Recomiendo:
0

Comunicado de Izquierda Revolucionaria

Andalucía: un NO de izquierdas a este Estatuto

Fuentes: marxismo.org

El 18 de febrero el pueblo andaluz está convocado a participar en una consulta para ratificar el nuevo Estatuto de Autonomía. Un estatuto que fue elaborado en el Parlamento de Andalucía sin apenas debate social y que posteriormente fue ampliamente recortado en Madrid. El Estatuto que salió de Madrid es el que se va a […]

El 18 de febrero el pueblo andaluz está convocado a participar en una consulta para ratificar el nuevo Estatuto de Autonomía. Un estatuto que fue elaborado en el Parlamento de Andalucía sin apenas debate social y que posteriormente fue ampliamente recortado en Madrid. El Estatuto que salió de Madrid es el que se va a votar este domingo y desde ya anunciamos nuestro voto negativo.

Este voto negativo es un NO a las bases yanquis en Andalucía, es un NO al latifundio que coarta nuestro desarrollo, es un NO a la precariedad laboral y a la especulación que impide el acceso de nuestra juventud a una vivienda digna y un empleo decente, es un NO al modelo neoliberal imperante en la Política Agraria Comunitaria que impide cualquier reforma agraria de verdad y que regala subvenciones a la nobleza terrateniente, es un NO a las Diputaciones que se quedan con el dinero de los Ayuntamientos, es un NO a los transgénicos y a la energía nuclear, es un NO a la dependencia económica y a la subordinación política de Andalucía que este Estatuto no sólo no soluciona sino profundiza. Por tanto, nuestro NO es un NO de izquierdas, soberanista y anticapitalista.

Estas son nuestras razones:

EL ESTATUTO QUE NOS PROPONEN:

– No contempla la REFORMA AGRARIA que Andalucía necesita

Cuando se la nombra en el Estatuto es para liquidarla definitivamente y proponer una reconversión salvaje al servicio de la Política Agraria Comunitaria (PAC), que subvenciona a la nobleza terrateniente y deja al mundo rural sin agricultura.

En Andalucía el latifundio sigue dominando. El 3,9% de los propietarios posee el 54,8% de la tierra. Esta reminiscencia feudal coarta el desarrollo del mundo rural y es fuente de pobreza y subdesarrollo. Una reforma agraria que no expropie los latifundios y entregue la tierra a los jornaleros para su explotación colectiva no merece tal nombre. Cualquier política que se enmarque en la política agraria comunitaria es una declaración de guerra contra la agricultura mediterránea. El Estatuto que nos proponen no habla, pues, de la reforma agraria que nos corresponde por derecho, sino de la reconversión agraria que interesa a las multinacionales.

El nuevo Estatuto debería recoger la soberanía alimentaria -el derecho del pueblo andaluz a decidir su propia política agraria y agroindustrial- y una reforma agraria que acabe con el latifundio, que dé la tierra, el agua y la semilla a la comunidad que la habita y la trabaja y prohíba el uso de transgénicos en el campo andaluz.

– Consagra UN MODELO ECONÓMICO NEOLIBERAL

Un modelo que hace más ricos a los ricos y desde donde es imposible solucionar ninguno de los grandes problemas que tiene Andalucía.

El nuevo Estatuto debería dotar al Parlamento de Andalucía de competencias suficientes para optar por una economía solidaria que apueste por la empresa pública, posibilite el acceso de los trabajadores a los medios de producción, reparta la riqueza y camine hacia el pleno empleo.

– Termina con la DEUDA HISTÓRICA

La convierten en un pago único, no cuantificado y lo que es peor, definitivo. Se abandona, por tanto, la filosofía de que Andalucía reciba una compensación económica del Estado mientras continuen nuestras adversas circunstancias socioeconómicas.

En Andalucía, la tasa de paro es superior en siete puntos a la media española y el PIB por habitante es un 25% inferior al del resto del Estado y un 30% inferior respecto a Europa. En servicios básicos como educación o sanidad también estamos por debajo: por cada mil habitantes tenemos un médico y una cama menos que la media española y hay dos niños más por clase que en el resto de España y cuatro universitarios menos por cada 100 en relación con el Estado. Debido a estas carencias en educación y salud, el Estatuto de Carmona obligaba al Gobierno central a consignar cada año en los Presupuestos del Estado unas asignaciones complementarias de dinero para mejorar estos servicios básicos. Sin embargo, tanto el Gobierno de Aznar como los de Felipe González y Zapatero no cumplieron con este mandato y nunca pagaron completamente la deuda histórica. La usaron, sin embargo, como arma arrojadiza del uno contra otro. El Estatuto que nos proponen pretende con un sólo pago eliminar la posibilidad de que Andalucía perciba esas compensaciones que por derecho nos corresponden cuando seguimos estando en la cola de Europa y del Estado.

El nuevo Estatuto debería no sólo respetar la deuda histórica mientras que Andalucía continúe por debajo de la media, sino haber cuantificado todo lo que nos deben en el pasado y obligar al Gobierno a pagar de forma inmediata.

– No nos permite decidir sobre las BASES MILITARES EXTRANJERAS

Las bases son plataformas de agresión contra otros pueblos al servicio de los intereses de EE.UU. y representan un peligro para nuestra seguridad.

En el Estatuto que nos proponen, el Parlamento Andaluz no tendrá competencias para decidir si quiere desmantelar las bases de Morón, Rota y Gibraltar.

El nuevo Estatuto debería declarar Andalucía como Territorio de Paz, libre de bases militares desde las que se agreden a otros pueblos y zona no nuclear, acabando sí con cementerios nucleares como el de Hornachuelos.

– Apuesta por las DIPUTACIONES en perjuicio de las COMARCAS y MUNICIPIOS

Las Diputaciones se quedan con el dinero de los Ayuntamientos y constituyen una obsoleta estructura burocrática.

En el Estatuto que nos proponen se niega otra reivindicación fundamental de la izquierda, como es un nuevo modelo territorial que haga desaparecer las Diputaciones y otras estructuras burocráticas provinciales.

El nuevo Estatuto debería apostar por una organización territorial basada en los municipios y las comarcas, dotándolas de poder de decisión. Una de las asignaturas pendientes de la Transición ha sido el abandono hasta la bancarrota de los Ayuntamientos. El nuevo Estatuto debería garantizar una financiación municipal adecuada, al menos, un 33% de los fondos del Estado.

– Apoya el COLONIALISMO

Ningún pueblo que oprima a otro puede ser libre.

El actual proyecto no reivindica el territorio andaluz de Gibraltar dejando a las Cortes Generales la responsabilidad de la ampliación de la Comunidad cuando «dichos territorios hayan vuelto a la soberanía española» (Disposición Adicional Primera). En cambio, se usa a Andalucía para fortaleccer la presencia española en los enclaves coloniales africanos de Ceuta y Melilla (Art. 228).

El nuevo Estatuto debe apostar por la descolonización.

– No apuesta por unas elecciones andaluzas separadas

La coincidencia de las elecciones generales con las andaluzas impide que se pueda hablar de los problemas de Andalucía y desdibuja nuestra identidad como pueblo.

El principal acto constituyente de Andalucía como realidad política, las elecciones autonómicas, seguirán siendo convocadas al mismo tiempo que las generales a capricho del régimen gobernante del PSOE.

En el texto del nuevo Estatuto debe recogerse el impedimento legal de la coincidencia de elecciones Autonómicas y Generales.

– No reconoce a Andalucía como NACIÓN

Los territorios que en sus Estatutos se definan como nación son los que van a gozar del máximo nivel de autogobierno.

No debemos permitir que se retroceda con un estatuto que nos discrimine con respecto a las comunidades más avanzadas. Nos quieren convencer de que «realidad nacional» es lo mismo que «nación». Pero los nacionalismos gallego y catalán lo tiene clarísimo: «Si Andalucía es considerada realidad nacional, Galicia tiene que ser algo más. Nosotros no podemos renunciar al estatus de Cataluña y Euskadi tenemos que jugar en primera división y no en regional preferente». (Carlos Aymerich -portavoz parlamentario del BNG- que forma parte del Gobierno gallego presidido por el PSOE). Declaraciones parecidas hicieron también representantes de ERC.

Andalucía es tan nación como la que más. El nuevo Estatuto debería reconocer a Andalucía como nación. Es un derecho que nos corresponde por nuestra historia y cultura y por conquista de la lucha colectiva de nuestro pueblo.

Este Estatuto es una traición a la conquista de soberanía que el pueblo andaluz consiguió el 4 de Diciembre y el 28 de Febrero, ya que nos manda a la segunda división autonómica, beneficiando a terratenientes y grandes empresarios.

NO TE DEJES ENGAÑAR… VOTA NO A ESTE ESTATUTO