La reforma laboral que iba a provocar una «Huelga General» (Rajoy dixit) y que iba a ser «extremadamente agresiva» como anunció hace unos días su Ministro de Economía Guindos ya ha sido aprobada. Y el contenido no desmerece las expectativas levantadas por sus dos artífices. El gobierno de Rajoy ha aprobado la Reforma Laboral más […]
La reforma laboral que iba a provocar una «Huelga General» (Rajoy dixit) y que iba a ser «extremadamente agresiva» como anunció hace unos días su Ministro de Economía Guindos ya ha sido aprobada. Y el contenido no desmerece las expectativas levantadas por sus dos artífices. El gobierno de Rajoy ha aprobado la Reforma Laboral más lesiva, hasta la fecha, contra los derechos de la clase trabajadora del Estado español en los últimos 40 años, desmontando casi por completo el sistema de relaciones laborales actual e instaurando el despido casi gratuito. La patronal se queda muy cerca de su programa de máximos con una reforma que rebaja la indemnización por despido en la mayoría de los casos a 20 días por año trabajado en lugar de los 45 actuales, para lo cual las empresas solo tendrán que alegar una disminución de ingresos durante 9 meses, y con un máximo de 24 mensualidades, frente a las 42 que existían hasta ahora. Este abaratamiento del despido afectará por igual a los nuevos contratos y a los que ya estuvieran en vigor. Los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) ya no necesitarán el visto bueno de la Autoridad Laboral, lo que redundará en más despidos colectivos con la indemnización mínima. Los Convenios colectivos que sean denunciados por las empresas solo mantendrán su validez durante dos años; transcurrido ese tiempo, la empresa podrá fijar las condiciones de trabajo que estime oportunas. Para rematar la faena, los parados y paradas que reciban la prestación por desempleo podrán ser destinados a realizar «servicios a la comunidad», lo que provocará más despidos en las administraciones públicas. Finalmente, la Reforma Laboral, introduce la posibilidad de que se hagan ERE´s en el sector público, también con una indemnización de 20 días por año trabajado, invocando causas económicas, técnicas, organizativas y de producción.
A grandes rasgos, en esto consiste el desguace perpetrado por Rajoy de las ya de por sí precarias condiciones laborales de la clase trabajadora del Estado español. Una expresión palpable de «lucha de clases» de los de arriba contra los de abajo dirigida por el partido que mejor sirve los intereses del capitalismo español y europeo.
Frente a este tremendo golpe contra el mundo del trabajo, es necesario oponer una resistencia igual de contundente. Aquí, los sindicatos mayoritarios deberían jugar un papel destacado en la respuesta, pero su actitud claudicante desde hace lustros no permite ser demasiado optimista, por más que ahora estén obligados a movilizarse y a convocar una Huelga General.
Desde Izquierda Anticapitalista creemos que es imprescindible unificar las luchas, hacer que las distintas mareas que están en marcha ( Marea Verde de la Educación, la Blanca de la Sanidad, la Violeta del movimiento feminista y la de la indignación que surgió el 15 de mayo de 2011) confluyan y preparen un plan de movilizaciones sostenido en el tiempo, que debe incluir todo todo tipo de acciones, incluyendo la preparación por abajo y en asambleas democráticas de una Huelga General. El formato de esta Huelga es también un debate que debe hacerse de forma conjunta entre todos los sectores: con jornadas de un solo día no se frenará esta terrible agresión. Hay que pensar en huelgas por sectores apoyadas por todos y todas, bloqueos de servicios de abastecimiento básicos , paralización de todos los transportes, paros semanales, etc.
La guerra de clases está ya declarada. Los de arriba van ganando pero, si las mareas confluyen y suben, los pueden acabar ahogando.