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Entrevista a Nines Maestro, activista social y dirigente de Red Roja

«Ante el referéndum en Cataluña no vamos a beber en las fuentes de la legalidad, sino de la legitimidad»

Fuentes: Insurgente

Nines, en los últimos años vivimos una crisis gravísima. A la misma se suma la desestabilización política por el proceso soberanista en Cataluña. Ante esto, ¿cómo se sitúa Red Roja en el tablero, qué nos dirías al respecto? De antemano, hay que decir que para Red Roja aquí hay una cuestión de principios en el […]

Nines, en los últimos años vivimos una crisis gravísima. A la misma se suma la desestabilización política por el proceso soberanista en Cataluña. Ante esto, ¿cómo se sitúa Red Roja en el tablero, qué nos dirías al respecto?

De antemano, hay que decir que para Red Roja aquí hay una cuestión de principios en el Estado español, incluso una seña de identidad de nuestra organización desde siempre, incluso antes de existir como tales, cuando nos unimos en la candidatura Iniciativa Internacionalista. Es la siguiente: defensa incondicional del derecho de autodeterminación. Incluso aunque lo encabece la burguesía. Un derecho que, está escamoteado en este Estado desde el inicio del régimen de la transición.

Pero no nos quedaremos en esta cuestión de principios generales, porque nosotros tenemos aliados claros allí en Cataluña, gente cercana que es la de la izquierda independentista. Y también tenemos algunas alertas al respecto del desarrollo de la actual situación.

¿Qué interpretación tienes del avance del proceso soberanista en Cataluña?

Evidentemente, el proceso se ha agudizado en el contexto de una crisis en la que la «cuestión social», con su triste legado de recortes, privatizaciones y agresiones a la clase trabajadora, es determinante. Esos elementos sociales han creado descontento e incrementado el alcance de la cuestión nacional.

Pero a partir de ahí, también se ha utilizado la cuestión nacional por el gobierno catalán para apartar el foco de su responsabilidad directa en los enormes recortes realizados. El primer gobierno de Mas quería demostrar firmeza frente a las movilizaciones sociales que rodeaban el Parlament, y para ello contó en todo momento con el apoyo del PP. Después, cuando lanzó el proceso soberanista en alianza con ERC no tenía, ni tiene, margen para revertir los recortes respetando los objetivos de déficit. Ese argumento le sirve para intentar vaciar la reivindicación nacional de contenido social, justificando su supeditación al objetivo de la independencia, lanzando el falso señuelo de que, entonces, habrá recursos para resolver las necesidades sociales.

Lo cierto es que la fidelidad a la UE es para Junts pel Si un objetivo mayor, ya que piensan que de ello depende el reconocimiento de su proyecto por las potencias imperialistas.

En este escenario, no olvidamos el papel decisivo del gobierno de Rajoy – como antes el del PSOE – en las brutales medidas adoptadas, pero insistimos en que el gobierno catalán está justo en la misma línea de imposición de austeridad, línea que en realidad viene de Bruselas y Berlín. Dicho esto, no basta con afirmar que todas las burguesías son iguales y desde Red Roja no pensamos caer en este tipo de posiciones. La burguesía nacional más agresiva y que tiene mayor instrumentos de represión es la del Estado español.

¿Ha pasado la cuestión nacional a primer plano tapando otras cuestiones?

En Red Roja no nos lamentamos de que la cuestión nacional haya pasado a un primer plano, porque – como ya he dicho – en el Estado español esto es una cuestión de principios para nosotros. No solo defendemos la autodeterminación, sino que pensamos que una eventual independencia debilitaría a un Estado y a un régimen de la transición que nosotros cuestionamos de raíz.

Es más, en el escenario existente en Cataluña, nuestra aliada no pueden ser otra que la izquierda independentista, Endavant y las CUP. Ahora bien, dicho esto, humildemente les hemos expuesto a estas organizaciones una serie de inquietudes y advertencias. Consideramos que lo nacional, aunque es legítimo que se haya puesto el acento en ello allí, ha sido un factor que en este caso no ha contribuido (y no tendría que haber sido así, se podría haber hecho de otra forma) al máximo de unidad de lucha en el Estado español en el marco de la crisis, contra los enemigos comunes. Recordamos por ejemplo el 22 M.

Así pues, ha habido por parte de la burguesía catalana una instrumentalización de lo nacional para evitar esa unidad contra unos recortes que nos vienen impuestos por una construcción europea claramente imperialista. Para colmo, ante las agitaciones sociales que están por venir, es obvio que Convergencia puede acobardarse y dar marcha atrás. Sería, entonces, penoso que al final no solo lo social sino también lo nacional saliera perjudicado. Sería una traición… pero en las últimas semanas lo estamos viendo venir. Ya lo advertimos en su día cuando Homs dijo que quería una cara más amable en Madrid.

La propuesta de Puigdemont de abrir un proceso negociado con el Estado, aparte de no constituir ninguna novedad, es un brindis al sol porque es evidente que no se va a dar en ningún caso. Tanto el Tribunal Constitucional como el Govern de la Generalitat temen el enfrentamiento y lo retrasan pero no lo pueden evitar. La duda legítima es si la burguesía catalana será consecuente respecto a ejercer el derecho a la autodeterminación o renunciará en el último momento aceptando su papel subordinado al capital español.

Por ello es necesario que las organizaciones revolucionarias de mantengamos posiciones políticas independientes y basadas en la unidad de la clase obrera y el pueblo trabajador, incluso para defender los derechos democráticos y nacionales.

¿Qué opinión tenéis ante las llamadas fuerzas del cambio y su acercamiento a una modalidad de referéndum que sea, en palabras de ellos, «pactada»?

Es obvia la demagogia que se esconde tras eso. Insistimos en que dentro de las fuerzas del proceso que se está viviendo en Cataluña, nuestros aliados más próximos están en la izquierda independentista.

Colau y otros no son aliados inmediatos, sino parte del problema, pues están haciendo una utilización claramente demagógica de la cuestión nacional. Para negar un derecho nacional se alude a un «referéndum pactado». Pues bien, por más que eso nos pudiera perjudicar en otros territorios, para nosotros el derecho de autodeterminación no depende del resto del Estado, obviamente. En los momentos decisivos las ambigüedades pueden ser letales. Y más cuando son calculadas de manera electoral, con la pretensión de cansar, dividir y que se vaya acabando el problema; que al final termine por no plantearse la cuestión de la independencia. No hay que olvidar que antes incluso metían la autodeterminación dentro del «derecho a decidir sobre todas las cosas», para diluirla.

Otro modo de negar el derecho de autodeterminación, o de utilizarlo como una «pose», es usar invocaciones izquierdistas, de clase obrera «internacional», que sabemos que, finalmente, tampoco se concretarán en nada a favor de la clase obrera. Solo dejan de ser ambiguos para denunciar a la izquierda independentista por «pactar con la burguesía». Como si la izquierda independentista no defendiera a los trabajadores, teniendo incluso a dirigentes «charnegos».

Nosotros no seremos ambiguos: apoyamos la aspiración de la izquierda independentista, y no la de Colau. La autodeterminación, la eventual independencia tienen legitimidad, tienen razón política e histórica. Y con respecto a lo social, no nos confundiremos con «las fuerzas del cambio», que no tienen ninguna pretensión de ir hacia el socialismo, sino que utilizarán demagógicamente lo social para negar lo nacional primero y luego, finalmente, también lo social.

¿Qué futuro le espera a la izquierda independentista en este proceso?

El riesgo para la izquierda independentista es verse atrapada en mitad de dos ambigüedades interesadas, que hagan una tijera. Por un lado, la ambigüedad de la burguesía catalana, que se ha visto en la Diada (aunque esta jornada haya sido histórica y expresado la voluntad legítima de un pueblo), que niega lo social y teme (sin exagerar) a las CUP. Y por otro lado, la ambigüedad de Colau, que quiere dividir el campo nacional, cuando luego tampoco hace nada en lo social en el fondo, ya que no se opone a la UE y el euro que está en la base de todos los recortes.

Este tema es clave para todos los pueblos del estado español y de toda Europa: no hay soberanía, ni alternativas políticas en el seno de la UE y del Euro. La bandera de anteponer las necesidades sociales, la reversión a manos públicas de las privatizaciones y la recuperación de los servicios y derechos arrebatados a cualquier objetivo de déficit o de pago de la Deuda es común y abre importantes espacios de coincidencia. Por cierto, esta reivindicación es absolutamente ignoradas por los «comunes» tan preocupados -dicen- por lo social.

Frente a tanta ambigüedad, Red Roja, en apoyo a nuestros aliados de la izquierda independentista, lo decimos claramente: ante el referéndum en Cataluña, no vamos a beber en las fuentes de la legalidad, sino de la legitimidad. Y el pueblo catalán es soberano para conquistar su independencia (sea legal o no según la legalidad del régimen de la transición que rechazamos por heredero del fascismo). Así pues, le deseamos mucho ánimo a los compañeros y compañeras de la izquierda independentista en este proceso.

Dos asuntos esenciales para concluir.

El primero es que, dicho con toda modestia y desde posiciones comunistas, consideramos que especialmente en Cataluña es preciso intensificar el trabajo para fortalecer la unidad de clase, más allá de la procedencia nacional (y especialmente con la clase obrera inmigrante) de forma que impidamos que posiciones de extrema derecha aniden y enfrenten a unos sectores de la clase contra otros.

El segundo se refiere a que, como venimos insistiendo, es preciso encontrar formas eficaces de lucha común entre los pueblos del Estado español contra la Monarquía y el régimen del 78, lo que pasa por levantar la voz contra la represión de los movimientos independentistas en Catalunya, Euskal Herria y Galicia.

Red Roja entiende que desde esa solidaridad internacionalista y en el combate compartido por la ruptura con el régimen del 78, la reivindicación de la AMNISTÍA Y LA LIBERTAD para todos los presos y presas condenados por luchar por la emancipación de la clase obrera y por los derechos nacionales de los pueblos, adquiere plena vigencia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.