El próximo miércoles, 4 de mayo, tendrá lugar la Asamblea General de la Caja en la que, según todos los indicios, se aprobará la participación en un nuevo SIP junto con Caja Extremadura y Caja Cantabria. A estas alturas del partido neoliberal, no cabe ninguna duda de lo que se pretende con este modelo de […]
El próximo miércoles, 4 de mayo, tendrá lugar la Asamblea General de la Caja en la que, según todos los indicios, se aprobará la participación en un nuevo SIP junto con Caja Extremadura y Caja Cantabria.
A estas alturas del partido neoliberal, no cabe ninguna duda de lo que se pretende con este modelo de fusiones frías: aprovechar la disculpa de la crisis para privatizar las cajas, corriendo un muy tupido velo sobre la gestión de los directivos de las cajas que pasan por arte de birlibirloque a ser altos directivos bancarios con todo lo que en materia de puestos generosamente retribuidos conlleva. Tampoco cabe ninguna duda de las complicidades políticas y sindicales que concurren en este proceso privatizador y del lamentable papel jugado por el Banco de España como ariete contra el modelo social de las Cajas.
Hoy, mas que nunca, ante la crisis a la que nos ha llevado la codicia de los especuladores y sus cómplices políticos hay que reivindicar la creación de una banca pública fuerte que busque el beneficio colectivo y que se preocupe de la situación de los millones de personas asfixiadas por el desempleo, la precariedad, los bajos salarios y los recortes sociales.
Hay que exigir que el dinero público que se está invirtiendo en las Cajas no tenga como fin prepararlas para la privatización. La utilización de dinero público en las Cajas tiene que ser parte de un proceso de blindaje contra esa privatización que, en todo caso, tenga como final su nacionalización y no su regalo a los especuladores.Para que nuestra Caja no caiga en manos de los buitres carroñeros que nos llevaron a la crisis actual.