Como cada año, una vez más, el colega, cómplice y sucesor del dictador Francisco Franco, dispuso de un privilegiado espacio gratuito de propaganda electoral, algo insólito para un político que paradójicamente es ajeno a las elecciones, porque sencillamente, «la democracia no va con él». Harto de leer y escuchar el mismo mensaje y los mismos […]
Como cada año, una vez más, el colega, cómplice y sucesor del dictador Francisco Franco, dispuso de un privilegiado espacio gratuito de propaganda electoral, algo insólito para un político que paradójicamente es ajeno a las elecciones, porque sencillamente, «la democracia no va con él». Harto de leer y escuchar el mismo mensaje y los mismos análisis, he aquí una interpretación crítica con la tradicional ingerencia navideña de este reducto del franquismo.
DIJO EL REY: Como cada año, quiero en esta Nochebuena dirigir mis mejores deseos a todos los españoles y compartir unas reflexiones generales en torno a algunos asuntos que a todos nos afectan.
QUISO DECIR: Como cada año, una vez más, voy a aprovecharme de una de las fechas más destacadas del calendario católico, apostólico y romano, para meter baza política y abusar de estos espacios electorales gratuitos en favor de alguien a quien ni siquiera podéis votar.
DIJO EL REY: Deseo empezar mis palabras dedicando todo mi afecto y apoyo a los que más sufren o más lo necesitan. También mi gratitud hacia quienes, en estas horas, velan por nuestra seguridad, salud y bienestar.
QUISO DECIR: Deseo empezar mis palabras con un golpe bajo: haré como si me importara vuestro dolor, pese a que desde mi nuevo yate vuestras ridículas hipotecas me la sudan. Asimismo, un saludo para los asesinos de Roquetas, los apaleadores la Puerta del Sol y a los torturadores de Les Corts.
DIJO EL REY: Estos días nos llevan a pensar con mayor sosiego en el país que juntos formamos, en los progresos que hemos alcanzado y en los problemas que aún no hemos resuelto. Pensar en España, es pensar en los objetivos, valores y principios que, como gran familia, nos hemos fijado, para hacer un país cada día mejor.
QUISO DECIR: Voy a abusar de esta falsa efeméride religiosa para propagar mi propia visión política, a ver si todavía cuela. Os diré que en España somos una gran familia, aunque por supuesto, Lola, la indigente madrileña de 41 años, que falleció de frío anteayer por la noche en la calle Rafael de Riego, en realidad, no es parienta mía. Eso de «la familia» son cosas que se dicen. Un embuste formal, cosas del protocolo.
DIJO EL REY: Han transcurrido ya tres décadas desde los primeros comicios democráticos en la Transición. Hemos demostrado ser un país capaz de superar retos, de arrinconar el desánimo y de acometer, con energía e ilusión, una modernización única en nuestra Historia.
QUISO DECIR: Celebrad los 30 años de mi régimen, como en su día celebramos los 30 del régimen anterior. Repetid las mismas mentiras que os obligábamos a cantar en 1969. Fijaos bien, soy lo mismo: un militar, vitalicio, hereditario y no electo. Si lo pensáis bien, deberíais llamarme Francisco Franco II, en lugar de Juan Carlos I.
DIJO EL REY: La España que representa nuestra Constitución está concebida para integrarnos a todos. Se alegra con los avances que cosechamos, y se duele con los contratiempos o catástrofes que nos afectan en cualquiera de nuestros pueblos, ciudades, provincias, o Comunidades Autónomas.
QUISO DECIR: Esta cárcel para Ideas, Seres y Pueblos es intocable.
DIJO EL REY: Frente a las dificultades de cada momento, frente a cuanto nos quede por resolver o perfeccionar, debemos tener la seguridad de que juntos lograremos las soluciones precisas, si ponemos la voluntad y los medios para ello.
QUISO DECIR: Esto lo leí en una galleta de la suerte, china. En cualquier caso, no os lo creáis demasiado, porque debéis tener siempre presente que vuestra voluntad termina justo donde empieza nuestra maquinaria de represión: vuestras exigencias terminan con un porrazo de antidisturbios en toda la boca; vuestros gritos se acaban con un simple montaje jurídico-policial; vuestros sueños concluyen con una legislación electoral amañada; vuestras esperanzas se acaban con unos representantes comprados (es decir, vendidos)… en última instancia, vuestra ilusión no es más que un accidente de tráfico.
DIJO EL REY: Es mucho lo que de forma solidaria hemos conseguido y más lo que aún podemos lograr.
QUISO DECIR: Cierto, sin el esfuerzo solidario de todos, sería imposible reunir los más de ocho millones de euros que me voy a llevar en 2008, por la única razón de haber sido el mejor amigo del genocida del Ferrol.
DIJO EL REY: Esa capacidad de superación, ese dinamismo, es lo que distingue a la España de hoy. La España cuyo patrimonio común y diversidad aseguran nuestra Constitución.
QUISO DECIR: Vuestra «capacidad de superación» me va de cine, porque no se puede ni comparar a la verdadera capacidad de superación, sentido de la unidad y osadía intelectual de la que hicieron gala vuestros abuelos en 1931.
DIJO EL REY: Unidad y diversidad se vertebran en nuestra democracia como conceptos que nos definen y que, debidamente integrados en el marco constitucional que nos hemos dado, nos han permitido y nos permiten progresar como gran Nación.
QUISO DECIR: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional».
DIJO EL REY: Los Estados que con mayor eficacia atienden a la voluntad de sus ciudadanos, se basan en la solidez y estabilidad de sus modelos democráticos e instituciones, así como en su amplia cohesión interna en torno a las grandes cuestiones.
QUISO DECIR: Curiosamente, la mayoría de esos Estados no están encabezados por un soldado designado arbitrariamente por uno de los tres máximos genocidas del Siglo XX, pero en fin, Spain is different.
DIJO EL REY: Me parece de especial importancia reclamar de nuevo a nuestros partidos políticos mayores esfuerzos, para alcanzar el necesario consenso en los grandes temas de Estado. Creo también necesario solicitar el debido apoyo para nuestras instituciones y poderes en aras de su más eficaz funcionamiento. Todo ello, conforme a las reglas y principios de nuestra Constitución.
QUISO DECIR: No me jodáis el chollo, porque al menos en casa nos va muy bien: dos meses de vacaciones, para descansar de tanto no hacer nada. Yate nuevo. Esquí gratis. Caza de especies prohibidas. Irresponsabilidad penal para mí. Disfraces gratis de profesional de asesinar. Se viaja mucho, se conoce gente famosa, mi hijo regala premios pagados por otros. Y además, ya lo veis: incluso salgo por la tele, sin tener ni idea de cuanto vale un spot comercial de 20 segundos.
DIJO EL REY: Sirvamos con mayor ahínco el afán de los españoles de construir una España cada vez más justa, integradora y solidaria, de todos y para todos.
QUISO DECIR: Si oís decir no-se-qué sobre «separación de poderes», gritad conmigo: «¡España! ¡España! ¡España!».
DIJO EL REY: Esa es la grandeza de la política, entendida como servicio al conjunto de los ciudadanos. Esa es la grandeza de quienes son elegidos para ejercerla y saben practicarla con amplitud de miras.
QUISO DECIR: Me he apostado uno de los Rolls con Sarkozy, a que no me atrevía a dignificar a aquellos políticos que, a diferencia de mi, los ciudadanos pueden elegir periódicamente en las urnas.
DIJO EL REY: La lucha contra el terrorismo reclama, sin duda, unidad. Sus crímenes, amenazas y extorsiones siguen presentes. Suponen un inaceptable ataque a nuestros derechos y libertades.
QUISO DECIR: Debemos luchar contra el terrorismo, el terrorismo es malo, nadie debería ser capaz de levantarse en armas contra sus semejantes con el terrible objetivo de imponer una determinada idea política. Por supuesto, me refiero al País Vasco y no a Afganistán, ni al individuo que me cedió este maravilloso puesto de trabajo. DIJO EL REY: El año 2007, que arrancó con la rabia, indignación y sufrimiento, dejados por el brutal atentado en Barajas, termina con el profundo dolor y firme repulsa ante el vil asesinato de dos jóvenes guardias civiles.
QUISO DECIR: Mirad cómo agito el señuelo, mirad: ¡Alehop! ¡Tres partidos políticos menos! ¡Zas! ¡Otros ocho cazabombarderos «humanitarios» enviados a Kosovo! Atención, más difícil todavía, prestad atención a ETA… la mano es más rápida que la vista: ¡Hop! ¡Dos puntos más en la hipoteca! ¡Viva España! ¡Mueran ETA y Euskadi!
DIJO EL REY: Necesitamos cuanto antes una cultura de unidad que haga efectivo el compromiso de todos los demócratas para acabar definitivamente con el terrorismo.
QUISO DECIR: Cómo añoro aquellos tiempos en los que existía la asignatura de «Formación del espíritu nacional». Sobretodo los de la primera etapa, cuando Paco todavía se llevaba bien con los carlistas: «Por Dios, por España y el Rey, murieron nuestros padres…». ¡Ah! ¡Que tiempos! «Cultura de unidad»… ¡Impagable! Si eres republicano, anarquista o comunista, eres proetarra; si cuestionas la transición, eres proetarra; si eres nacionalista de algo distinto a España, eres proetarra; si escuchas cierta música, eres proetarra; si lees ciertos medios, eres proetarra; etc… eres proetarra.
DIJO EL REY: Siempre he afirmado que es un objetivo urgente e imperativo para el Estado, un deseo de los ciudadanos, una obligación de todas las fuerzas democráticas, y un deber frente a las víctimas y sus familias, a quienes nos debemos y recordamos con el mayor afecto en estas fechas.
QUISO DECIR: Pero no hagáis demasiado caso de lo que «siempre he afirmado», porque recordad, también he afirmado cosas como: «Juro lealtad a las leyes fundamentales del reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional».
DIJO EL REY: Pongamos los medios para ello, contando con la abnegada y eficaz labor de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como con la firme acción de la Justicia, apoyando a nuestras instituciones en defensa del imperio de la Ley, del recurso a todos los instrumentos del Estado de Derecho y de la cooperación internacional.
QUISO DECIR: Una vez más, mil gracias a todas las personas que día a día, a cambio de dinero, ponen sus armas al servicio de que la Justicia no consiga sobreponerse al imperio de esta mierda de leyes injustas que todos os veis obligados a cumplir, empezando por la constitución monárquica, que mantiene a un soldado por encima de vuestros cargos electos y que consagra la más ignominiosa fusión de poderes, el confesionalismo oficial de facto y la práctica imposibilidad de su reforma.
DIJO EL REY: Esa debe ser la respuesta a la barbarie terrorista de una sociedad democrática y avanzada como la española.
QUISO DECIR: Nosotros podemos dispersar a los presos por toda la geografía del Estado, diga lo que diga el Derecho Humanitario Internacional, pero vosotros no podéis ni reuniros sin temor a que nuestros empleados armados os secuestren legalmente bajo la acusación de «pensar cosas prohibidas».
DIJO EL REY: Por otro lado, en un país con una envidiable trayectoria de crecimiento, las fluctuaciones económicas deben llevar a las distintas Administraciones a redoblar esfuerzos para atender las carencias de muchas personas. Pienso, en particular, en las que afectan a los más jóvenes y mayores, así como a los colectivos más vulnerables.
QUISO DECIR: El Estado debe poner todos sus medios en atender las necesidades básicas de las personas con graves problemas económicos, por ejemplo, los miembros de la Familia Real, cuya subsistencia sería impensable de no ser por el simbólico subsidio estatal de ocho millones de euros anuales (en caja «A»).
DIJO EL REY: No me refiero sólo a la lucha contra la pobreza y la exclusión, sino a continuar profundizando en las medidas frente al desempleo, la carestía de la vivienda, los salarios más bajos, las desigualdades, o las diversas necesidades sociales y asistenciales.
QUISO DECIR: Hay que ver, qué desgraciados sois. Brindad conmigo: ¡Viva el Rey!
DIJO EL REY: Asegurar y ampliar nuestro bienestar, pasa también por poner el empeño y los medios precisos para seguir elevando la calidad de nuestra educación.
QUISO DECIR: Una buena forma de asegurar y ampliar vuestro bienestar, sería privatizar los pocos servicios públicos, sanidad e infraestructuras que todavía son de titularidad estatal. Así de paso unos cuantos amigos que ahora se forran, se forrarían más, los ricos de España adelantarían unos cuantos puestos en la lista de Forbes y quien no pueda costearse esos servicios… ¡Ah! ¡Esos se jodieron! (Aznar dixit). Y en cuanto a la educación, la solución es fácil, haced como en mi casa: en primer lugar, maestros e institutrices particulares; luego un bonito instituto elitista en Canadá; más tarde un paso por la academia militar; y finalmente unos postgrados en Georgetown, a 200.000 euros por curso.
DIJO EL REY: Una educación que debe responder a las legítimas aspiraciones de promoción personal y perseguir un armónico desarrollo colectivo, como sociedad moderna y cohesionada.
QUISO DECIR: Dime cuánto cobra tu padre y te diré qué educación (y qué futuro) mereces.
DIJO EL REY: En el ámbito formativo, debemos impulsar la debida observancia de las reglas sobre contenidos televisivos e infancia acordadas para la protección de los menores.
QUISO DECIR: Es verdad, hay que ver la cantidad de mierda que echan por la tele. Ya no respetan ni las fiestas de guardar (sic.).
DIJO EL REY: También deseo reclamar una mayor toma de conciencia por parte de todos frente a los devastadores efectos de la droga, así como en dos campos objeto de importantes medidas legislativas y campañas de sensibilización.
QUISO DECIR: La droga es mala, imaginad -pongamos por caso-, que un yerno os sale politoxicómano farlo-pastillero… ¡Terrible! ¡Incluso podría llegar a afectar a su relación matrimonial con vuestra hija!
DIJO EL REY: Me refiero, en primer lugar, a la violencia y malos tratos que afectan dramáticamente a tantas mujeres. Nos duelen e indignan profundamente, y nos denigran como sociedad.
QUISO DECIR: La violencia jamás debería tener lugar en el seno de una familia. ¡No permitáis que vuestros hijos jueguen con armas de fuego! ¡Nunca se sabe!
DIJO EL REY: Por otro lado, quiero subrayar el enorme dolor de miles de familias que tanto padecen como consecuencia de las muertes y graves lesiones provocadas por accidentes de tráfico. Todos debemos contribuir a evitarlos.
QUISO DECIR: Me la suda, pero el pesado del asesor no para de darme la vara con las estadísticas, y me ha dicho que si se me pudiera elegir, pronunciar este parrafito supondría tres escaños más.
DIJO EL REY: Un mejor futuro pasa asimismo por ejercer las responsabilidades y aprovechar las oportunidades para un desarrollo sostenible, respetuoso con el medio ambiente, con nuestros paisajes y riquezas naturales.
QUISO DECIR: Debéis ser más cuidadosos con la naturaleza. Pensad, por ejemplo, en el hecho trágico que supone la desaparición de ciertas especies animales. Prestad atención: ¡Extinción significa para siempre! Como fijo Kennedy: no penséis qué hacen los osos del Cáucaso por vuestra extinción, pensad más bien qué hacéis vosotros por la extinción de los osos del Cáucaso.
DIJO EL REY: No es un asunto que se limite a una legislatura. Requiere el acuerdo de todas las fuerzas políticas y el empuje de la sociedad en su conjunto.
QUISO DECIR: Es algo parecido a mi vida de placer y lujos, no es algo que se limite a una legislatura. ¡Ah! Esas palabras de mi queridísimo amigo, el caudillo: «Entre tú y yo, una corona es para siempre».
DIJO EL REY: La celebración en 2008 de la Exposición Internacional en Zaragoza dedicada al agua, debe permitirnos mostrar un creciente compromiso en materia medioambiental.
QUISO DECIR: Otro asunto que me la suda. Mientras el Ejército me sea más fiel a mí que al Pueblo, si en España queda un vaso de agua, ese vaso será para mí. ¡Que os jodan!
DIJO EL REY: Apliquemos nuestros mejores esfuerzos a promover y apoyar los intereses de España en el mundo, con la fortaleza y credibilidad de una acción exterior ampliamente consensuada. Nuestra seguridad y nuestro progreso dependen cada vez más de ello.
QUISO DECIR: Diplomacia, saber hacer, comprensión, tiento, paciencia, empatía, solidaridad, internacionalismo, mano izquierda, cooperación, respeto… ¿Por qué no te callas?
DIJO EL REY: De ahí, que desee expresar mi reconocimiento y gratitud a cuantos sirven a España en el exterior. En particular, por las sacrificadas misiones que desarrollan los miembros de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad, haciendo efectiva nuestra entrega a la paz. Mi emocionado recuerdo, a los soldados que este año perdieron la vida en cumplimiento del deber y a sus familias.
QUISO DECIR: Ya sé que lo he dicho tres veces antes, pero me gustaría mandar un cordial saludo a todas las personas que cobran a cambio de llevar armas con las que imponer mis intereses particulares, que son los de España. Por cojones.
DIJO EL REY: En el plano internacional, quiero reiterar nuestro compromiso con la integración europea, pieza esencial de nuestra propia modernización, cuando se acaba de firmar en Lisboa un nuevo Tratado para afrontar mejor el futuro de Europa.
QUISO DECIR: No sé si sabréis que eso que los europeos rechazaron en las urnas, os lo hemos endiñado el otro día, de espaldas a vosotros, aquí al lado, muy cerca de Estoril.
DIJO EL REY: Este es un momento asimismo para reafirmar nuestros sentimientos de hermandad con todos los países y pueblos iberoamericanos. Para subrayarles de corazón, nuestra cercanía, nuestra admiración y respeto hacia sus respectivas y sólidas identidades y, sobre todo, nuestra apuesta solidaria con su futuro. Nada de lo que afecta a América nos es ajeno.
QUISO DECIR: España quiere mostrar su amor y respeto hacia ese gran continente al que llegamos movidos únicamente por la ilusión de «evangelizar» a tantos millones de almas, de la misma forma que hoy en día son los Estados Unidos de América quienes se hallan inmersos en la tarea de «democratizar» Oriente Próximo.
DIJO EL REY: Tampoco podemos dejar de resaltar la intensidad de los vínculos que nos unen a nuestros vecinos del Mediterráneo, nuestra amistad y plena cooperación con sus legítimas ambiciones de mayor desarrollo y bienestar.
QUISO DECIR: Si queréis conocer la intensidad de nuestros vínculos con los vecinos del Mediterráneo, os invito a visitar cualquier Centro de Internamiento para Extranjeros, descubriréis cómo es un campo de concentración en nuestros días. Haced la prueba: invocad el Habeas Corpus, ilusos, invocad… pedid asistencia letrada, reclamad atención médica o presentad una solicitud de Asilo Político.
DIJO EL REY: Una Cooperación al Desarrollo que España despliega en múltiples países y latitudes, como expresión de solidaridad hacia la dignidad, derechos y necesidades de tantos seres humanos.
QUISO DECIR: Derechos Humanos como los que hoy disfrutan los saharauis, ex españoles que entregué a Hassan II para celebrar mi coronación como Rey de España.
DIJO EL REY: Nuestros vínculos con muchos países se han estrechado y ampliado con el gran número de inmigrantes venidos a España en un afán de mejora personal y familiar, que también contribuyen a nuestra prosperidad y que mucho valoramos.
QUISO DECIR: Sin ir más lejos, aquí mi señora y yo mismo, nacimos la hostia de lejos, y mira que bien nos va. Nada que ver con el «Sueño americano», aquí lo que funciona es el «Sueño ibérico». En nuestro país, que es el vuestro, todos somos bienvenidos, aunque todos los miembros de tu familia hayan sido expatriados por delitos contra el bien común, tranquilo: aquí te tratarán como a un rey.
DIJO EL REY: Además de agradecer las numerosas muestras de afecto personal e institucional hacia la Corona, esta noche quiero reafirmar mi profundo y permanente compromiso de servicio y de entrega a España y a todos los españoles.
QUISO DECIR: Muchas gracias a los miembros del club de fans, a pesar de que tras la eclosión de la Sociedad del Conocimiento cada vez sea menos numeroso. El número de creyentes en la Corona está sufriendo una debacle como no se veía en años, pero tranquilos, yo soy así y así seguiré.
DIJO EL REY: La España de nuestros días es, en suma, un proyecto integrador y solidario. El de un gran país europeo del que podemos sentirnos orgullosos por su cultura, dimensión económica, calidad de vida, sensibilidad social y proyección exterior. Un país con un variado patrimonio histórico, artístico y lingüístico, una avanzada articulación territorial y un probado dinamismo.
QUISO DECIR: Mientras la clase media coma y pueda pagar su vida hipotecada, todo seguirá más o menos igual: seguiremos haciendo todo lo que esté en nuestra mano para que el Pueblo jamás se una, para que pensar siga estando prohibido y en resumen, para que a la palabra «democracia» le ocurra lo mismo que a «popular», «libertad» o «socialismo».
DIJO EL REY: El año que viene celebraremos el Trigésimo Aniversario de nuestra Constitución. Tres décadas de progreso que deben avalar nuestra plena confianza en el porvenir de España. Plena confianza en nuestra capacidad para seguir edificando un país moderno, unido y diverso, justo y solidario, con mayor bienestar para todos.
QUISO DECIR: El rollito este de «El Breve» ha durado treinta años, sin contar los dos años de absolutismo de facto, después de que el genocida reventara. Je, je, je… ni él mismo caudillo se lo creería. Pues eso: ahora que ya le tengo el puntillo y con el valor de la experiencia, de aquí no me mueve ni el tato.
DIJO EL REY: Trabajemos con entrega y generosidad, sin egoísmos. Pensando en lo que cada uno con su esfuerzo puede aportar al servicio de toda la sociedad. Conscientes del valor de la unidad para seguir progresando.
QUISO DECIR: Lo más importante es trabajar sin egoísmo, aunque mi foto salga en los sellos, en las monedas de un euro, y paradójicamente presida las salas en las que se pretende impartir Justicia.
DIJO EL REY: Atendamos con prontitud y eficacia las necesidades de nuestros conciudadanos, promoviendo nuestros derechos y libertades, desde la igualdad, la no discriminación y el respeto mutuo que conducen a la solidaridad.
QUISO DECIR: Sobretodo igualdad, mucha igualdad y nada de discriminación. Pensad en mí, sin ir más lejos.
DIJO EL REY: El bien de España y de los españoles debe ser nuestro mayor anhelo, el compromiso colectivo que día a día hemos de reafirmar.
QUISO DECIR: Los españoles sois incapaces de conseguir vuestro bien, por eso es tan importante la existencia de un rey (militar, por supuesto), que sirva para moderar y arbitrar a vuestros máximos representantes electos.
DIJO EL REY: En estas Fiestas Navideñas, la Reina, los Príncipes de Asturias y las Infantas se unen a mí para expresar nuestro mayor afecto y mejores deseos a todos los españoles, en especial a quienes se encuentran lejos de nuestra Patria, así como a los muchos extranjeros residentes en España. ¡Que 2008 sea de corazón un año lleno de bienestar y felicidad para todos! Buenas noches.
QUISO DECIR: Me olvidé del رَمَضَان y también de חנוכה, pero no me olvido de la Navidad. Nos, máximo representante de unas instituciones que se presuponen aconfesionales, aprovecho esta festividad religiosa para barrer pa’casa y desearos cordialmente que nada cambie, que a los míos nos va de puta madre.