje a nuestro compañero Marco Antonio Santos Soto, injustamente sancionado y expulsado por el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, con el consentimiento de la ministra de defensa Margarita Robles.
Su grave pecado: haber firmado junto a nosotros, y varias decenas de compañeros más, un manifiesto de condena del dictador y genocida Francisco Franco, añadiendo como despedida dos hermosas palabras: Salud y República.
El Ministerio de Defensa no ha respetado sus más elementales derechos como persona.
En el informe pericial que, como militar de confianza del Cabo Santos aporté al Juzgado Militar, hice hincapié en uno de sus derechos violentados: los derechos humanos.
Expuse en mi informe que los Derechos Humanos son valores fundamentales que posee la persona en todo momento y lugar, y le permiten vivir en condiciones de dignidad, libertad e igualdad. No pudiendo, por tanto, prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social.
Recalqué, además, que los derechos humanos son anteriores y superiores al Estado, el cual no los otorga sino que los reconoce y, por tanto, es el primer obligado a respetarlos y garantizarlos.
Las conclusiones que aporté en el informe pericial fueron las siguientes:
Primera conclusión: La ausencia de independencia de la Justicia Militar respecto a la cadena de mando militar, ocupando su capitán general la cúspide de esta – y dándose la circunstancia de que éste es un Rey inviolable, por tanto no sometido a responsabilidad penal alguna- origina de hecho una evidente situación de indefensión, al constituirse la justicia militar en juez y parte.
Segunda conclusión: La carencia del principio de igualdad ante la ley del expediente incoado contra el cabo Marco Antonio Santos Soto. Dado que, en situaciones análogas como las expuestas, no se tiene constancia de que hayan sido incoados expedientes disciplinarios.
Tercera conclusión: La limitación abusiva del libre ejercicio de derechos fundamentales del cabo Marco Antonio Santos Soto -recogidos en la Constitución vigente- contravienen la Declaración Universal de Derechos Humanos suscrita por el Reino de España.
Cuarta conclusión: Por todo lo anterior, estimo que el citado expediente disciplinario contra el cabo Marco Antonio Santos Soto es contrario a derecho, por lo que debería acordarse la suspensión del citado expediente y archivo de lo actuado.
Finalmente, tras una larga lucha de varios años, nuestro compañero Marco ha hecho valer el derecho de cualquier militar en activo para poder decir Salud y República, sin que por ello pueda ser sancionado. Una victoria evidente sobre el franquismo y su proyecto monárquico: el régimen del 78.
Sin embargo, el combate continúa.
El cabo Santos y el Teniente Segura son ejemplo vivo, y símbolo muy actual, de una lucha valiente por las libertades y la democracia en un medio muy hostil, como lo es el Ejército del 18 de julio. Un Ejército fundado por Franco, cuyos residuos tóxicos perviven en el siglo XXI y son la piedra angular de nuestra monarquía parlamentaria.
Reclamamos, por tanto, la readmisión del Teniente Luis Gonzalo Segura, injustamente expulsado por su valiente denuncia de la corrupción.
Luis es autor de “La trampa ucraniana”, libro recientemente publicado por la editorial Akal; un impresionante trabajo sobre las verdaderas causas y desarrollo de la Guerra de Ucrania, que amenaza con arrasar Europa y aniquilar la vida sobre el planeta.
El Teniente Segura es uno de los firmantes, junto al Cabo Santos, Miguel Pastrana y yo mismo, además de varias decenas de militares, del reciente manifiesto contra la guerra, que ha sido respondido por la ministra del ramo Margarita Robles.
Una ministra de la OTAN que debería tener una respuesta más elaborada, y no la simpleza de la equidistancia y los “pro-Putin”.
Por último expresar mi agradecimiento al equipo de abogados de nuestro compañero el Cabo Santos, por su brillante actuación, que ha culminado con la anulación, por parte del Tribunal Supremo, de las injustas sanciones que provocaron su expulsión.
Asimismo agradecer a todos los compañeros y compañeras del colectivo “Anemoi”, así como de la Asociación Civil Milicia y República (ACMYR) -representada en este acto por nuestro compañero el ateneísta Juan Miguel Fernández Ruíz- por su apoyo fraternal a Marco durante estos duros años de tránsito hacia la anulación de la sanción.
Por todo ello, pido castigo para las autoridades directamente responsables del grave atropello y los consiguientes perjuicios causados al Cabo Santos.
Autoridades civiles y militares que han podido incurrir en un presunto delito de prevaricación.
Fundamento mi acusación en el injusto ejercicio del poder que les otorga el Estado, puesto en evidencia por la sentencia anulatoria del Tribunal Supremo.
Por último, nuestro agradecimiento a esta docta casa, dignamente representada en este acto por nuestro querido compañero, e ilustre ateneísta, Miguel Pastrana de Almeida.
Muchas gracias a todos por su atención.
Madrid, 24 de junio de 2023
Manuel Ruiz Robles, capitán de navío, antiguo miembro de la disuelta Unión Militar Democrática (UMD).
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