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El ex coordinador de IU anuncia el fin del neoliberalismo tras las recientes previsiones a la baja del Fondo Monetario Internacional

Anguita: «La bacanal neoliberal acabó»

Fuentes: El Economista

«Los pedestales sobre los que se alzaban las divinidades del mercado y la competitividad son cascotes sin utilidad alguna», ha afirmado el ex coordinador general de IU Julio Anguita, quien acusa a los poderes públicos de estar «inermes ante una crisis que consideraron pasajera». Anguita ha aprovechado las recientes previsiones a la baja del Fondo […]

«Los pedestales sobre los que se alzaban las divinidades del mercado y la competitividad son cascotes sin utilidad alguna», ha afirmado el ex coordinador general de IU Julio Anguita, quien acusa a los poderes públicos de estar «inermes ante una crisis que consideraron pasajera». Anguita ha aprovechado las recientes previsiones a la baja del Fondo Monetario Internacional para anunciar el fin de un sistema, el neoliberal, que deifica el mercado e ignora los derechos humanos.

«Las recientes previsiones del Fondo Monetario Internacional, anunciando la rebaja de las perspectivas de crecimiento para la economía mundial, los despidos masivos en las grandes empresas de diversos sectores, la sensación de que los poderes públicos están inermes ante una situación con la que no contaron o consideraron pasajera, dibujan el cuadro de incertidumbre general para muchos, pero de constatación dolorosa en sus vidas para millones», afirma Anguita en elEconomista.

La gravedad y especificidad de esta crisis del capitalismo está arrasando las evidencias y fundamentos intangibles del neoliberalismo. Los pedestales sobre los que se alzaban las divinidades mercado y competitividad son cascotes sin utilidad alguna.

De hecho, las medidas que se están tomando en muchos lugares son la negación en la práctica de los fundamentos que se mantienen de manera doctrinaria. La constante apelación a la flexiseguridad o a corregir las rigideces del mercado laboral no son otra cosa que la reiteración en una política monstruosa y fracasada.

Algunos hierofantes y gurús de la jerga siguen impertérritos y aparentemente insensibles ante su mundo de  certidumbres que se evapora. Cualquier alternativa a esta situación debe partir de premisas incuestionables. La primera es que por imperativo de la solemne Declaración de Derechos Humanos, la economía está totalmente subordinada al interés general. La deificación del mercado no es otra cosa que la traslación al mundo moderno de las supersticiones animistas del pensamiento mágico y tribal.

La segunda es que la decisión del Soberano en las  elecciones traslada a los Ejecutivos su voluntad acerca del enfoque de los problemas y sus soluciones. Paro, precariedad, calidad de vida y desarrollo social son los objetivos a los que la economía debe, en cuanto ciencia aplicada, supeditarse. La bacanal neoliberal acabó. Se imponen el orden democrático y el bienestar general.