Dijo Mena, para lo que me queda en el convento me cago dentro. Días antes de pasar a la reserva nos quiso poner en ademán de firmes. Trinchera cavada. La derecha criticando con esa mueca de gracias. No debía pero… No debía pero ha retratado a esa ultraespaña de misa y bigotillo. Sólo ha leído […]
Dijo Mena, para lo que me queda en el convento me cago dentro. Días antes de pasar a la reserva nos quiso poner en ademán de firmes. Trinchera cavada. La derecha criticando con esa mueca de gracias. No debía pero…
No debía pero ha retratado a esa ultraespaña de misa y bigotillo. Sólo ha leído un artículo de la constitución, dicen. Falso. Aviesamente falso. aMENAza con MENtirA. No es nuevo, una media verdad engaña más que una mentira. El silogismo «si se aprueba el estatuto de Cataluña la unidad patria muere y es de razón invocar al ejército como garante» se sustenta en una artimaña fulera. El ejército, por mandato constitucional, está supeditado al poder civil. En ningún caso le es propia la iniciativa. Mena debería haber estado calladito, pero de leer que lo lea todo. Por tanto, si el Parlamento aprueba un nuevo estatuto, parece ridículo pensar que vaya a ordenar al ejército que actúe. Si actúa en roman paladino es un golpe de estado.
Mena nos engaña y los padrinos, amigos de la derecha, habéis sustentado vuestra tesis en una mentira con el fin de amedrentarnos. Gracias por ser tan claros, por recordarnos que estáis con el colmillo torvo, por mostrar que el ejército no asume el papel instrumental en esta sociedad.
Si las declaraciones de Mena son un exabrupto personal o son como dinamita prendida en los cuarteles ha de ser investigado y si es lo segundo tenemos un problema, treinta años después no todo es tan distinto, ingenuos de nosotros.
Que el PP se regocije con estas declaraciones admite adjetivos tan gruesos que mi madre se enfadaría conmigo si los escribiese.
Que a Mena lo promocionase Bono no es tranquilizador, la II República con Franco y Salvador Allende con Pinochet son sólo dos ejemplos de cómo felones aparecen bajo rostros amables.
No hay patria en peligro, no hay más que un debate parlamentario en el que se aprobará o no un nuevo estatuto para Cataluña y caso de ser aprobado existe un Tribunal Constitucional que dará o no pasaporte a lo aprobado.
Por lo demás, la derecha salvapatrias autóctona, protectora del Antona de turno que enreda lo privado con lo público, esa que desde sus balcones de tribuna asiste al despoblamiento y depauperación de nuestra tierra aplaude al espadón. El Duero se seca y Cataluña no tiene la culpa. Sin mentiras, por favor.