El jueves 18 por la mañana, Mohamed Ali, uno de los internos agredidos de nacionalidad argelina, hizo un llamado de auxilio desde un teléfono del Centro de Internamiento de Extranjeros. Contactó con una activista de la Campaña por el cierre de los CIEs: «Tenéis que venir, la policía le ha pegado a 12 personas, queremos […]
El jueves 18 por la mañana, Mohamed Ali, uno de los internos agredidos de nacionalidad argelina, hizo un llamado de auxilio desde un teléfono del Centro de Internamiento de Extranjeros. Contactó con una activista de la Campaña por el cierre de los CIEs: «Tenéis que venir, la policía le ha pegado a 12 personas, queremos denunciar, que nos hagan fotos, hay gente que tiene que ir al hospital, están muy mal», declaró angustiado, especificando que varios de ellos tenían puntos de sutura en la cabeza como consecuencia de las agresiones policiales.
Fue el lunes 24, cuando Mohamed Ali, junto a otro interno que se dijo testigo y que hizo de intérprete, por fin pudo relatar los hechos en persona ante una persona de la Campaña.
«Nos pegaban a todos»
El miércoles 17 Mohamed Ali estaba en el pasillo del CIE hablando por teléfono con su familia cuando empezó todo. En una confusión de gritos y golpes, a Alí lo sorprendió un porrazo en la cabeza y otro en la muñeca con la que sostenía el tubo del teléfono. Luego sabría que un grupo de internos había intentado salir por la puerta. Tres policías, dos hombres y una mujer empezaron a pegar con las porras a casi todos los que estaban en el pasillo, según relatan Ali y otro interno que hacía de intérprete, quienes añadieron que «ninguno de los agresores llevaba placa identificativa.
Más tarde, con el refuerzo de los antidisturbios dentro del CIE, la policía separó a los internos que supuestamente habían buscado su libertad, del resto. Ali asegura que es el mismo agente que le pegó a él, no una, sino dos veces (la segunda vez fue en su primer intento por llamar para denunciar el día jueves) quien se encargó de darle una paliza a cada uno de estos internos dentro de las celdas. Mientras los antidisturbios vigilaban, «el policía calvo, alto, metía de a uno y le daba golpes, lo sacaba y metía a otro. En algunas celdas se metía con los otros dos policías que pegaron en el pasillo.»
Víctimas
Mohamed dice haber contado 11 personas víctimas de este ensañamiento. Entre estas personas, Ali cuenta que casi todos tienen grandes cortes en la cabeza y marcas de las porras en la espalda y otras partes del cuerpo y que ninguno fue llevado al hospital; fueron atendidos por el servicio médico del CIE, desde donde se aplicó puntos de sutura.
Y comparte algunos casos: «A G. le abrieron la cabeza dos veces; tiene 15 puntos: 9 por los golpes de la paliza del pasillo y 6 más por los golpes en la celda. A. 4 puntos en la cabeza. A A.N. que creo que es menor, tiene 3 puntos en la cabeza y puede tener los huesos rotos, los tiene hinchadísimos y nos los puede mover. Y E. tiene 3 puntos en la cabeza y una oreja cortada.
Mohamed Ali afirmó que todas las víctimas y algunos testigos de la brutal agresión policial tenían la intención de presentar denuncia judicial, sumando imágenes probatorias de las agresiones que se evidencian en sus cuerpos, junto a los nombres y firmas de todos los testigos. Firmas que él y su intérprete se encargarían de recoger para concretar la denuncia al día siguiente. Ambos: Mohamed Ali y el intérprete, junto a otras 6 personas fueron deportadas inesperadamente horas después de conversar con las activistas de la Campaña. El derecho de denuncia de al menos 8 personas ha sido denegado mediante su expulsión.
La Campaña por el Cierre de los CIEs tan pronto tuvo conocimiento de los hechos y hasta tanto formalizar denuncia, puso los mismos en conocimiento de la Defensoría del Pueblo, sin tener constancia de una actuación del organismo previa a la expulsión.
Además de estas agresiones, Alí asegura que en los 45 días que llevaba encerrado en el CIE, ha tenido que soportar el desprecio constante del mismo agente que lo golpeó, quien, según afirma, suele dirigirse hacia él y hacia otros internos con frases tales como: «tú moro, vete a follar a tu compañero» o «vosotros sois animales, por eso os tratamos como a animales».
Desde CIEs No se denuncia que tan sólo horas después de que Mohamed Alí dejara preparada la denuncia para hacerla efectiva al día siguiente, fue devuelto a su país de origen contra su voluntad, imposibilitando iniciar el proceso judicial, hecho que se ha puesto en conocimiento de la misma Defensoría . La Campaña reitera la exigencia de la investigación de estos hechos que el ciudadano argelino intentó poner en conocimiento del juzgado, así como solicita que se suspendan las expulsiones de víctimas y testigos en los casos de violaciones a los derechos fundamentales.