Cuando se han cumplido treinta años de la ocupación del Sahara Occidental y del exilio de buena parte de sus habitantes en la hamada argelina, la concesión del Premio Canarias a la saharaui Aminattou Haidar, a propuesta de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, sería un reconocimiento a la dignidad de todo un pueblo […]
Cuando se han cumplido treinta años de la ocupación del Sahara Occidental y del exilio de buena parte de sus habitantes en la hamada argelina, la concesión del Premio Canarias a la saharaui Aminattou Haidar, a propuesta de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, sería un reconocimiento a la dignidad de todo un pueblo que engrandecería también al nuestro.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha propuesto a la activista saharaui por los derechos humanos, Haminattou Haidar, para el Premio Canarias 2007 en su modalidad Internacional. No es un acto gratuito o propagandístico. Haminattou Haidar es un símbolo de la lucha pacífica por los derechos del pueblo Saharaui. Madre de dos hijos, Mohamed y Hayat, no ha dejado de luchar desde hace años para que se haga realidad el derecho a la autodeterminación de su pueblo, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas. Desde 1994 viene participando en importantes iniciativas, como el Comité de Coordinación de las Víctimas de Desapariciones Forzadas y Detenidos del Sáhara, y más recientemente en el Comité por la Liberación de Ali Salem Tamek y los Detenidos Saharauis. En 1987 fue detenida ella misma por organizar una protesta contra la ocupación del Sahara Occidental, con ocasión de la visita de una comisión de la ONU a la zona. Casi cuatro años permaneció desaparecida en la terrible Cárcel Negra de El Aaium, sufriendo innumerables vejaciones y torturas, hasta que fue liberada fue liberada el 22 de junio de 1991. Desde entonces sus entradas y salidas de las comisarías son tan habituales como los ultrajes sufridos.
Por manifestarse contra el incremento de la represión marroquí, fue detenida junto a Fatma Ayach y Houssein Lidri. En mayo de 2005 fue nuevamente encarcelada y brutalmente torturada por, como ella misma dice: «haber ejercido mi derecho a manifestar mi condena y mi protesta contra la represión y la arbitrariedad de las fuerzas de ocupación marroquíes contra los civiles saharauis…» En diciembre de ese mismo año un tribunal marroquí la condenó a siete meses de prisión en un proceso que, a juicio de Amnistía Internacional y una comisión del Consejo General de la Abogacía Española, fue claramente irregular. Aminattou Haidar, desde la cárcel, declaró: «Es un milagro que siga con vida, porque soy una mujer agotada físicamente de tantos años de desaparición y encarcelamiento, tanta tortura y tantas vejaciones. Pero aquí estoy y seguiré luchando con todas mis fuerzas, sabiendo que estáis allí luchando por nosotros. Estoy tan segura de vosotros como lo estoy del mar que me espera a 25 kilómetros, tan segura como lo estoy de que esos niños saharauis refugiados en Argelia volverán a su tierra liberada. Estoy tan segura de vosotros como lo estoy de la mirada cariñosa de mis dos hijos, Mohamed y Hayat, a quienes añoro tanto».
En enero de 2006, Aminattou Haidar fue liberada junto a otros prisioneros políticos, centenares de compatriotas se congregaron para recibirla en un acto que la crónica de la agencia Efe definía como un «festival de libertad», para añadir que «celebran esta feliz ocasión sin olvidar que otros 55 presos políticos saharauis siguen encarcelados». Y así fue, ese mismo día retomaba su lucha por el derecho de autodeterminación, el esclarecimiento del destino de miles de desaparecidos, el cese de la persecución de los defensores de los derechos humanos, la condena de los culpables, la retirada de las unidades militares desplegadas en las calles de las ciudades ocupadas, y por la libre entrada y circulación de los observadores internacionales y de los medios de comunicación a los territorios ocupados.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
Como consecuencia de las gestiones de la señora Scheele, presidenta del Intergrupo del Parlamento Europeo para el Sáhara Occidental, ante el Reino de Marruecos, Aminettou Haidar se pudo desplazar a Madrid, tras su última excarcelación, en enero de 2006, para recoger el V Premio Juan María Bandrés a la Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados, otorgado el 12 de diciembre de 2005. Desde entonces ha realizado una gira, dando a conocer al mundo la lucha de su pueblo. Ha visitado Canarias, España, el Parlamento Europeo, en Bruselas, Suecia, Sudáfrica, donde fue huésped de Nelson Mandela, Ginebra, donde habló ante el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, Francia, Suiza, Holanda, Italia, EstadosUnidos…Y los reconocimientos han llegado de todas partes, desde pequeñas localidades, como el premio Manos Solidarias de la Asociación de Vecinos de la Casa Pastores, en Santa Lucía, Gran Canaria, hasta el Freedom Award 2006 (premio de la libertad 2006), concedido por la asociación norteamericana Defense Forum Foundation y recibido el 14 de Septiembre pasado en Washington.
Además de ser candidata al Premio Andrei Sajarov del Parlamento Europeo, Aminattou ha recibido el premio Mare Nostrum de la asociación italiana Punto Crítico. Finalmente, el 26 de octubre pasado fue nombrada ciudadana de honor de la ciudad de Nápoles, como homenaje a su lucha incansable por los Derechos Humanos en los territorios del Sáhara bajo dominación marroquí.
En noviembre de 2006 regresó a su tierra, asumiendo muchos riesgos pero con la confianza en que desde muchos rincones del mundo se continúe la lucha por los derechos humanos de su pueblo. De su regreso hablo así Gonzalo Moure: «Una mujer sola, con sus manos desnudas y su melfa engalanada, puede más que el Estado invasor y los Estados cómplices, más que la cobardía española y la vesania francesa, más que el petróleo que quieren robar y que los fosfatos que ya han robado: la hidra de cien cabezas no puede nada frente a la sonrisa de Aminattou, el recuerdo sagrado de Gandhi, la protesta de las manos abiertas: caerán si la vuelven a encarcelar, y si no la encarcelan manarán rosas de sus huellas y cuando esparzan su aroma, también caerán. Rendíos: Aminattou está en El Aaiun».