El pasado día 12, el teniente Luis Gonzalo Segura (exteniente para quienes lograron por el momento apartarlo de su profesión), recibió en el Parlamento Europeo el caluroso y amplio apoyo de un grupo de europarlamentarios y diversas asociaciones y personas comprometidas con su causa. Nuestra Asociación ACMYR se sumó, intervino y se solidarizó con él, […]
El pasado día 12, el teniente Luis Gonzalo Segura (exteniente para quienes lograron por el momento apartarlo de su profesión), recibió en el Parlamento Europeo el caluroso y amplio apoyo de un grupo de europarlamentarios y diversas asociaciones y personas comprometidas con su causa.
Nuestra Asociación ACMYR se sumó, intervino y se solidarizó con él, remarcando nuestra defensa de la libertad de expresión y derechos humanos y el afán que nos mueve de lograr una democracia completa para España (el conjunto de sus pueblos) que para ACMYR pasa inequívocamente por la República.
La defensa de Segura abre puertas en los tribunales comunitarios al no obtener justicia en su-nuestro país, tan aliñado de residuos del antiguo Régimen. Como dijo el teniente, valiente y coherente con que las Fuerzas Armadas tienen que estar de una vez y en adelante al servicio del pueblo, «el Ejército se tiene que acostumbrar a que haya militares demócratas y progresistas».
Un recurso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo y el Tribunal de Justicia de la UE son la esperanza desde el punto de vista jurídico para que como desea él y es lo principal conseguir en pro de la democracia, la justicia, la verdad y la reparación del mal más absoluto y el modus operandi franquista, pueda ser readmitido en su trabajo.
Es lo principal para que los malos no se salgan con las suyas y sigan haciendo de las suyas: promoviendo y formando parte de «un Estado paralelo» y manchando la imagen de todas las Fuerzas Armadas con su «corrupción», «acoso sexual» «fraude», «malversación» y un largo etc. que él denuncia. Tan sencillo como eso. Y porque él desea ser militar, seguir con una profesión donde tenía altas responsabilidades y un grado nada despreciable (fueron 13 años de servicio) hasta que denunció la corrupción cumpliendo con su deber y fue expulsado y condenado a la exclusión por quienes no desean ni luz, ni taquígrafo ni ruptura con un estado de la cuestión que es de total impunidad y donde ser corrupto, como señala muy bien, es rentable.
Quiere conseguir que sea atractivo denunciar la corrupción, que no se estigmatice a quienes denuncian, y volver a trabajar en su profesión. Tan sencillo como eso.
Es la primera vez que un caso como éste llega a traspasar nuestras fronteras para aterrizar en el Tribunal de Justicia comunitario. Por algo será, algo aquí no va bien, mucho huele a podrido. Sin embargo, hay esperanza.
El abogado que coordina la defensa en este ámbito y lidera el equipo jurídico y técnico, Josep Jover, cuenta con grandes especialistas y confía en la normativa comunitaria para abrir una puerta importante puesto que la carta de derechos fundamentales que amparan a los ciudadanos comunitarios no distingue en cuanto a garantías entre ciudadanos, aunque sean ciudadanos funcionarios armados.
A juicio del equipo jurídico, no se puede vulnerar la directiva de igualdad de trato que garantiza la no penalización por convicciones o ejercer libertades como la de expresión. Además, explican que la corrupción es un tema que afecta a la UE porque afecta no solo a su legislación y reglamento, sino también a los fondos comunitarios.
Luis G. Segura se ha convertido en más que un símbolo contra la corrupción en las Fuerzas Armadas para organizaciones como la «Plataforma x la Honestidad», la Fundación Baltasar Garzón, FIBGAR o «Hay Derecho», todas ellas representadas en el acto organizado por los eurodiputados de Unidos Podemos.
Mientras una comisión abierta al respecto en el ámbito comunitario trabaja en un informe de protección de denunciantes, tanto la eurodiputada Lola Sánchez, de Podemos, como Javier Couso, eurodiputado de Izquierda Plural, que acompañaron a Luis G. Segura, subrayaron la importancia de lograr una legislación integral que proteja a los denunciantes de casos de corrupción.
Para Couso es una situación anómala la que afecta a las Fuerzas Armadas, que deben ser «transparentes y con derechos» iguales a los del resto de ciudadanos.
Pretender esto hoy sigue siendo castigado en un país que aparece ante sus socios comunitarios como democrático desde hace 40 años por lo menos.
Europa ahora tiene el balón.
Durante una rueda de prensa previa cuyo contenido completo podrán ver y escuchar en el siguiente enlace:
Rueda de prensa en la Eurocámara sobre el caso del «Teniente Segura» con Lola Sánchez y Javier Couso
se explicó muy bien el estado de la cuestión y las líneas de defensa.
Ahora no solo toca esperar sino seguir luchando por un país donde realmente merezca la pena vivir y el teniente ocupe su puesto con honores merecidos. Se hace y se hará. Un país con Justicia y Libertad. Por tanto, sin reyes ni grandes capitanes a los que jamás se puede pedir cuentas y sin esclavos a los que se roba su trigo y su futuro cada día por la puerta trasera y las tantas giratorias de tanto Corleone.
Enriqueta de la Cruz es periodista, escritora y miembro de la Junta Directiva de ACMYR.
Nota del Colectivo Anemoi:
Enriqueta de la Cruz ha publicado «El testamento de la Liga Santa», sobre la Transición española; «Nada es lo que parece», sobre las tramas de corrupción política y medios de comunicación»; «Memoria Vigilada», con el robo de niños y niñas en el franquismo como argumento; «El amor es de izquierda», en el que aborda la corrupción, el tráfico de personas, la memoria histórica y el nazismo; y el más reciente «César Navarro, vida y testimonio de un Francmasón» un libro excepcional, como todos los anteriores. Recomendamos la lectura de la ya extensa obra de esta excelente escritora, auténticamente comprometida con nuestro tiempo. Desde Rebelión en los cuarteles la animamos a continuar su generoso e imprescindible esfuerzo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.