En la madrugada del día 28 se anunciaba la detención de siete miembros de ASKAPENA, denominada por los medios como el «aparato internacional de ETA». Desde su tradicional desprecio a la presunción de inocencia especialmente respecto a todo lo relacionado con el ámbito vasco independentista, los medios de comunicación volvieron a convertirse en fieles portavoces […]
En la madrugada del día 28 se anunciaba la detención de siete miembros de ASKAPENA, denominada por los medios como el «aparato internacional de ETA». Desde su tradicional desprecio a la presunción de inocencia especialmente respecto a todo lo relacionado con el ámbito vasco independentista, los medios de comunicación volvieron a convertirse en fieles portavoces del Ministerio de Interior.
Un organismo social vasco con actividades abiertamente públicas y perfectamente conocidas en Euskal Herria, cuya labor desde hace más de 20 años es la solidaridad internacional y la difusión de la causa vasca en el exterior, está siendo tratado como antes lo fueron el área Internacional de Batasuna o el propio colectivo de deportados y exiliados. El ministro de Interior ha pretendido hoy, sin éxito, desligar esta operación de los evidentes avances en el reconocimiento internacional del conflicto en Euskal Herria y los innumerables apoyos internacionales al escenario de resolución planteado por la Izquierda Abertzale. Por su parte, el consejero de Interior del gobierno vascongado ha calificado a Askapena como «parte esencial del entramado de apoyo a ETA». Estas declaraciones nos ponen ante la incertidumbre de ¿hasta dónde pretenderán extender la etiqueta de «entramado de apoyo»?
Recordamos hoy aquella decisión del Tribunal Supremo, a principios del 2007, de tipificar a las organizaciones juveniles abertzales como organizaciones terroristas y no como asociaciones ilícitas, corrigiendo a la propia Audiencia Nacional. Entonces, a modo de denuncia, manifestamos que: » ha quedado claro que cualquier miembro de la Izquierda Abertzale será tratado directamente como terrorista».
Askapena es, y seguirá siendo, un colectivo internacionalista del ámbito de la solidaridad; una solidaridad de ida y vuelta, ya que, como se menciona en su propia definición » No podemos entender la liberación de nuestro pueblo, y tampoco la podemos llevar adelante, sin trabajar la solidaridad con los pueblos en lucha contra el imperialismo. Los pueblos necesitamos ayuda y ternura mutuas… Para poder avanzar en la lucha de liberación vasca, necesitamos la solidaridad de los pueblos y, del mismo modo, trabajar la solidaridad de nuestro pueblo hacia los que luchan contra el imperialismo».
A este colectivo que así se define, llaman terrorista. De ese terrorismo sin violencia y sin delitos al que el régimen borbónico teme más que a la propia ETA.
Entendemos que la estrategia represiva indiscriminada contra un pueblo y una de sus expresiones políticas más representativas, la izquierda independentista, no puede ser entendida sino como una obstrucción consciente en el camino del reconocimiento de todos los derechos civiles y políticos en ausencia de violencia en Euskal Herria por parte del Estado español. El partido gobernante en España, como ha ocurrido tantas veces en el pasado, parece querer aferrarse a una imagen y a actuaciones que puedan proporcionarle réditos electorales cuando más los necesita. Es el caso de un gobierno que, acosado por su fracaso de gestión que una vez más hace pagar a la clase trabajadora, y ante una perspectiva de hundimiento electoral, redescubre el filón de votos que la brutalidad represiva puede concederle fuera de Navarra y Vascongadas, donde sobrevive gracias a la Ley de Partidos. Desde aquí hasta las próximas elecciones, la carrera de la represión política y de la conculcación de derechos colectivos e individuales en Euskal Herria, va a convertirse en un pugilato entre el PSOE y el PP por los votos en el resto del Estado.
Desde Corriente Roja queremos expresar nuestra fraternal solidaridad con los activistas de Askapena detenidos, a la vez que exigimos un total respeto a su integridad física y moral por parte de sus secuestradores. Vaya también nuestra solidaridad con sus familias, amigos y compañeros de lucha.
Corriente Roja se adhiere a la convocatoria y llama a participar masivamente en la manifestación del sábado, 2 de Octubre, en Bilbo bajo el lema:
No a la prohibición de manifestaciones. Ninguna imposición, ninguna violencia.
Sí a los derechos humanos, civiles y políticos.