Alfonso Sastre fue galardonado el pasado 26 de mayo por la Asociación Colegial de Escritores de España con uno de los cuatro Premios Quijote de la Literatura Española, que se entregaron en Madrid. El premio, entregado en una cena de gala a la que asistieron numerosos representantes de las letras acompañados por la ministra de […]
Alfonso Sastre fue galardonado el pasado 26 de mayo por la Asociación Colegial de Escritores de España con uno de los cuatro Premios Quijote de la Literatura Española, que se entregaron en Madrid. El premio, entregado en una cena de gala a la que asistieron numerosos representantes de las letras acompañados por la ministra de Cultura, fue otorgado por su obra teatral «Amores sicilianos».
En el momento de la entrega, el dramaturgo, con su habitual humildad, recordó que «Amores sicilianos» está basada en un obra de Luigi Pirandello, «por lo que un cincuenta, un sesenta o quizás un setenta por ciento del mérito es de Pirandello». Añadió que «para mí significa mucho este premio porque deseo una larga vida a estas noches de la escritura que podrían ser días si las cosas cambiaron en el modo que todos deseamos».
«Un premio es siempre una ocasión de alegría. Pero esa alegría tiene una intensidad más fuerte cuando durante algún tiempo uno ha vivido en la impresión de un cierto ninguneo y ostracismo», comentó Sastre al diario Gara.
«Amores sicilianos» es una versión de «Liolá», de Luigi Pirandello, que Sastre escribió hace 35 años pero que la editorial Hiru, cuya directora es la pareja del dramaturgo, la también escritora Eva Forest, publicó en 2004.
El original de Pirandello es una obra muy alegre, en la que el autor siciliano, a diferencia del teatro que le ha encumbrado como uno de los escritores revolucionarios del siglo XX, no juega con introducir el teatro dentro del teatro.
Precisamente por ello Sastre decidió a hacer una versión. «Esta obra de Pirandello debería además parecer de Pirandello, por lo que le hice un tratamiento en el que hay teatro dentro del teatro», explicó ayer Alfonso Sastre.
Hasta ahora, «Amores sicilianos» nunca ha sido representada. «Espero que a partir de este premio alguna compañía se anime», prosiguió el dramaturgo en declaraciones al diario.
Los otros premiados con el Quijote 2005 fueron «Casa del olivo», de Carlos Castilla del Pino, en la categoría de mejor libro de ensayo publicado en 2004; «Estrategias del deseo», de Cristina Peri Rossi, en poesía; «Ventanas de Manhattan», de Antonio Muñoz Molina, en la modalidad de narrativa; y José Luis Sampedro, que ha obtenido el Premio ACE de «Toda una vida». Este último, en el momento de la entrega, comentó que «no voy a pecar de falsa modestia, no voy a decir que no merezco el premio, pero sí que otros lo merecían igual o más que yo». Se trata de «una distinción que tiene un valor especial», añadió, y recordó que en la escritura y en la vida «tan importante como la estética es la ética». Aprovechó para repasar esa vida de escritura en la que «han pasado los cuarenta años del desierto (en referencia al franquismo) y los últimos cuatro años como otro pequeño desierto (en referencia al gobierno Aznar)».
«Quiero invocar la idea de libertad, he intentado ser independiente, no venderme, equivocarme sí, pero venderme no», añadió.
Sampedro comparó la libertad del individuo con la cometa, una libertad que le permite «subir, moverse y volver a bajar y subir porque siempre está atada, la libertad del hombre debe tener una limitación, la cuerda de la cometa es la dignidad humana. He procurado siempre que mi cometa vuele con dignidad».
El galardón Quijote ha sido creado este año por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), que cuenta con 2.600 asociados, quienes por votación eligen a los agraciados. Entre los asistentes, alguno denominó a estos nuevos premios como los Goya de la escritura.
El secretario de la asociación, Andrés Sorel empezó el acto con un discurso en el que hizo hincapié en la búsqueda de pureza de estos premios, que conceden los escritores sin atender a las presiones del mercado o las ventas, y reivindicó la literatura en los momentos presentes como un vehículo idóneo de conocimiento, diferencia y libertad.
Los premios no tienen dotación económica pero todos los galardonados recibieron una escultura de Ricardo Ugarte. En este sentido, Andrés Sorel argumentó que la ACE no ha querido contar con el patrocinio de ninguna editorial.»Queremos sacar la literatura del mercado», dijo.
Para el próximo año, la ACE espera crear un nuevo galardón para el ‘Mejor libro de literatura infantil y juvenil’, aumentar el número de socios, y mejorar su página web en donde se informa de los fines y objetivos de esta asociación que pretende «fomentar la vida intelectual y la acción de las culturas españolas». Entre sus objetivos también destacan fines benéficos y de previsión social para sus todos sus afiliados.