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Fuentes: Rebelión

La obra de las Conversaciones y las Discusiones en la Mesa de La Habana, resultado del Encuentro Exploratorio que tuvo como sede La Habana, Cuba, en Febrero 23 de 2012 no está completa. Constituye un desfase de la realidad política pretender que el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de Una […]

La obra de las Conversaciones y las Discusiones en la Mesa de La Habana, resultado del Encuentro Exploratorio que tuvo como sede La Habana, Cuba, en Febrero 23 de 2012 no está completa.

Constituye un desfase de la realidad política pretender que el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de Una Paz Estable y Duradera entre los delegados del Gobierno de la República de Colombia (Gobierno Nacional) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), concluya con las diez reglas de funcionamiento, para su ejecución, entre las cuales está la categórica afirmación kantiana: «10. Las conversaciones se darán bajo el principio que nada está acordado hasta que todo esté acordado». Por ello pareciere se ha convertido en algo así como un no camino…por carencia de método el punto 4. «Se establecerá un mecanismo para dar a conocer conjuntamente los avances de la Mesa. Las discusiones de la Mesa no se harán públicas».

Aunque haya causado sobresalto la afirmación del Comandante Timochenko de ordenar una directriz para que los plenipotenciarios, de su parte, en La Habana, rindan un Informe al pueblo colombiano sobre lo discutido en la Mesa; ha sido mas por el alboroto mediático en la búsqueda de efectos non sanctos, sobre la suerte definitiva de las Conversaciones que por una prevención por existir entre la partes contratantes en la fórmula de desarrollo del Acuerdo, algún concepto desfavorable o perjudicial que alcance hasta llegar a poner a pique la suerte del Acuerdo mismo en su ejecución y natural desarrollo en La Habana.

El jefe de la Delegación del gobierno colombiano, sin tapujos consideró que la afirmación de la comandancia insurgente, no representaba una amenaza. Por su parte, la comandancia insurgente, estima que el uso de los avances logrados en el primer punto de las conversaciones a que ha hecho alusión el Presidente Santos; indicando que ha comenzado a impulsar desde su gobierno el contenido de los acuerdos sobre ese punto, no ha reñido con la confidencialidad de lo pactado.

La salubridad de la solución alternativa política en búsqueda por la solución definitiva del conflicto armado interno y por la búsqueda de una paz estable y duradera en Colombia, pasa airosa una nueva prueba de fuego. Obvio que habrá que soportar nuevos avatares.

 

DE LOS EPITETOS Y CALIFICATIVOS 

Continúa siendo el Presidente de la Republica el repetidor de engaños al respecto, con efecto negativo en el exigente tinglado formal de las relaciones internacionales.

La pasada Cumbre de la ONU dio el aliento esperado al proceso de Conversaciones en La Habana. No resulta de aceptado prospecto el que a estas alturas, cuando conforme al derecho internacional publico, el que un Estado contratante haya aceptado un reconocimiento tácito de beligerancia a una fuerza insurgente interna con la que negocia, acuda, en tan legítimo escenario mundial, al desacato soez de la denominación de terroristas a su contraparte. El remoquete de terrorista es un calificativo político de conveniencia; en modo alguno indicativo de un ambiente de conciliación en el uso de un instrumento alternativo de solución del conflicto. De ninguna manera habilita tal calificativo militarista al jefe del gobierno colombiano, sobre el presupuesto que se está negociando al fragor del conflicto armado interno, con enfrentamientos y lamentables pérdidas diarias de valiosas vidas de colombianos y colombianas. Obvio que ello produce un efecto negativo y de rechazo en el exigente ambiente en que se n mueven las delegaciones oficiales en el campo diplomático y en el caso particular la colombiana, en una interminable sinfonía de desaciertos.

Prueba ésta irrefutable que la labor de Conversaciones en La habana no está acabada; como quiera que indica en su ejecución una permanente adecuación a observar tópicos, no incluidos; que si bien no desnaturalizan la esencia de lo acordado, habilitan abordar tema tan acuciante como el del Acuerdo de un cese bilateral de hostilidades; dado el nivel de avance del proceso iniciado hace un año.

 

LO NO PUBLICO

No se requiere de mayor hesitación para comprender el alcance del mecanismo cuatro del funcionamiento de la Agenda acordada: «4. Se establecerá un mecanismo para dar a conocer conjuntamente los avances de la Mesa. Las discusiones de la Mesa no se harán públicas.»

Los medios mediáticos de intoxicación a la opinión pública nacional, son dados en afirmar extremos.

La motivación de constitución de La Mesa de La Habana, Acuerda: «III. Garantizar la efectividad del proceso y concluir el trabajo sobre los puntos de la agenda de manera expedita y en el menor tiempo posible, para cumplir con las expectativas de la sociedad sobre pronto acuerdo. En todo caso, la duración estará sujeta a evaluaciones periódicas de los avances.»

Obvio que la búsqueda de los acuerdos se aspira a que sean materializados en el menor tiempo posible; ante la expectativa de la sociedad colombiana sobre los puntos de acuerdos. Pero jamás indica ello la adecuación a calendarios electorales, por ejemplo. Al parecer, el perceptible paso de duración de las conversaciones va acorde con las evoluciones abordadas y propias a lo interno de La Mesa.

Pero es dable y característico señalar que es la parte gubernamental la que manifiesta, sin ocultar reservas, saltarse en el orden lógico de desenvolvimiento de los puntos acordados. Prueba de ello está plasmada en las variables al punto 4 del Acuerdo: Solución al problema de las drogas ilícitas, en las que el gobierno colombiano, para cabalgar en ambientes propicios en la pasada Cumbre de la ONU, anuncia que la Insurgencia aplicará una transformación de algo así como una «policía antidrogas», en el escenario del post conflicto.

 

DE LAS CARTAS ECHADAS

La opinión nacional y mundial conoce el ideario expuesto insurgente, sin lugar a equívocos. 

En lo que parece caracterización del gobierno de turno en Conversaciones; la aceptación gubernamental de que la contraparte insurgente llegó a la Mesa sin cartas marcadas y sin ases debajo de la manga; al no avalarles tan caballerosa actitud, lo asumen como un error de la Insurgencia al negárselas con todas las cartas al destape.

Así también enuncian, que a diferencia del comportamiento del Caguan, esta vez, con todo apostado a la solución definitiva y de una vez por todas a la finalización del conflicto armado interno, no les queda otra alternativa que la capitulación, sin salida a un nuevo plan de guerra…Asumen que en esta ocasión la Insurgencia está cruzada de brazos; sin capacidad de crecimiento; ni de apertrecharse, ni de la renovación diaria y connatural de mandos y de combatientes. Como son aspectos materiales difíciles de probar, personal y políticamente considero que no es así. Por el contrario, pese al rastreo de deserciones difundidas, por haberlo la insurgencia misma afirmado, un acuerdo sobre el fin de la guerra interna en Colombia, les reeditará mayor capital político. Eso lo saben muy bien la extrema derecha y el imperio, por lo que buscan, a toda costa, que el fin del conflicto no sea pactado; sino impuesta la derrota militar. Pues las cartas están echadas!

Que no decir de la plasmada violación al ánimo conciliatorio que debe regir la totalidad del medio de solución alternativa de un conflicto; como es el tratarse de asumir actitudes de ventajismo- por ninguna de las partes- en la búsqueda del albur y la sacada de ases de debajo de la manga, propias del ventajismo del tahúr.

Contra toda observación a la Alta Parte Insurgente, la Alta Parte Gubernamental, anuncia dentro de ámbito paralélelo, la radicación- en forma unilateral- de un proyecto de ley, avalando presunto referendo y adelantándose al punto 6. Implementación, verificación y refrendación de los Acuerdos.

Valga destacar, por la brevedad de espacio, que los Mecanismos de Refrendación de los Acuerdos, constituyen puntos álgidos previos de participación o involucramiento, tanto de la comunidad internacional como de la nacional. Cito textual: «6. Implementación, verificación y refrendación

La firma del Acuerdo Final da inicio a la implementación de todos los puntos acordados.

– Mecanismos de implementación y verificación:

a. Sistema de implementación, dándole especial importancia a las regiones.

b. Comisiones de seguimiento y verificación.

c. Mecanismos de resolución de diferencias.

Estos mecanismos tendrán capacidad y poder de ejecución y estarán confirmadas por representante de las partes y de la sociedad según el caso.

– Acompañamiento internacional.

– Cronograma.

– Presupuesto.

– Herramienta de difusión y comunicación.

– Mecanismo de refrendación de los acuerdos.»

De tal manera, que al radicar el proyecto y tramite de ley en forma unilateral e inconsulta, el soberbio gobierno colombiano ha desdeñado el buen trato a los soberanos países facilitadores de las Conversaciones, por decir lo menos.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.