Alternativa Antimilitarista-MOC ha organizado el fin de semana del 27 y 28 de octubre una jornada sobre acción directa no violenta en el Centro Social Okupado de «La Fusteria», ubicado en el barrio del Cabanyal (Valencia). En una entrevista realizada por Radio Klara (emisora comunitaria de la ciudad de Valencia), Carlos Pérez, miembro de Alternativa […]
Alternativa Antimilitarista-MOC ha organizado el fin de semana del 27 y 28 de octubre una jornada sobre acción directa no violenta en el Centro Social Okupado de «La Fusteria», ubicado en el barrio del Cabanyal (Valencia). En una entrevista realizada por Radio Klara (emisora comunitaria de la ciudad de Valencia), Carlos Pérez, miembro de Alternativa Antimilitarista-MOC en Valencia, ha destacado que la desobediencia civil no violenta es «una herramienta democrática de transformación, pública, ilegal y utilizada desde siempre por la gente común».
¿En qué consisten las jornadas sobre desobediencia civil no violenta?
Se trata de unos talleres gratuitos y participativos, en los que intentaremos aprender juntos y de manera colectiva en qué consiste la desobediencia civil. No pretendemos que se asimile a las clases impartidas de arriba abajo por un profesor. Habrá exposiciones argumentadas de conceptos y ejemplos históricos, charlas, debates, simulación de situaciones, vídeos sobre el tutti bianchi de los movimientos antiglobalización. También abordaremos la actuación en los grupos de afinidad y la toma de decisiones en asamblea, consejos legales y técnicas de resistencia no violenta. Por supuesto, habrá en los talleres asimismo una parte lúdica. En definitiva, pretendemos que la gente se sienta empoderada para pasar a la acción y opte por la desobediencia civil.
¿Qué es, a grandes trazos, la desobediencia cívica no violenta?
Una herramienta de acción política transformadora con raíces históricas y éticas muy profundas, que la gente corriente ha utilizado desde siempre en la historia. Destacaría que este tipo de desobediencia ha de ser pública y además ilegal , es decir, que quebrante una ley injusta o que represente situaciones de injusticia u opresión. También es muy importante que apele a unos valores sociales compartidos, como la justicia, el derecho a la paz o la oposición a las desigualdades. Por lo demás, la desobediencia civil ha de producirse siempre desde la base, a ras de suelo, nunca desde las elites o los grupos de poder. Tampoco se le pretende imponer nada a la sociedad, sino más bien abrir un debate para combatir una determinada injusticia. Es, en ese sentido, una herramienta democrática.
¿Se mantiene en todos los casos el principio de la «no violencia»?
La desobediencia de estas características es por definición cívica y se construye de manera responsable y consecuente. Y esta coherencia implica no ejercer la violencia. En otras palabras, usar medios en coherencia con los fines que se persiguen. Personalmente, me he formado en el antimilitarismo. Y lo cierto es que si luchas contra el ejército o la guerra no tiene sentido que utilices los mismos medios. Los medios prefiguran los fines. Gandhi (y yo no soy un gran partidario de este personaje) decía que los fines están en los medios, igual que el árbol está en la semilla.
Hay quien critica que este tipo de lucha sea fragmentaria y favorece a los gobiernos, al situarse fuera del sistema. ¿Qué responderías?
Quien dice esto padece un despiste importante y hace un flaco favor a los medios revolucionarios o transformadores de lucha. Hay muchos ejemplos históricos de lucha no violenta en los que el estado ha tenido que ceder parcelas de poder a la sociedad. Son estos ejemplos los que hay que aprovechar, y no lanzar el mensaje de que todo es inútil y nada sirve. Te pondré un ejemplo muy claro, aunque muy manido, en el estado español. A primeros de la década de los 80, se consideraba sagrado el servicio militar obligatorio y el derecho del estado a poder reclutar. Pero la lucha del colectivo de insumisos contribuyó a extender la objeción de conciencia y, finalmente, a terminar con la mili obligatoria.
Hay también quien asimila la desobediencia no violenta a la entrega de flores a policías antidisturbios, como se ha visto en algunas imágenes. ¿Qué opinas?
Es verdad que en el 15-M hay, en algunos casos, una idea muy genérica e intuitiva de la desobediencia no violenta. Porque la desobediencia cívica no violenta va mucho más allá de la resistencia pasiva en una manifestación. Se trata de algo más profundo: una forma activa de lucha y transformación social. Ahora bien, pienso que no es tan importante la imagen de las flores que me citas, como la voluntad del 15-M de practicar la lucha no violenta y, además, de no caer en la trampa de la batalla callejera con la policía. Sobre todo, porque este escenario es el que más le interesa al estado para desacreditar al movimiento.
¿Cómo encaja en la desobediencia civil la idea del derecho a la autodefensa?
Es cierto que el derecho a la autodefensa podría confundirse con la idea de un ciudadano norteamericano con un revolver para repeler ataques. Pero hay que entenderlo, por el contrario, como la defensa frente a las políticas agresivas de los gobiernos. Esto se ve claro en el caso de las artes marciales, en las que se utiliza la fuerza y la energía del agresor para que se vuelva en contra de éste; realmente es ésta la idea matriz de la «no violencia». Un ejemplo muy claro de esto es lo que se vivió durante las cargas y desalojos en la plaza de Cataluña, en Barcelona. La supuesta legitimidad del agresor se ve erosionada cuando se le devuelve el golpe por otros medios, con unas armas diferentes a las que éste emplea.
¿Cómo actuar entonces en estas situaciones?
Devolver la agresión de la policía en coyunturas de descontrol, por ejemplo, en una manifestación, agrava los riesgos físicos y la posibilidad de multas y penas. Resulta más útil en estos casos sentarse en el suelo, protegerse y mantenerse unido a más gente, que huir o arrojar piedras. Esto se vio también el 25-S en torno al Congreso. La policía se dirigió hacia la gente que corría o lanzaba objetos. Pero quiero que se me entienda, no condeno ninguna actitud. Cada uno ha de hacer lo que considere oportuno. Ahora bien, si arrojo una piedra y me protejo junto a los que no participan de este tipo de acciones, claramente los estoy perjudicando.
En una coyuntura como la guerra civil en Siria, donde se enfrentan el gobierno y el denominado ejército rebelde, ¿dónde se ubicaría un partidario de la desobediencia no violenta?
Planteadas así las cosas, me parece de una simpleza en el análisis muy evidente. A lo mejor, antes de llegar a esta situación hay que observar muchas cosas. Como el contexto internacional, los intereses geopolíticos en la zona y otras muchas cuestiones. En esta situación dada, pedirnos respuestas a los que apostamos por vías no violentas me parece tendencioso. Pero te diré que en este tipo de conflictos, en el MOC siempre damos voz a la sociedad civil. Así, en los bombardeos de la OTAN sobre Serbia y Kosovo, apoyamos a las organizaciones que se oponían a la agresión de la OTAN pero que también rechazaban la política dictatorial de Milosevic.
Por último, ¿Podrías destacar ejemplos de lucha basada en la desobediencia no violenta?
Algunas manifestaciones del 15-M. El hecho de ocupar y acampar en las plazas es un caso de libro , ya que no están permitidas por el poder. También podría citarse la resistencia a los desahucios promovida por la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH). Los bancos tienen la ley de su mano, y por eso acude la policía a los desalojos. Pero precisamente de eso se trata, de oponer la legitimidad de un derecho fundamental a la legalidad establecida. O la objeción fiscal, entendida como no pagar un porcentaje de la declaración de la renta, el que corresponde al gasto militar (considerando que sólo el 50% está adscrito al Ministerio de Defensa). Se envía además una carta a Hacienda en la que se fundamenta la acción. Unas mil personas participan anualmente en todo el estado. Y más recientemente, la desobediencia civil electrónica. La red Anonymous hizo un llamamiento para que se atacaran los sistemas de pago de empresas como Visa o el Banco de América, al cerrar estas entidades el grifo de donaciones a WikiLeaks. Esta acción tuvo miles de seguidores en todo el mundo.
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