Lo habían preparado todo. Habían tocado a rebato a «su» prensa cavernícola. Habían preparado la pluma al limón de «sus» articulistas de cámara. Habían convocado a «sus» tertulianos preferidos con gomina y corbata verde, pero, oh, sorpresa, le salió el tiro por la culata. Sólo 4,379 desempleados, el 0’15 % del censo, habían defraudado a […]
Lo habían preparado todo. Habían tocado a rebato a «su» prensa cavernícola. Habían preparado la pluma al limón de «sus» articulistas de cámara. Habían convocado a «sus» tertulianos preferidos con gomina y corbata verde, pero, oh, sorpresa, le salió el tiro por la culata.
Sólo 4,379 desempleados, el 0’15 % del censo, habían defraudado a la Seguridad Social en el primer semestre de 2012 al cobrar la prestación y compatibilizarla con un empleo remunerado. Estamos hablando de prestaciones entre 400 y 1.000 euros.
Contrastamos. Según Gestha, organización de funcionarios del Ministerio de Hacienda, el fraude fiscal en España supera los 8.000 millones anuales, de los cuales más del 70 % corresponde a empresas u organizaciones empresariales (que en su día recibieron el «asesoramiento» del actual ministro del ramo).
Los datos ponen al descubierto dos terribles verdades. Una. Los pobres de este país son mayoritariamente pobres, pobrísimos, pero honrados. Y dos. Los defraudadores del erario público son, también mayoritariamente, las grandes fortunas, las grandes empresas, sus «amigos» del gobierno, y sus leyes y sus parlamentos.
La manipulación goebeliana de la opinión pública, el intento fútil y astracanado de los medios de «desinformación» de masas, la vil y vendida prensa de la derechona y los banqueros se han comido una soberana rosca.
¿Le quedaran aún ganas al gobierno de mandar a los parados a que se jodan? Jodidos ya están. Ignominiosamente jodidos estamos todos por un gobierno de ladrones y manipulador de haciendas, vidas y cifras.
Cuatro mil españoles, oficialmente en paro, han cometido el terrible delito de defraudar un máximo de cuatro millones de euros en medio año, entre todos. Otros «españoles», defraudan ocho mil millones, les amnistían y les aplauden. Y sacan del país 163.000 millones en cinco meses.
Y se envuelven en la Patria y su bandera. He aquí el extremo efecto del peperismo andante: el olor de la mierda en su laberinto. La interminable seducción de su mentira y su nada.
Por fortuna -para ellos- la guillotina esta oxidada.
Blog del autor: http://lucasleonsimon.wordpress.com/2012/08/02/al-gobierno-le-sale-por-la-culata-el-intento-de-criminalizar-a-los-parados/
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