Puede parecer pretencioso hablar de Alternativa Continental Socialista para Europa cuando, hoy por hoy, y con todas las contradicciones que conlleva todo proceso de transición al socialismo, la única verdadera Alternativa Continental, teórica y práctica, que la izquierda ha sido capaz de poner en marcha frente a la globalización mundial ha sido la del ALBA, […]
Puede parecer pretencioso hablar de Alternativa Continental Socialista para Europa cuando, hoy por hoy, y con todas las contradicciones que conlleva todo proceso de transición al socialismo, la única verdadera Alternativa Continental, teórica y práctica, que la izquierda ha sido capaz de poner en marcha frente a la globalización mundial ha sido la del ALBA, la Alternativa Continental Bolivariana de Latinoamérica. Pero si analizáramos el mismo fenómeno desde el punto de vista capitalista, deberíamos de reconocer que la Unión Europea, desde su creación pretendía, y sigue pretendiendo hoy en día, ser la base de partida, teórica y práctica de la Alternativa Continental Capitalista para Europa y apropiarse con ello de parte del mercado multipolar mundial globalizado. Con todo ello, pretendemos subrayar que el capitalismo europeo hace décadas que vío la necesidad de organizar su Alternativa Continental Capitalista Europea, lo que esta poniendo en práctica, mientras que la izquierda europea sigue hoy sin Alternativa Continental Socialista propia para Europa, algo que no solo es posible, sino que es sobre todo necesario para avanzar en la lucha anticapitalista y sobre todo para elaborar el modelo continental alternativo de transición al socialismo del Siglo XXI en Europa.
En la construcción de ese modelo de Alternativa Continental Socialista para Europa, la participación o no de la izquierda en las instituciones en general, y en el Parlamento Europeo, en particular, debe de ser el fruto de una reflexión estratégica más global, que necesariamente aborde los diferentes tipos de lucha -lucha ideológica, lucha de masas y lucha institucional-, así como la articulación de sus instrumentos -movimientos sociales, organizaciones populares, redes sociales, sindicatos y partidos políticos- y su complementariedad en la lucha transformadora. Pero entendemos que ninguna de ellos -ni los tipos de lucha, ni los diferentes instrumentos que de ella emanen- sobran o deben de ser abandonados en la confrontación política social, desobediente e insumisa con el capital y menos aún en la creación participativa de la Alternativa Continental Socialista para Europa. De lo que si tenemos pleno convencimiento es que el objetivo de esa Alternativa Continental Socialista debe de ser la construcción de un espacio político europeo de libertad y democracia real, tanto para los y las trabajadoras como para los pueblos que lo componen. No hay libertad de las personas, sin la libertad de los pueblos a los que pertenecen; es decir, que no hay liberación social, sin liberación nacional, ni liberación nacional sin liberación social. Los dos procesos de liberación son las dos caras de un único combate contra el capitalismo.
Nosotros y nosotras nunca hemos tenido, ni tenemos, duda alguna sobre las características fundamentales de las instituciones europeas, ni de la Unión Europea misma, ni del sistema político y económico que imponen. Tampoco las tenemos con respecto a la manera antidemocrática en que ejercen su política, ni sobre el objetivo que señalan tanto hacia dentro como hacia fuera de la Unión Europea y de Europa. El socialismo, la clase trabajadora, así como los pueblos y naciones sin estado somos los enemigos políticos declarados a los que imponer su modelo capitalista.
Y esa imposición se manifiesta de muchas formas: Como decir SI a una Unión Europea diseñada al servicio del capital y de los estados. Como decir SI a quienes niegan los derechos de los y las trabajadoras, además del Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos. Como decir SI al proyecto político que niega la oficialidad de las lenguas y culturas no estatales. Como decir SI al hecho de ser compañera de la política imperialista y militar de la política exterior norteamericana en el mundo. Como decir SI al proyecto económico que defiende la privatización de los servicios públicos en beneficio de los sectores empresariales privados y de la banca. Como decir SI a la precarización del trabajo y al fomento de un modelo de desarrollo insostenible y antiecológico. Como decir SI al proyecto político que fomenta el patriarcalismo y la desigualdad, teniendo a la mujer, como colectivo, a años luz de ser un sujeto político pleno. Como decir SI a quienes cierran sus fronteras causando la muerte de miles de emigrantes, ya sea en aguas del Mediterráneo ó en los transportes ilegales de las mafias. Finalmente, como decir SI a quienes defienden sus intereses destruyendo los principios fundamentales de la democracia, a quienes fomentan la burocracia y niegan la democracia participativa. Por ello, tantas formas de imposición, suponen otras tantas razones para oponernos a esta Unión Europea de tipo capitalista.
La victoria del NO a la OTAN en el referendum de 1986, postura defendida en Euskal Herria únicamente por la Izquierda Abertzale, en contra de todas las demás fuerzas políticas vascas, supuso, por parte de la sociedad vasca, una demostración del rechazo al militarismo europeo intrínseco a la Unión Europea.
Tras la caída del muro de Berlín, el capitalismo puso en marcha en la década de los 90 una de sus mayores iniciativas políticas y militares para imponer su modelo en todo el mundo. El Acuerdo de Maastricht (1992) fue la expresión europea de esa iniciativa capitalista que, dicho sea de paso, fue rechazada en el Parlamento español únicamente por Herri Batasuna, de la mano de Jon Idigoras. Pero esa iniciativa del capitalismo post-soviético se encontró con una gran resistencia, también en Europa. En este contexto, no podemos olvidar las grandes movilizaciones europeas contra de la guerra de Irak o en solidaridad con el Pueblo de Palestina, como tampoco las importantes demostraciones de fuerza en las diferentes «contra-cumbres» europeas o internacionales que tuvieron lugar en Génova, Thesalónica y Niza, ni el desarrollo de los Foros Sociales Mundiales en Porto Alegre y los Foros Sociales Europeos en Florencia (2002), Londres (2003) o París (2004) en los que la Izquierda Abertzale participó activamente.
Y es que el rechazo a este modelo de la Unión Europea ha ido creciendo durante estas últimas décadas, a medida que iba aumentando el numero de trabajadores y trabajadoras y de sectores sociales y económicos, colectivos populares y pueblos -naciones sin estado- afectados por la agresión de su política neoliberal. A la eterna crisis de legitimidad que acompaña el modelo actual de la Unión Europea desde su creación, se le ha sumado, a partir del crac social y económico del 2007, las medidas y presupuestos anti-sociales impuestas por la Troika de Bruselas, cuyas consecuencias nos afectan a todos y todas, pero muy especialmente a los estados más débiles de Sur de Europa como son Grecia y Portugal. Por eso es hoy más necesario que nunca que todas las fuerzas políticas de izquierdas de Europa, así como los los movimientos sociales y los sindicatos europeos, estén presentes en ese campo de batalla llamado Europa y en su núcleo más duro que es la Unión Europea, para que entre todos y todas -especialmente las fuerzas políticas anticapitalistas europeas-, no sólo hagamos frente a las diferentes intervenciones del capital impuestas por la Troika, sino que tambien para que trabajemos activamente en la creación de esa Alternativa Continental Socialista para Europa que hoy en día no sólo es posible, sino que además es más necesaria que nunca; es en definitiva, imprescindible.
Sin embargo, esta gran resistencia continental y popular al modelo capitalista de Europa y la consiguiente reflexión social compartida (por ejemplo en los «Seminarios Internacionales de Ezkerra Europaren Atarian» organizados por la Izquierda Abertzale en los años 2004, 2005 y 2006, donde tomaron parte más de 20 organizaciones europeas), no ha conseguido traer aún el desarrollo teórico y práctico de una Alternativa Continental Socialista para Europa como la que supone ALBA en Latinoamérica, con la conquista del poder por la izquierda en varios estados europeos. Pero si ha supuesto un claro freno, una clara conciencia frente a las pretensiones privatizadoras y expansivas del capital, además de la importante constatación política de que el modelo alternativo socialdemócrata y tambien el modelo que representa el sindicalismo de la CES se habían agotado, por lo que era necesaria la creación de una nueva izquierda, más democrática, más social, más plural, más desobediente, más insumisa, más participativa, en definitiva, más radical. Y ello era urgente porque el modelo neoliberal europeo y del capitalismo internacional empezaban a mostrar claros síntomas de una importante crisis sistémica y de legitimidad, que se agudizó a partir del 2007. El fracaso en la aprobación de la Constitución Europea (triunfo del NO en el referéndum francés en mayo del 2005, postura apoyada por la Izquierda Abertzale tanto en el referéndum francés como español) y la maniobra para la puesta en marcha del malogrado sucedáneo de la Constitución Europea denominado Tratado de Lisboa (2007), son un claro ejemplo de la mencionada resistencia social.
Por todas estas razones, consideramos que es necesario profundizar en ese camino de movilización y reflexión social compartida iniciado hace años entre las fuerzas de izquierdas europeas y seguir avanzando en la creación de esa Alternativa Continental Socialista para Europa, que contribuya a diseñar y promover ese modelo de transición al socialismo del Siglo XXI en Europa. En este sentido, las próximas elecciones al Parlamento de la Unión Europea suponen un ocasión para retomar ese camino. No es que consideremos que la participación en las próximas Elecciones Europeas y en el Parlamento que de ella emane sean los instrumentos de lucha fundamentales en el rechazo del modelo capitalista europeo, ni mucho menos, pero si consideramos que son una oportunidad y un espacio que nos permitirá empezar a articular ese trabajo que tenemos que abordar, sobre todo fuera de las instituciones europeas.
La circunscripción electoral en el caso del Estado español es única, razón por la que planteamos una conjunción de fuerzas, una unidad de acción de quienes trabajamos en esta dirección emancipadora y socialista. La Izquierda Abertzale tiene una dilatada experiencia en ello, ya que se ha presentado con diferentes nombres y modelos a todas las Elecciones Europeas desde 1987 y ha obtenido europarlamentario en tres ocasiones: Txema Montero (1987), Karmelo Landa (1989) y Koldo Gorostiaga (1999), además de los de Euskal Herria, gracias siempre a los votos recibidos fundamentalmente en Catalunya y también en el resto del Estado español. Todo ello como resultado, precisamente de, esa conjunción de fuerzas, y esa unidad de acción.
Sin embargo, en las anteriores Elecciones Europeas del 2009, y tras haber sido ilegalizadas todas las opciones políticas de la Izquierda Abertzale para trabajar en Euskal Herria y fuera de ella, la solidaridad internacionalista de algunas fuerzas políticas de izquierdas del Estado español, permitió, en contra de los deseos y las previsiones gubernamentales españolas, la creación de la candidatura Iniciativa Internacionalista y con ella la participación de la Izquierda Abertzale en las Elecciones Europeas, aunque ésta no obtuvo representación parlamentaria en Bruselas por, entre otras razones, un cantado y evidente pucherazo que modificó sus resultados.
Pero hoy, cinco años más tarde, después del alto el fuego definitivo proclamado por ETA en octubre de 2011 y desde entonces boicoteado por el gobierno español, la situación de Euskal Herria ha cambiado totalmente. Por eso, la Izquierda Abertzale, tomando como base los pilares de su renovada estrategia proclamada en Zutik EH y adoptada en el debate de SORTU (2013), hace la apuesta política compartida con las fuerzas políticas vascas progresistas de EH Bildu (Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Aralar) para presentar en estas Elecciones Europeas de mayo del 2014 una candidatura compartida en el Estado Español que supere la de Iniciativa Internacionalista -promovida por la Izquierda Abertzale- y la de Europa de los Pueblos -promovida por Eusko Alkatartsuna y Aralar-, con el objetivo de sumar a todas aquellas fuerzas políticas de izquierdas del Estado español y de los Pueblos y Naciones sin Estado que lo componen que reconozcan el Derecho a Decidir de los Pueblos y Naciones sin Estado del Estado español y que, además, luchen por la transformación del actual modelo socioeconómico español y europeo.
Pero para que esa unidad de acción entre diferentes, esa conjunción de fuerzas, esa unidad de acción creada en un principio para participar en la Elecciones Europeas y en el Parlamento Europeo, pero que también puede ampliar su campo de trabajo a la lucha en el Estado español, sea válida para todos y todas, debe de ser ser igualmente elaborada entre todos y todas. Este es el elfuerzo al que nos comprometemos pero también la invitacion que cursamos: presentemos, si es posible antes del final del año, a todos los sectores sociales, económicos, culturales y populares afectados por las políticas gubernamentales españolas y europeas, a todos y todas las trabajadoras afectadas por la actual política económica, a todos los Pueblos y Naciones sin Estado del Estado castigados por el actual modelo de Unión Europea y el actual modelo de articulación territorial del Estado español: Una alternativa de lucha clara y contundente para las próximas Elecciones Europeas 2014.
Joseba Álvarez es miembro de SORTU
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