Las marchas de la dignidad ya emprendidas, que recorren toda la geografía del país hasta su confluencia en Madrid el día 22, representan un importante acontecimiento político y una movilización necesaria. Sin embargo, solo deben ser un hito en la lucha generalizada y contundente que se viene practicando para impedir la ruina de nuestra sociedad […]
Las marchas de la dignidad ya emprendidas, que recorren toda la geografía del país hasta su confluencia en Madrid el día 22, representan un importante acontecimiento político y una movilización necesaria. Sin embargo, solo deben ser un hito en la lucha generalizada y contundente que se viene practicando para impedir la ruina de nuestra sociedad y los enormes sufrimientos que se está infligiendo a una inmensa parte de ella, con la política de la Troika que con perruna fidelidad han aplicado los últimos gobiernos y con inocultable entusiasmo el del PP.
Como se ha dicho, no es hora ya de lamentos, ni tiempo de insistir en como la crisis se descarga con crueldad sobre los sectores sociales más débiles y desfavorecidos. Ni necesario resaltar otra vez la irracionalidad de las políticas de recortes y austeridad, cuyas consecuencias e inutilidad saltan a la vista en países como Grecia, Portugal y el nuestro, condenados por años ya a una depresión económica profunda y a un desgarro social estado incivilizado sin precedentes.
Se acumulan millones de parados, se destruye la estructura productiva de las economías y se desprecia el talento y las capacidades de los jóvenes, dejándolos sin futuro. Cuanto más nos hundimos, cuantos más derechos humanos se destrozan, el Gobierno, lejos de intentar remediar esta catástrofe, anuncia nuevas agresiones con la Troika lanzándole el camino con » recomendaciones» de nuevas reformas laborales, fiscales y de pensiones.
Sólo la lucha consecuente con el grado de las agresiones puede detener esta siniestra senda. La lucha y la firme convicción de que en el marco de la unión monetaria no hay salida posible para los desastres económicos sobrevenidos, que nos están conduciendo a una crisis social y política con el destino del país en juego.
Socialismo 21, de acuerdo con sus criterios de impulsar la unidad de toda la izquierda en sus múltiples expresiones y de profundizar en el entendimiento de las tareas y objetivos comunes, se comprometió desde el primer momento y ha tratado de convertirlas en el éxito que ya han logrado.
Compartimos las reivindicaciones y lemas de las marchas, como parte de esta posición defensiva que debemos adoptar para evitar las nuevas agresiones que se preparan y como paso a una ofensiva que restituya todos los derechos desahuciados e implique la recuperación de la soberanía económica y monetaria para resolver los abrumadores problemas que el país ha acumulado.
Adelante las marchas. Acumulemos fuerza. Ampliemos y reforcemos la unidad de todos los que aspiran a una sociedad libre, justa y solidaria.