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Atentados fascistas en Palma

Àngel Guimerà, 48

Fuentes: Rebelión

El domingo 4 de Marzo, sobre las siete de la mañana, estallaba un artefacto explosivo ante la sede de la CGT de la calle Ángel Guimerà, 48, de Palma. Tenía la suficiente potencia como para dañar seriamente un automóvil aparcado delante del local, y romper una cristalera de la entrada de viviendas contigua. Por suerte, […]

El domingo 4 de Marzo, sobre las siete de la mañana, estallaba un artefacto explosivo ante la sede de la CGT de la calle Ángel Guimerà, 48, de Palma. Tenía la suficiente potencia como para dañar seriamente un automóvil aparcado delante del local, y romper una cristalera de la entrada de viviendas contigua. Por suerte, no ocasionó daños personales físicos, pero sí morales, dada la gran conmoción entre los vecinos, muchos de los cuales despertaron espantados por la potente deflagración.

Hacía quince días que en la puerta metálica del local había aparecido una pintada amenazadora contra el colectivo juvenil Maulets, firmada con un símbolo fascista. Pero los sucesos del primer fin de semana de marzo comenzaron el viernes día 2, con la aparición de elementos ultras en la manifestación ilegal del PP, en la Plaza de Cort. Aquella misma noche fueron brutalmente agredidos dos compañeros colombianos, afiliados a la CGT, en una acción de claro signo racista, en la zona palmesana de Gomila. El sábado día 3, las cerraduras de la sede de CGT de la calle Àngel Guimerà aparecieron inutilizadas. Por la tarde se iba a realizar la presentación de un libro sobre Euskadi, con cargo a la Fundación Federico Engels. Por eso, cuando al día siguiente estalló el explosivo, pocas dudas quedaban sobre la autoría fascista de l’atentado.

Hace diez años que nuestro sindicato compró este local, el primero que adquiríamos en propiedad, con sus escasos 80 metros cuadrados que antes albergaban una peluquería. El rigor en la administración de las finanzas permitió adquirirlo con fondos propios, sin tener que acudir a préstamos. El local se pudo acondicionar con la emisión de una cuota extraordinaria, que todos los afiliados y afiliadas pagamos voluntariamente. Excluidos oficialmente del acceso al patrimonio sindical, el disponer de un local en propiedad, pequeño pero decentemente acondicionado, nos hacía sentir como muchachos con zapatos nuevos.

De esta manera, el local sindical de la calle Àngel Guimerà nació libre de hipotecas, ni bancarias ni de ningún otro tipo. Y así ha continuado a lo largo de todo este tiempo: un espacio al servicio de la gente trabajadora, de reunión, de asesoramiento, de formación, de promoción de la cultura obrera. Un espacio que, por céntrico, ha sido punto de encuentro de entidades y de personas, de afiliados y de afiliadas, de amigos y de simpatizantes. También un lugar de acogida para las entidades sociales, de jóvenes, de inmigrantes, etc, que no disponen de local propio y que, en horarios compatibles con la actividad sindical, siempre han hecho un buen uso de la sede. En definitiva, un local de los trabajadores y para los trabajadores: un espacio de libertad y de convivencia, al margen de lo que el sistema entienda como políticamente correcto.

Con seguridad, es esa libertad lo que molesta a los agresores. Los que son incapaces de utilizar la fuerza de la razón, prefieren imponer la razón de la fuerza, llegando, como es el caso, al sabotaje y al atentado terrorista. Pero se han equivocado con nosotros porque, ni cederemos al chantaje, ni renunciaremos a nuestra actividad como organización. Además, un amplio abanico social, tanto de Mallorca como de fuera de la Isla, está interpretando el ataque contra la CGT, como una agresión a la libertad de todos. La oleada de simpatía y solidaridad hacia nuestro sindicato, y la respuesta unitaria del 22 de Marzo, indican que los cobardes autores de los ataques se encuentran con el efecto contrario al que buscaban. Porque la libertad no la regala nadie: se defiende y se disfruta. Por eso, es tarea y responsabilidad de todas las personas que vuelan ser libres, el hacer frente al fascismo, y denunciar a quienes, de manera objetiva, lo amparan, lo alientan, lo legitiman o lo justifican.

* Pep Juárez es Secretario general de CGT-BALEARS