Debemos destacar que durante el tiempo en el que el Gobierno ha estado en funciones se ha aprobado la friolera de 4.340,42 millones de euros de nuevo gasto militar. Un importe que, por hacernos una idea, es superior a la suma de presupuestos aprobados de los ministerios de Agricultura, Cultura, Igualdad, Política territorial, Universidades, Presidencia y Consumo juntos.
Retomamos el curso tras el verano convulso y ultracaluroso con el que la climatología, el machirulismo y nuestros incorregibles políticos y sus cuitas se han empeñado en atizarnos un año más.
Y tras unos meses de relajo y médicos, retomamos la crónica, siempre aburrida, del disparatado gasto militar.
Nada cambia bajo el sol en lo que se refiere al militarismo patrio, siempre tan espeso e hiperventilado, tan ocultado por los que lo perpetran, tan favorable a los intereses de la élite dominante y sus compinches, tan insensible a las crecientes y urgentes necesidades de la sociedad, tan irresponsable ante el avispero global en el que andamos comprometidos y tan contrario a la misma idea de seguridad humana y la sustentabilidad que en teoría deberían guiar la acción política y ética de una democracia isonómica y no poliárquica que se precie.
Si en crónicas anteriores he ido consignando el gasto militar comprometido por el Consejo de Ministros (una gran parte por fuera de los presupuestos aprobados el año anterior y otra no menor comprometiendo gasto militar para ejercicios futuros) hasta antes de las elecciones municipales de mayo, en esta consignaremos el aprobado hasta el último consejo de Ministros de agosto de este año.
La cifra total es un descaro y un desprecio al sentido común: nada menos que 16.868,28 millones de euros, más de un 1.5% del PIB, de los cuales una gran parte se ha destinado a compromisos de nuevas armas o a la injerencia militar, sin despreciar los dinerales (más de 900 millones) que se ha embolsado Defensa por desamortización de terrenos militares y otros negocios lucrativos y algo indecorosos.
Debemos destacar que durante el tiempo en el que el Gobierno ha estado en funciones (estrictamente desde el 24 de julio hasta la fecha en que escribo este texto) se ha aprobado la friolera de 4.340,42 millones de euros de nuevo gasto militar a distribuir en varios años. Un importe que, por hacernos una idea, es superior a la suma de presupuestos aprobados de los ministerios de Agricultura, Cultura, Igualdad, Política territorial, Universidades, Presidencia y Consumo juntos y sólo superado por los presupuestos de cinco ministerios.
Dicho gasto militar comprometido en un mes y ocho días, se va a destinar sobre todo en nuevos programas de armamentos por importe de al menos 3.552,96 millones de euros o en injerencia militar en el exterior, donde dedicaremos otros 471,85 millones más para aumentar lo ya pagado para operaciones militares en el exterior (804,38 si sumamos los otros 332,53 aprobados el 20 de junio, cuando el gobierno no estaba estrictamente en funciones, pero había convocado ya las elecciones y 1385,64 millones si sumamos a las anteriores las cantidades aprobadas entre enero y mayo para tal fin).
Con constancia y al parecer con entusiasmo creciente, el gobierno «de izquierdas» ha aprovechado la inmensa mayoría de los consejos de ministros y ministras del último año para alimentar el dragón insaciable del militarismo, ¡que no decaiga!, mientras nos contaban con la boquita de piñón el rollo del compromiso por la paz, lo de no dejar a nadie atrás y lo de la lucha contra el fascismo, pues de trolas va la retórica de dar con una mano lo que nos quitan con la otra.
El listado completo del gasto extra comprometido por el gobierno en los sucesivos consejos de ministros, desde el primero de enero hasta el último celebrado en agosto, puede consultarse aquí
SI observamos la distribución de este gasto por el ministerio que lo autoriza y desde el que se pagará, podemos observar la sorprendente participación del ministerio de Hacienda (poco menos del 50% del total) en la construcción del gasto militar oculto español y la importante participación del de industria. Esto se debe, principalmente, a que es el Ministerio de Hacienda el que autoriza los gastos extraordinarios y el abuso del fondo de contingencia y a que es Industria quien financia, mediante créditos y chutes económicos a la industria militar, la compra de sistemas de armas encargados y comprometidos por Defensa.
Otros ministerios, como transporte, Agricultura, Transición ecológica, que en teoría poco o nada tendrían que ver con la defensa militar, también evidencian la transversalidad del militarismo español.
Si tenemos en cuenta la finalidad de los gastos comprometidos podemos ver el enorme compromiso adquirido por este gobierno a futuro en el rearme, con casi 13.000 millones de euros comprometidos en menos de un año en programas especiales de armamento y más de 1.400 millones más en modernización.
No se queda atrás el enfoque intervencionista de la política exterior, con un aumento del gasto presupuestario comprometido para operaciones militares en el exterior (unos 900 presupuestados en el ministerio de Asuntos Exteriores y en el de Defensa) en otros 1.401,85 millones de euros más y otros 600,75 que al menos hemos pagado directamente para alimentar la guerra de Ucrania.
Esto es el no parar. Ni siquiera estando en funciones se están quitos. Otra diferencia con las necesidades sociales y los problemas sin resolver urgentes, para lo cual tienen la excusa de estar en funciones para no hacer nada.
Lo cual ,visto desde otro punto de vista, es lo normal, porque los militares vienen insistiendo desde hace ya tiempo en que el gasto militar, porque ellos lo valen, debe estar protegido de los vaivenes políticos (de hecho pretenden, y para ello hay consenso de los partidos, una ley de financiación que les permita «crecer» al margen de os presupuestos) y nada importa que el gobierno «en funciones» no deba comprometer presupuestos ni acciones políticas de futuro. Lo suyo es de otro mundo.
Y a todo esto ¿Alguien sabe los compromisos y los límites que en la feroz negociación por la constitución del gobierno pondrán los partidos de izquierda al voraz militarismo de la anterior legislatura? ¿O será que da igual?
Fuente: https://www.grupotortuga.com/Agosto-acaba-con-mas-de-16-000
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