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Antecedentes y actualidad del Impuesto de las Grandes Fortunas del PSOE

Fuentes: Rebelión

Antecedentes En materia tributaria, el PSOE se ha caracterizado por ser el partido más de derechas de los tres que han gobernado en España (UCD, PSOE, PP), pese a su retórica progre. Los años de Zapatero sirvieron para conservar intocada la reforma de Rato del IRPF de 1998, tan duramente cuestionada cuando se hacía la […]

Antecedentes

En materia tributaria, el PSOE se ha caracterizado por ser el partido más de derechas de los tres que han gobernado en España (UCD, PSOE, PP), pese a su retórica progre. Los años de Zapatero sirvieron para conservar intocada la reforma de Rato del IRPF de 1998, tan duramente cuestionada cuando se hacía la correspondiente oposición, no se hicieron innovaciones en progresividad, se hizo una reforma de rebaja fiscal muy severa en 2006, se desactivó el Impuesto de Patrimonio en 2008, no se persiguió el fraude fiscal conservando bolsas de decenas de miles de millones, según los técnicos del Ministerio de Hacienda y sus organismos autónomos.

Cuando la burbuja reventó, se perdieron los ingresos públicos que provocaba y aparecieron nuevos gastos, se hicieron necesarios algunos retoques. Con la retórica de que el gasto de la crisis lo pagarían «los que más tienen» descubrimos a finales de 2009 que aquel déficit del 11,4% lo iban a sanear enfermando la salud social de los que menos tienen. La mayor parte del aumento de la recaudación para reducir el déficit procedía de la eliminación del donativo de 400 euros del IRPF (manteniéndola en el umbral de 12.000 euros, en el que difícilmente es operativa) y del aumento del IVA.

Hasta aquí el relato del primer episodio, en el que el gobierno neoliberal se obstina en no irritar a los millonarios, para ayudar a «sostener los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio», como reza la Constitución.

Después del mayo de 2012, fecha en la que Zapatero se quitó la careta con la que había intentado confundir, Joan Herrera le expresó claramente lo que una persona progresista puede pensar de lo que el presidente hizo aquel miércoles:

En fin, señor presidente -acabo-, la responsabilidad institucional le demanda a usted, y también a todos, más coraje, más sacrificios, pensando en el interés general y en el futuro de todos, pero no que los de siempre acaben pagando esta crisis y, qué quiere que le diga, usted hoy nos ha demostrado con su plan que es fuerte con los débiles pero débil con los fuertes.

En aquel debate, Joan Herrera espetó al presidente a adoptar medidas tributarias hacia los fuertes para reducir el déficit. En su respuesta el expresidente se manifestó como quien reconoce que, a la hora de disminuir el déficit, no se le había ocurrido que podían hacer uso de acciones de ingreso y hacia las rentas más altas.

En los días posteriores se habló de esa posibilidad. Los medios debatían cómo: recuperar el impuesto de Patrimonio, crear un impuesto nuevo de rentas altas.

El 25 de mayo de 2010 el entonces líder de la oposición y ahora presidente, procupado por la enorme desconfianza que crea en los mercados el anuncio de imposición sobre las rentas más altas, preguntó en Pleno al presidente. Esta fue la respuesta del entonces presidente y ahora avestruz, bien remunerado en el Consejo de Estado y como ex:

Señor Rajoy, ya conoce cuál es la posición del Gobierno. La expresé aquí, en sede parlamentaria, en el debate en el cual di a conocer el plan para anticipar la reducción del déficit. El Gobierno ese día pidió un esfuerzo colectivo a los ciudadanos para reducir los gastos del conjunto del Estado, que afecta de manera singular a los empleados públicos -es un programa de reducción de sus retribuciones duro-, que afecta a otros colectivos como el de los pensionistas para 2011, y en consecuencia entendemos que ese esfuerzo colectivo ha de ser lo más equitativo posible. Por ello en un diálogo parlamentario con uno de los portavoces de los grupos comuniqué que el Gobierno tenía el objetivo de pedir un esfuerzo a los ciudadanos que tienen una alta capacidad económica en nuestro país. Lo vamos a hacer, y ese va a ser el único esfuerzo impositivo que tenemos planificado. ¿Cuándo? En breves semanas. ¿Cómo? Ya lo conocerán. El Gobierno está evaluando dentro de las posibilidades de nuestro sistema fiscal una figura que cumpla los objetivos que acabo de explicarle, que aquellos ciudadanos que tienen una alta capacidad económica hagan un esfuerzo solidario en este periodo de crisis en que el conjunto de la ciudadanía tiene que hacerlo, y espero que ese esfuerzo que vamos a pedir a las personas con más capacidad económica en nuestro país cuente con su apoyo.

Tanto lo pensaron , que nunca lo materializaron. En los meses posteriores a aquel debate, se relanzó la cuestión por varios motivos: en otros países se estaban implantando impuestos de este tipo; algunos ricos americanos y franceses hacía su anhelo de contribuir más (aunque sea un disimulo por su parte, los millonarios españoles no han llegado a eso, no sea que alguien lo tome en serio); el candidato del partido que sostenía al gobierno también revelaba la intención de ejecutar medidas así, contrarias a lo que había hecho el Gobierno durante la legislatura.

En el Congreso, el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya Joan Ridao preguntó al presidente por este asunto, quien contestó presumiendo de haber trabajado por la progresividad más que nadie – ya no me asombran estos mensajes autohagiográficos de los presidentes después de haberlos escuchado en decenas de ocasiones.

No ha podido objetar todas las medidas que hemos aplicado en materia tributaria para fortalecer la equidad y la progresividad fiscal. Y le he dicho: ¿puede haber otras? Sí, podrá haber otras. ¿Tienen derecho el Partido Socialista y el candidato a incluirlas en su programa electoral? Sí, y además me encantaría que las pudiera debatir con usted lógicamente, y que fuera usted también el que pudiera desde aquí preguntarle a ese candidato en el futuro, después de las elecciones.

En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministro del 19 de agosto de 2011 le tocó el relevo a la vicepresidenta económica, esa empleada de Endesa:

Sobre la última afirmación debo decirle que me sorprende porque, como de todos es sabido, los técnicos del Ministerio de Hacienda nunca dicen en lo que trabajan. En todo caso, ya les anticipo que hoy lo que hemos visto de medidas de consolidación fiscal son las que les he explicado. Es verdad que en alguna ocasión he manifestado que, si hubiéramos sabido la profundidad de la crisis, no hubiéramos eliminado el Impuesto de Patrimonio en el año en el que lo eliminamos. Por supuesto que esa afirmación la sigo diciendo pero, en todo caso, está eliminado desde esa fecha. Como saben, además, afectaba, fundamentalmente, a las clases medias y eso lo convertía, en todo caso, en un impuesto que no servía para los fines para los que inicialmente se había diseñado.

Humo. Ese mismo día aprobaba una rebaja del IVA para que banqueros y promotores vendan más fácilmente las viviendas que una sociedad española sin salarios o con salarios devaluados no puede adquirir.

Sin embargo, el glorioso candidato obtuvo una recuperación del Impuesto de Patrimonio, que el Gobierno en el que había participado había eliminado, por plazo perentorio de dos años, 2011 y 2012. Con esa medida temporal durante la campaña electoral, el candidato tal vez creía que rectificaba una extendida imagen de socialismo hipócrita.

Actualidad

A estas alturas, después de tanto viaje desde la simulación progre en la oposición hasta la acción regresiva en los periodos de gobierno, el PSOE ha perdido un poco la noción de sistema tributario progresivo. Se demuestra con la valoración que hizo del recargo especial en el IRPF que hizo el 30 de diciembre de 2011 el nuevo Gobierno. En lugar de reprochar que sea una medida temporal y débil con determinadas manifestaciones de la capacidad económica, se centraron en criticar que esa medida no estaba en el programa con el que habían ganado las elecciones los (im)populares.

Por este motivo la proposición no de ley de esta partido instando al Gobierno a crear un impuesto sobre las Grandes Rentas tiene la credibilidad que merece un partido con una esquizofrenia muy evidente entre sus periodos de captar votos y sus periodos de servir a sus amos, sólo tiene ideas socialistas de medio pelo cuando no tienen poder y cuando tienen poder su mente es abducida por las Grandes Fortunas a las que nunca gravarán como es debido porque son quienes les pagan su vida acomodada. Además, es ridículo que el riesgo social que provoca para la cohesión la progresiva erosión de la progresividad y suficiencia fiscal se pretenda enmendar con un impuesto que, según las cuantificaciones que hacía el candidato de la gran derrota, recaudaría un par de miles de millones, cuando el agujero que han dejado las reformas y la debilidad de la persecución del fraude es de varias decenas de miles de millones.

Es indignante ver cómo en la oposición patrimonializan unas ideas de la socialdemocracia que traicionan con enorme dolo cada vez que llegan a la Moncloa, como decía Malatesta: «Debes saber que desde que el socialismo se ha hecho poderoso y los burgueses, o sea, los señores, han principiado a tener miedo seriamente, están intentando todos los medios para cambiar la marcha de la tempestad y engañar al pueblo. Todos han dicho que eran socialistas, hasta los emperadores… y dejo a tu consideración qué clase de socialismo se habrán inventado. Del seno de nuestros propios compañeros han salido, desgraciadamente, traidores que, atraídos por la importancia que los burgueses les daban para atraérselos y por las ventajas que podían obtener; abandonando la causa revolucionaria, se han puesto a predicar las «vías legales», las elecciones, la alianza con los partidos que dicen ser afines, y de esta manera hánse procurado un puesto en la burguesía y tratan de locos o peor a todos aquellos que querernos hacer la revolución; pero entretanto… quieren que los nombren diputados». Ahora que el socialismo no es tan poderoso la palabra socialista ha quedado dolorosamente corrompida.

Samuel García Arencibia, autor del blog sagara1977.wordpress.com