Desde mi modesto apoyo y solidaridad absoluta con la «marea verde» que recorre Baleares contra los recortes educativos y el TIL que promueve el gobierno del PP, y sin ánimo de invertir más tiempo y energías de las necesarias (por ambas partes) en discusiones que seguramente parten de equívocos, quisiera precisar algunas de las afirmaciones […]
Desde mi modesto apoyo y solidaridad absoluta con la «marea verde» que recorre Baleares contra los recortes educativos y el TIL que promueve el gobierno del PP, y sin ánimo de invertir más tiempo y energías de las necesarias (por ambas partes) en discusiones que seguramente parten de equívocos, quisiera precisar algunas de las afirmaciones http://www.rebelion.org/
-Todas las matizaciones y correcciones son siempre bienvenidas. Pero creo que Jonatan Garrido atribuye a mi artículo una especie de mala fe que en ningún caso se da. Como si tuviera este periodista un ánimo especial en establecer un nexo de dependencia entre la Assemblea de Docents de les Illes Balears y los sindicatos. Como si se tratara de decir en mi artículo que las garras sindicales se encuentran detrás de la asamblea, hayan impulsado ésta e incluso la huelga indefinida.
-La realidad es a veces mucho más simple. El titular del artículo es «Marea Verde en Baleares contra los recortes educativos y la imposición del trilingüismo». El artículo pretende subrayar únicamente que se trata de movilizaciones históricas, que sirven como punto de referencia al sector educativo en todo el estado por su capacidad de resistencia y espíritu de lucha. Nada más que eso. Se pretende subrayar la movilización de los docentes, el apoyo de las familias, el papel de las asambleas de centros, las cajas de resistencia, los recortes leoninos y la represión. Punto.
-Lo dicho es lo que se pretende esencial en el artículo. Ahora bien, a este humilde periodista le parece de particular interés que un cuadro sindical (Toni Gaos, en este caso, y a quien por cierto no conozco de nada; ni siquiera estoy afiliado a ningún sindicato) afirme en un acto convocado por una organización sindical, y flanqueado en una mesa por dirigentes sindicales, que los sindicatos han contribuido a la «marea verde» quitándose de en medio, dejando que funcione la asamblea y que la gente se autoorganice . Y ocultando sus banderas y siglas en las manifestaciones. Para mi, aunque parezca obvio, eso tiene un valor (normalmente, en los conflictos laborales son los sindicatos quienes marcan la pauta), y por eso lo traslado al artículo. Así de sencillo. No se trata de dar protagonismo a Toni Gaos ni a CCOO, ni a contribuir a que capitalicen nada a través de un modestísimo texto periodístico. Y, por supuesto, faltaría más, que el sacrificio de los docentes y la solidaridad de las familias están por encima de lo que puedan decir o hacer las elites sindicales.
-Justo en este punto, otra precisión. En un texto periodístico de 8.000 caracteres no se pretende agotar una cuestión. No puede uno abordar el conflicto entre asambleas de base y sindicalismo institucional (en este caso, la asamblea de docentes de Baleares y los sindicatos de las islas). Sólo pretendía dar unas cuantas pinceladas sobre algo que me parecía de interés para el lector que no se mueve en asambleas ni milita en organizaciones sociales. Insisto, a veces la realidad no es tan compleja ni obedece a conspiraciones. Evidentemente en una parte del artículo se reproducen las declaraciones de un sindicalista que da su versión y se cita el contexto en el que se producen (el acto de un sindicato). Si tengo la oportunidad de entrevistar a Jonatan Garrido, daré su versión sin ningún problema.
-Creo que lo que más ha molestado a Jonatan Garrido es que cuando cito en el texto por primera vez a la Asamblea de Docentes me refiero a un «ámbito más ajustado al sindicalismo». Evidentemente, una asamblea popular y masiva no la mueven sindicatos como CCOO. A lo que me refiero (y a lo mejor podría haberlo expresado con mayor acierto) es a lo que Garrido señala también en su réplica: «Es cierto que la Assamblea surgió como una iniciativa de los sindicatos, fueron ellos quienes convocaron las primeras sesiones» aunque de inmediato fueran desbordados. Pero, insisto, lo de «un ámbito más ajustado al sindicalismo» es una mera aposición, una apostilla que no pretende resucitar las inveteradas querellas entre la izquierda institucional y el movimiento popular autoorganizado (y si así se entiende, me disculpo por mi error; no aspiraba de ningún modo a que esto fuera la esencia del artículo). Al margen de fallos que pueda haber cometido, o expresiones que se puedan mejorar, no creo que lo capital en el artículo sea que los sindicatos impulsan y controlan la asamblea (en el artículo se habla de cajas de resistencia, implicación de las familias, represión, etc; ¿Dónde se dice que detrás de todo eso estén los sindicatos).
-También me critica Jonatan Garrido que en ningún caso cite fuentes directas, sino que en todo caso siga las opiniones de Toni Gaos. En el artículo (insisto, artículo, de apenas 8.000 caracteres) aparecen dos párrafos enteros donde se resumen reivindicaciones y denuncias de la Asamblea que esta formula en sus comunicados. Y aparece la fuente citada.
-Por lo demás, a Jonatan Garrido le aterroriza el uso que hago del término «laboratorio», y lo asimila a las «cobayas». Me achaca, en consecuencia, una falta de respeto por la asamblea y la huelga indefinida, que vendrían a ser utilizadas por los sindicatos (eso es lo que supuestamente digo en mi texto) como campo de experimentación. Otra vez es todo más sencillo. «Laboratorio» se usa muchas veces, en textos periodísticos, como sinónimo de ensayo. En este caso, es el cierre del artículo y lo uso en modo más o menos figurado. Lo que pretendo afirmar (y el término «laboratorio» aparece entrecomillado) es que las movilizaciones en Baleares constituyen la antesala y un faro para la gente que se sume a la huelga del 24 de octubre. Pero en sentido positivo, no trato de decir que se esté utilizando a las asambleas como cobayas en un centro de experimentación animal controlado por lo sindicatos. Todo lo contrario. Si pensara de este modo, tal vez colaboraría en Intereconomía, no en Rebelion.
-En fin, todo esto resulta me particularmente desagradable porque la única intención de la gente que se dedica al periodismo alternativo (por lo menos, hablo de mi caso) es colaborar y agregar voluntades para voltear este puto mundo que nos ha tocado vivir. Aunque muchas veces nos podamos equivocar…
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