Un diálogo mantenido en su dependencia del Congreso de los Diputados apareció reflejado luego en «El Mundo». El PNV denunció ya en 2003 que había sufrido escuchas en esa sede. El Congreso de los Diputados parece estar lleno de topos y su seguimiento lleva siempre a «El Mundo». El pasado 26 de octubre el diario […]
Un diálogo mantenido en su dependencia del Congreso de los Diputados apareció reflejado luego en «El Mundo». El PNV denunció ya en 2003 que había sufrido escuchas en esa sede.
El Congreso de los Diputados parece estar lleno de topos y su seguimiento lleva siempre a «El Mundo». El pasado 26 de octubre el diario madrileño titulaba que «La Policía detecta en el Congreso a una topo abertzale del 25S», y la última derivada del tema ha acabado descubriendo que conversaciones privadas mantenidas en los despachos de Amaiur en la Cámara baja han sido filtradas al periódico de Pedro J. Ramírez y publicadas en la edición del viernes 21 de diciembre.
Dada la gravedad de los hechos, Amaiur analizará en los próximos días qué iniciativas adoptar ante lo que entienden que puede ser un caso de espionaje ilegal de sus conversaciones. Estudian denunciar judicialmente los hechos conocidos e iniciar también acciones dentro del propio Congreso de los Diputados.
Los hechos se remontan al lunes 29 de octubre de 2012. El viernes anterior «El Mundo» había publicado que la Policía española daba por hecho que una de las asistentes de Amaiur había ofrecido información al movimiento «Rodea el Congreso», también conocido como 25S. Según el febril relato, adelantaba «a los promotores de las concentraciones las agendas parlamentarias con mucha anticipación. Según los investigadores, habría proporcionado también por dónde entran y salen con más frecuencia sus señorías y, fundamentalmente, sus horarios, además de algunos datos más restringidos que los policías tratan de evitar que salgan aun a la luz».
La iniciativa «Rodea el Congreso» respondió que «si el movimiento 25S necesitara topos en el Congreso, no habría uno, ni dos, sino muchos más». Y el diputado de IU Alberto Garzón se autoinculpó como «topo del 25S», asegurando que «yo les informé con tiempo suficiente sobre la dinámica parlamentaria del debate de los Presupuestos para que pudieran coordinar las manifestaciones».
Después, Alberto Garzón denunció los hechos como un intento de criminalización de integrantes del grupo Amaiur. El diputado de IU concluyó sus declaraciones a cuartopoder.es apuntando en qué medio se había dado publicidad a estos supuestos informes policiales y recordando que «estamos hablando del periódico del 11-M, no de la BBC».
La foto de Topo Gigio
Ante el escaso eco que había obtenido la noticia publicada por «El Mundo», Amaiur decidió no reaccionar oficialmente para evitar que la bola creciera.
A la vuelta del fin de semana, el lunes 29 de octubre, el titular dio lugar a conversaciones distendidas en los despachos de Amaiur, en los que no solamente intervinieron diputados y asistentes de la coalición independentista, sino también representantes de otros partidos.
En este contexto de chanzas, según ha sabido GARA, una personas sacó la foto de Topo Gigio, la célebre marioneta televisiva, señalando que el periódico se había equivocado de fotografía y tenía que haber publicado aquella para ilustrar la noticia. Después siguieron los comentarios entre la afectada por el «señalamiento» policial y otros diputados y asistentes en un contexto de confianza mutua.
«El Mundo» publica lo dicho
Este viernes, 21 de diciembre, «El Mundo» volvió sobre el tema para titular que «La asesora de Amaiur en Cortes, topo del 25S, tiene un novio etarra». El hecho de que esta asistenta del grupo tenga relación con un preso político vasco, no militante de ETA, no da para mucho ni requiere de más investigación policial que la revisión de los archivos de Instituciones Penitenciarias para el establecimiento de visitas. Así que el periodista, tras recordar lo publicado semanas antes, se adentró en comentarios realizados por la integrante de Amaiur en lo que «El Mundo» define como «su entorno radical». El diputado Jon Iñarritu identificó de manera inmediata lo publicado por el periódico de Pedro J. Ramírez con las conversación mantenidas en los despachos del Congreso de los Diputados, según confirmó ayer mismo a GARA.
De hecho, da la impresión de que «El Mundo» ha tenido acceso a lo que se escuchaba en el despacho, pero no a lo que se veía, por lo que su fuente no es nadie que participara o viera desde fuera lo que estaba ocurriendo en el despacho. Así se desprende de la lectura que hace de lo ocurrido en torno a la fotografía de Topo Gigio. Según su versión, la asesora «se ha permitido frivolizar con las informaciones publicadas por `El Mundo’ señalando que no es la mujer que aparece en las fotos del diario. Este periódico no ha publicado en ningún momento fotos de esta asesora».
Amaiur teme estar siendo objeto de escuchas dentro de sus despachos del Congreso de los Diputados y pronto adoptará medidas para tratar de poner coto a esta práctica ilegal.
El PNV denunció en 2003 escuchas en sus teléfonos del Congreso de los Diputados
El PNV denunció en marzo de 2003 el comportamiento extraño de los teléfonos de su despacho en el Congreso, que llegaron al punto de que en una ocasión, al descolgar, la secretaria del grupo parlamentario pudo escuchar íntegra una conversación que había mantenido con anterioridad.
El portavoz jeltzale en el Congreso en aquella legislatura, Iñaki Anasagasti, presentó una carta de queja a la presidenta de la Cámara, Luisa Fernanda Rudi, con fecha de 13 de marzo, y una semana después hizo pública la denuncia por no haber obtenido ningún tipo de respuesta.
En cuanto los hechos saltaron a los medios, Rudi comenzó a actuar y envió a cuatro técnicos adscritos al Servicio de Transmisiones Especiales de la Policía para que inspeccionaran los teléfonos y las redes de los despachos del PNV en el Congreso. El resultado de la investigación fue que no existían anomalías.
El informe policial no satisfizo a Iñaki Anasagasti, quien declaró que «me imagino que con la denuncia, supuestamente la persona o personas que pusieron las escuchas telefónicas, las habrá quitado». El portavoz jeltzale añadió que «por lo menos hemos logrado que nuestras líneas ahora estén limpias y lanzar un mensaje a los que estaban detrás: que han sido unos chapuceros y que nos hemos enterado».
Según la denuncia del PNV de marzo de 2003, «desde el lunes día 10 era un auténtico escándalo. Se oían cosas raras, interferencias y lo más grave fue que el jueves día 13 una de nuestras secretarias levantó el teléfono para llamar y escuchó una conversación suya mantenida la tarde anterior».
Anasagasti apuntó al CNI. El entonces vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, negó cualquier escucha del CNI a «partidos democráticos».