Mediador en los conflictos de Irlanda del Norte y el País Vasco, Alec Reid ha vivido los últimos cuatro años en Bilbao para conseguir que la política sustituya a la violencia en Euskadi. «El hecho de que se haya anunciado la tregua quiere decir que hay acuerdo, por ejemplo, sobre los presos», asegura a Ana […]
Mediador en los conflictos de Irlanda del Norte y el País Vasco, Alec Reid ha vivido los últimos cuatro años en Bilbao para conseguir que la política sustituya a la violencia en Euskadi. «El hecho de que se haya anunciado la tregua quiere decir que hay acuerdo, por ejemplo, sobre los presos», asegura a Ana Romero en El Mundo.
Hace apenas media hora que ETA ha anunciado su tregua, y el teléfono de la sede de la Orden de los Redencionistas en Dublín no para de sonar. Se busca al padre Alec Reid, el sacerdote irlandés que ha mediado en los conflictos de Irlanda del Norte y del País Vasco. Pero el padre Reid está en su hotel de Bilbao, donde ha vivido casi todo el tiempo durante estos cuatro últimos años. A través del móvil suena su voz emocionada. Al padre Reid, de 74 años, no le cabe la menor duda de que ayer fue un día histórico, tanto como el del 31 de Agosto de 1994, cuando el IRA anunció su alto el fuego completo e inició un proceso político que aún hoy no ha concluido: «Hoy estamos ante el principio de un proceso político como en Irlanda, cuando el IRA puso fin a una tradición de violencia de 700 años. En el País Vasco, la política pacífica va a sustituir a partir de ahora a la violencia».
De entrada, Reid se declara «sorprendido». A pesar de haber sabido que ETA iba a anunciar su tregua en cualquier momento, pensaba que eso no iba a ocurrir ayer, porque creía «que las distintas partes estaban todavía intentando llegar a un acuerdo sobre la mesa negociadora, por ejemplo, en lo que concierne a los presos. El hecho de que se haya anunciado la tregua hoy quiere decir que han alcanzado ese acuerdo y, por lo tanto, estoy todavía más encantado».
Según Reid, ETA apoya desde hace un año la estrategia de Batasuna de «resolver el conflicto en torno a una mesa y conseguir una solución a través de una estrategia democrática y pacífica. Lo que ocurre es que, al igual que el IRA, ETA ha tenido que poner mucho cuidado a la hora de anunciar que paraban para no causar divisiones, sobre entre todos sus miembros más jóvenes, que hubieran podido acusarla de estar traicionando sus ideales».
¿Existe el peligro, como con el IRA, de una escisión?
No. ETA está muy unida en la estrategia. El mayor signo de que estaban a punto de parar la violencia son precisamente las últimas bombas que han puesto. Lo han hecho para demostrar que no se están rindiendo, sino que están parando porque así lo han elegido. Eso es muy importante para ellos.
Reid empezó a mediar en el conflicto vasco a invitación de su amigo, el sacerdote Joseba Segura. Al principio, iba y venía sin implicarse demasiado. Un buen día, mientras entrevistaban a un grupo de víctimas, ocurrió algo que le hizo instalarse en Bilbao casi a tiempo completo: «Fue la viuda de un periodista asesinado por ETA, una mujer joven, de poco más de 40 años, muy atractiva, la que me convenció de que tenía que implicarme en este proceso.
Ella me dijo: ‘Cuando me despierto por las mañanas y me doy cuenta de que mi marido está muerto, no quiero seguir viviendo’. A partir de ese momento me prometí que el sufrimiento de toda esta gente tenía que acabar».
Reid está convencido de que esta tregua no tiene vuelta atrás. A su juicio, la diferencia entre ésta y la de 1998, la que el Gobierno de entonces denominó tregua trampa, es que, en ese momento, se intentó emular a Irlanda del Norte, «y eso no es posible». «Las dos situaciones son muy distintas. A los ingleses no les importaba que Irlanda del Norte dejara de ser británica, pero a los españoles les preocupa mucho que el País Vasco abandone España, porque eso supondría la ruptura del país como tal. Por eso, la estrategia de Batasuna y de LAB ha sido ahora la de sentar a todo el mundo alrededor de esa mesa, incluidos, sobre todo, los españoles, y no emular a la negociación irlandesa. Salga lo que salga de esa mesa, tendrá que acomodar los derechos de todos. No puede haber perdedores, todos tienen que ser ganadores».
¿Cómo se traduce eso a una solución política? ¿Cómo se compatibilizan los derechos de vascos nacionalistas, vascos independentistas y vascos que no son ni nacionalistas ni independentistas, además del resto de los españoles, que también están involucrados?
El espíritu de Dios está en el espíritu de diálogo. Siempre hay una solución para todos los conflictos. Si se busca, se encuentra. La izquierda abertzale Batasuna, LAB y ETA quiere llegar a un acuerdo democrático. Hace tres años, un líder de Batasuna me dijo que estaba dispuesto a iniciar el camino del diálogo, incluso si conducía a un lugar que a él no le gustaba. Tenemos que dar las gracias a Arnaldo Otegi y a Rafa Díez Usabiaga.
Yo diría que Rafa Díez Usabiaga es lo más parecido que hay a Gerry Adams, un líder político de altura mundial. El ha sido la fuerza inspiradora de todo este proceso. Pero muy especialmente al señor Zapatero y a su Gobierno: ellos son los que han abierto el camino. Creo que el señor Zapatero pone el bien común antes que el de su partido, y eso es signo de su condición de hombre de Estado.
¿Cree usted que el PP estará dispuesto sentare a la mesa?
La postura del PP ha sido hasta ahora la de que ETA ha de ser suprimida y punto. Yo tengo la impresión de que ahora estarán dispuestos a hablar. Es cierto que la democracia en España es muy joven, y que en la derecha no hay cultura del diálogo. Yo no quiero ofender a nadie, pero si no se reconocen los derechos de los demás, eso es fascismo. No obstante, ahora que ETA ha dado este paso, yo creo que el Partido Popular estará dispuesto a participar. Desde luego, si no lo hace, estará demostrando que no es un partido democrático de verdad.
El optimismo de Reid es enorme. «El proceso político será más rápido que el de Irlanda del Norte y, con la ayuda de Dios, va a satisfacer a todas las partes», subraya el sacerdote, quien mantiene que los vascos son «muy trabajadores y muy inteligentes, y cuando se ponen mano a la obra hacen las cosas muy deprisa». Por eso estima Reid que el proceso que se ha iniciado ayer tendrá menos flecos que el de Irlanda del Norte donde, 11 años más tarde, todavía no está funcionando el Parlamento regional.
Tras la tregua, Alec Reid seguirá en Bilbao y seguirá mediando: «Haremos todo lo que podamos por solucionar el conflicto, y dejaremos el resto a la gracia de Dios», comenta.