Con el único propósito de analizar las celebraciones del recién pasado 8 de septiembre en su perspectiva histórica, este Ateneo Republicano, con el acuerdo unánime de su Junta Directiva, quiere manifestar su parecer democrático ante tal circunstancia.
1º Antes de la expansión del cristianismo y de su llegada al Norte de España, ya el lugar de Covadonga era venerado por los lugareños, debido a sus características naturales y a la importancia de las aguas en las creencias antiguas.
2º Situar una probable escaramuza entre los recién llegados a la península, en su mayoría bereberes recientemente islamizados, no árabes, y los nativos ástures ¿con Pelayo? como origen del estado español no es más que una enorme hipérbole que no resiste un mínimo análisis histórico. A Alfonso III y sus cronistas les convenía “santificar” el encuentro de Covadonga, lo mismo que los romanos inventaron ser descendientes de los troyanos y tener a Rómulo y Remo amamantados por una loba. La mitología está presente en casi todas las epopeyas fundacionales, sean políticas o religiosas.
3º Allá cada pueblo con sus mitos. Los asturianos de hoy deberíamos centrarnos en desbrozar nuestro pasado heroico-milagroso y reflejar en nuestras celebraciones y, lo que es muchísimo más importante, en nuestro sistema educativo, la verdad histórica hasta donde sea posible hacerlo.
4º En primer lugar, y en cuanto al 8 de septiembre, la iglesia católica celebra ese día el supuesto nacimiento de María, madre de Jesús. Unos días antes, el 15 de agosto, la celebración es la de la Asunción, es decir, la llegada de la misma virgen María “a los cielos en cuerpo y alma” (dogma muy reciente, del 1 de noviembre de 1950, tras siglos de disputas, no siempre pacíficas, entre los creyentes católicos). Es muy reseñable comprobar cómo la mitología funciona en este caso: se sitúa la TREMENDA batallita de Covadonga (¡178.000 combatientes islámicos contra unas decenas de ástures!!) el mismo día del supuesto nacimiento de María. Milagro habemus. A principios del siglo VIII muchos ástures apenas se habían familiarizado con la nueva religión cristiana.
5º En segundo lugar, siguen otras falsificaciones: “Pelayo guió a los suyos con una cruz de madera…” Análisis recientes fijaron la fecha de esa madera –tras el robo y casi destrucción de la cruz de la Victoria en 1977 y su posterior restauración- en el siglo X, es decir, procedente de un árbol talado durante el reinado de Alfonso III. Muy hilarante resulta saber que, también restaurada después de la guerra de 1936-39, se encontró que las esmeraldas de la cruz eran trozos de botellas de sidra. Me imagino al dictador Franco, dicen que abstemio, paseando la cruz embellecida con el vidrio sidrero en 1942.
6º Podemos afirmar que la batalla de Covadonga, tal como se cuenta, nunca tuvo lugar y muchísimo menos con la intervención milagrosa de una virgen (otro mito el de la virginidad). Que, por lo tanto, no hubo tal cruz de la Victoria, ni se puede comprobar que este año se cumplan los 1.300 de la escaramuza en Covadonga o en otros lugares. Que los ástures se habían opuesto gallardamente a la dominación romana y a la visigoda y que tampoco aceptarían la de los bereberes a principios del siglo VIII, como hicieron asimismo en 1808 con los franceses. Posteriormente, en el siglo X, los intereses de la minoría dominante, descendientes de los terratenientes hispanorromanos, nobleza visigoda e iglesia, siempre aliados, fabricaron una leyenda que ninguna mente racional puede aceptar.
7º Es de suponer que la inmensa mayoría de los asturianos vivos han visitado Covadonga más de una vez. Aleccionados desde la más tierna infancia en la mitología del lugar, en la heroicidad de los ástures del siglo VIII, y en que somos “la cuna de España”. Ya saben “España es Asturias, y el resto tierra conquistada”. ¡Qué barbaridad! Incluso “yo conduzco y ella me guía” (sinceramente, esperamos que nadie haya sufrido un accidente mortal con esa pegatina en el vehículo). Hay que reconocer, no obstante, que muchos asturianos, agnósticos o ateos, continúan con su veneración a Covadonga. Lo inculcado en la infancia resulta muy difícil de erradicar.
8º Lo que otros asturianos y, desde luego, este Ateneo Republicano no podemos aceptar, es la confusión religión-política con la asistencia de nuestro presidente autonómico a la ceremonia nítidamente militante del arzobispo Sanz Montes en la basílica de Covadonga. Tiene toda la libertad el señor Barbón para asistir a lo que quiera como ciudadano, pero no como presidente de Asturias (“ninguna confesión tendrá carácter estatal”, dice la Constitución de 1978). Cierto es que este Ateneo no reconoce el 8 de septiembre como el Día de Asturias y defendemos otra fecha, que bien pudiera ser el 25 de mayo, cuando en 1808, antes incluso que la Constitución de 1812, los representantes del pueblo asturiano se declararon soberanos, se opusieron a Napoleón y buscaron la alianza con Inglaterra tras declarar la guerra a Francia en defensa de la independencia española. Ese puede ser un acontecimiento histórico digno de reseñar y de convertirse en el Día de Asturias. Quizás sea el hecho fundacional de la nación española, con infinitamente más razones históricas que la nebulosa de Covadonga. Pero de algo que sí ocurrió y que tiene gran significado, ni se habla ni se enseña en las escuelas. En cambio, se adorna con toda la brillantez posible una batalla tremenda que nunca tuvo lugar, pero que sirvió y sirve a la minoritaria clase dominante, a la iglesia católica y a la monarquía para entretener a la gente con asuntos que en nada ayudan a nuestra salud mental.
9º Acabamos de oír al obispo Sanz Montes denunciar de nuevo, y van…. las leyes del aborto y eutanasia aprobadas por los representantes del pueblo español. Con menciones a Nicaragua y Venezuela que no venían a cuento. Pero ni una palabra sobre los delitos cometidos por miembros de su congregación religiosa, económicos, claro, pero los más graves los de la pederastia rampante, hasta el punto de parecer una epidemia que alcanza a bastantes profesionales de la religión de la que él es el representante máximo en Asturias. Parece ofenderle más la eutanasia que la pederastia. Ojalá nunca llegue a necesitarla él mismo. La eutanasia, claro.
10º Desde el Ateneo Republicano de Asturias solicitamos formalmente a los representantes políticos que dejen de asistir como tales a los actos católicos del 8 de septiembre. Así NO REPRESENTAN a todos los asturianos, solamente a una parte. Extendemos también la petición a todos los políticos que participan oficialmente en otras celebraciones inventadas a lo largo de varios siglos de fantasías (Santiago, el Rocío etc., etc.) Sí aplaudiríamos que las autoridades intervinieran decisivamente para impedir vergüenzas nacionales como la tomatina de Buñol, iniciada en 1945, en pleno franquismo. Destruir alimentos debería ser perseguido siempre. Pero no parece que ciento cincuenta mil kgs. sean suficientes para que se intervenga.
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