La familia del camarógrafo español José Couso, asesinado por tropas de Estados Unidos en Iraq el 8 de abril de 2003, anunció hoy que recurrirá un fallo de la Audiencia Nacional que archiva el caso. Couso fue asesinado con conocimiento de causa junto al también camarógrafo ucraniano Taras Protsyuk por la dotación de un tanque […]
La familia del camarógrafo español José Couso, asesinado por tropas de Estados Unidos en Iraq el 8 de abril de 2003, anunció hoy que recurrirá un fallo de la Audiencia Nacional que archiva el caso.
Couso fue asesinado con conocimiento de causa junto al también camarógrafo ucraniano Taras Protsyuk por la dotación de un tanque que disparó contra la ventana del hotel Palestina desde donde filmaban la sangrienta invasión militar en Bagdad.
Después de casi tres años de duro batallar para que los asesinos sean juzgados, e incluso lograr una orden de captura de los tres militares estadounidenses autores del crimen, la Audiencia Nacional toma esa insólita decisión.
Javier, uno de los hermanos de José, anunció que la familia recurrirá inmediatamente el fallo que ha causado indignación entre ellos y una gran parte del pueblo español que en 90 por ciento rechazó la participación del país en aquella guerra fratricida.
Pilar Hermoso, que ejerce la acusación en nombre de la madre de Couso, denunció que la Audiencia demuestra que «está sometida a la voluntad de la Administración Bush», y calificó su actuación de «lamentable».
El auto dictado por la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia deja sin efecto el anterior del juez Santiago Pedraz en el que ordenaba la busca, captura y detención a los efectos de extradición de los militares norteamericanos.
Estos están bien identificados y son el sargento Thomas Gibson, capitán Philip Wolford y teniente coronel Philip de Camp, que se encontraban en el tanque que disparó contra el hotel Palestina.
Frente al argumento de la Audiencia de que se trató de «un acto de guerra contra un enemigo aparente erróneamente identificado», Javier, el hermano de Couso, aclaró que, por el contrario, fue un claro crimen de guerra que merece severa sanción.