En las fronteras de Ceuta y Melilla «no existe el estado de derecho», denunció este miércoles la organización Amnistía Internacional (AI), que reca- bó en esa zona «pruebas fehacientes» sobre el maltrato físico que sufren inmigrantes norafricanos a manos de las fuerzas de seguridad, tanto españolas como marroquíes. Una misión de AI visitó durante 10 […]
En las fronteras de Ceuta y Melilla «no existe el estado de derecho», denunció este miércoles la organización Amnistía Internacional (AI), que reca- bó en esa zona «pruebas fehacientes» sobre el maltrato físico que sufren inmigrantes norafricanos a manos de las fuerzas de seguridad, tanto españolas como marroquíes.
Una misión de AI visitó durante 10 días la región fronteriza, donde desde agosto pasado al menos 11 migrantes han muerto víctimas de la represión de las fuerzas de seguridad, para «constatar que España, Marruecos y Argelia violan sistemáticamente los derechos humanos», señaló Javier Zúñiga, jefe del equipo que recogió testimonios de los migrantes en el terreno.
«Tiene que pararse ya el trágico, ilegal, cruel e inhumano juego de ping pong con pelotas humanas por parte de España, Marruecos y también Argelia», enfatizó Zúñiga, quien aseguró que las violaciones a los derechos humanos se producen a «uno y otro lados de la valla».
«En la zona de la valla parece que no existe el estado de derecho», sostuvo Zúñiga en rueda de prensa, junto con varios de los expertos que integraron el equipo y de Arrah Mary Magdalene, hermana de un joven camerunés muerto el 29 de agosto al intentar pasar la valla, pero que no integra la lista de los 11 inmigrantes que oficialmente murieron en esas circunstancias.
Amnistía denunció el «cuadro de impunidad» que rodea los casos de inmigrantes heridos o muertos en situaciones «no accidentales» y las «devoluciones ilegales» a Marruecos.
Según Zúñiga, «muchas personas heridas que habían logrado entrar en territorio español fueron devueltas del otro lado de la valla sin respetar los requisitos legales y sin ayuda médica».
Agregó que AI tiene «pruebas fehacientes» de que no se ha respetado el derecho de asilo y que «muchas de las heridas y fracturas» que presentan los inmigrantes entrevistados por la organización son consecuencia de «balas de goma y culatazos» de agentes de la Guardia Civil española que «derriban de forma brutal» las escaleras artesanales con las que los subsaharianos intentan saltar la valla.
El médico forense Francisco Etxebarría explicó que con toda probabilidad algunas de las 11 muertes registradas hasta ahora se han producido por el impacto de las bolas de goma que suelen utilizar los agentes de la Guardia Civil para reprimir las avalanchas en la reja.
Etxebarría aseguró que como resultado de los testimonios recabados y de los inmigrantes a los que pudieron ver, no tiene «ninguna duda de que algunas lesiones no son un accidente (…) Fueron provocadas por (elementos) antidisturbios o abuso de la fuerza».
AI denunció además «serias irregularidades» en el proceso de devolución a Marruecos de 73 subsaharianos detenidos en territorio español tras penetrar en Ceuta y Melilla, ya que en ningún momento tuvieron constancia de contar con un abogado», no conocían sus derechos y se les dijo que se les enviaba a la península española.
Los gobiernos de España y de Marruecos aseguran estar «investigando los decesos (…) Sin embargo Amnistía ha observado que las autoridades de ambos países se culparon mutuamente de las muertes», indicó en un informe la entidad humanitaria que pedirá la creación de una «comisión independiente para investigar las acciones de las fuerzas de seguridad» en la zona de la valla.
Sobre lo que ocurre del lado marroquí, Philip Luther denunció que al menos «dos bases militares» son utilizadas por Rabat para «reagrupar», según el léxico oficial, a «cientos de personas», entre las cuales figuran varias decenas que tienen en su poder un certificado del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) como solicitantes de asilo.
«Marruecos no respeta ni sus propias leyes ni sus compromisos internacionales», sostuvo Luther, investigador de AI para ese país del norte de Africa.
En la presentación de este informe, Arrah Mary Magdalene denunció públicamente que su hermano Josef murió «tras una brutal paliza de un guardia civil español» en la frontera con Melilla. El abogado de la mujer ya envió dos cartas denunciando el caso al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
«El gobierno español puede impedir que ocurran más casos parecidos al de mi hermano», afirmó la joven. «Mi hermano no era un criminal, no hacía falta darle una paliza ni matarlo», sentenció.
Por otra parte, autoridades italianas señalaron que unos 700 inmigrantes indocumentados desembarcaron en las pasadas 24 horas en la isla de Sicilia, donde quedaron rebasados los centros de recepción especial, ya que sólo cuentan con instalaciones para dar cabida a 190 personas.