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¡Alábate!, queso rancio

Fuentes: Rebelión

Zbigniew Brzezinski, quien fuera Asesor de Seguridad de Jimmy Carter, expresidente de EEUU, declaró alguna vez a la revista ‘Le Nouvel Observateur’ que él era el creador del terrorismo yihadista y que no se arrepentía de ello, porque el colapso del imperio soviético era para la historia más importante que las atrocidades que a nivel […]

Zbigniew Brzezinski, quien fuera Asesor de Seguridad de Jimmy Carter, expresidente de EEUU, declaró alguna vez a la revista ‘Le Nouvel Observateur’ que él era el creador del terrorismo yihadista y que no se arrepentía de ello, porque el colapso del imperio soviético era para la historia más importante que las atrocidades que a nivel mundial cometen los terroristas. Buen discípulo de Maquiavelo resultó ser este viejo zorro, aunque ¿será verdad tanta belleza?

Lo cierto del caso es que Brzezinski intenta agigantar su papel en el desarrollo de los acontecimientos, pues la intervención soviética en Afganistán fue un factor de orden inferior en el colapso de la URSS. Una razón más poderosa fue la introducción al interior del socialismo de una quinta columna, organizada por el imperialismo mundial globalizado, IMG, que devino en las mafias que todavía gobiernan en casi todos los países exsocialistas y que por poco fulmina el sueño de crear sociedades más equitativas que el capitalismo voraz.

Pero ni la palabra mafia lo explica todo, habría que crear una nueva que describa la decadencia moral de los herederos de la vieja guardia bolchevique y permita entender el tipo de alimaña corrupta que se formó a lo largo de la corta existencia de las sociedades socialistas. Stalin, en sus últimos escritos, previó el riesgo que representaba para la consolidación y existencia del socialismo los contactos de cualquier tipo con Occidente.

Estas intimidades pesaron mucho en el rompimiento del vínculo sagrado del hombre con la historia y fueron el germen de las mafias, conformadas por crápulas carentes de escrúpulos para sus actividades políticas, en las que entremezclaban los negocios con el crimen, el chantaje y las parrandas. En la Rusia actual, sus miembros sostienen ser demócratas liberales que se oponen a la «tiranía» de Putin.

Yeltsin se hizo con el poder absoluto de Rusia y formó un comando volcado al mundo de los negocios, que saqueó a este país. El grueso de la suma con que iniciaron sus incursiones en el novel sistema financiero ruso provenía del IMG, especialmente de EEUU e Israel, cuyos inversores arriesgaron una pizca de sus capitales para sacar buena tajada de las fraudulentas oportunidades que se les ofrecía durante el derrumbe de la URSS. Con el pretexto de las privatizaciones, se les entregó todas sus riquezas por una bagatela; fue una época fructífera para el interés de estos buitres hambrientos. Se aprovecharon del principio de que el caos organiza las reglas que permiten ganar dinero, para lo cual desestabilizaron políticamente a este país.

Es que Occidente necesita la destrucción de Rusia, pues su sola existencia obstaculiza saquear sus enormes riquezas; desintegrarla (lo mismo que hicieron con Yugoslavia y la URSS), es parte del engranaje de esta rueda macabra y el principal paso que planifica el IMG; desaparecería así el único competidor serio que tienen y obtendrían de esta manera el predominio hegemónico del mundo.

De forma que no son tan ciertos los pujos de grandeza que se da Brzezinski. Lo que sí es cierto es que los «rebeldes» yihadistas, luego de violar a miles de mujeres, de decapitar a multitud de hombres, de dejar sin hogar a millones de personas y de arrasar con Afganistán, se desperdigaron por Yugoslavia, Irak, Libia, Nigeria, Yemen, Líbano y Siria, causando el caos y millones de víctimas, que no se recuerdan con el estrépito que se escucha cuando esa misma violencia es ejercida en cualquier país europeo.

La humanidad debe comprender, ahora como nunca, cuál es el origen del terrorismo mundial que amenaza con destruirla y que no ha podido ser derrotado en tanto tiempo por más que lo combatan numerosos países, sus servicios secretos y ejércitos, muchas «coaliciones antiterroristas», incluida la misma OTAN, y que se gasten billones de dólares en la «guerra mundial contra el terrorismo». La razón es bien simple, son aupados por el IMG, tal como lo confesara Brzezinski.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.