El Partido Popular presentó el pasado 15 de abril una Proposición no de Ley en el Congreso de los Diputados por la que se instaba al Gobierno «a apoyar la organización del Foro de la disidencia a celebrar en Cuba el 20 de mayo». Se trata de un foro que ha sido cuestionado abiertamente por […]
El Partido Popular presentó el pasado 15 de abril una Proposición no de Ley en el Congreso de los Diputados por la que se instaba al Gobierno «a apoyar la organización del Foro de la disidencia a celebrar en Cuba el 20 de mayo». Se trata de un foro que ha sido cuestionado abiertamente por sectores significativos de la disidencia interna cubana y que está financiado desde Miami por organizaciones anticastristas que tiene como objetivo derrocar al gobierno cubano.
El PP pedía que se facilitara el «envío de una representación española que incluya parlamentarios, periodistas, representantes de la sociedad civil y de todas las personas que, a título individual o colectivo, deseen asistir». Argumentaban en su exposición de motivos que España debía de estar «del lado de los que propugnan la liquidación de la tiranía por vías pacíficas y legales». En la defensa de esta proposición, el diputado Jorge Moragas afirmaba que este encuentro es un paso hacia el objetivo de «una transición pacífica a la democracia» en Cuba y calificó a los anticastristas que están organizando este encuentro de «quijotes del Caribe», «que se juegan la vida por comenzar a trabajar pacíficamente por una transición a la democracia». Visto de este modo, no estaríamos más que ante un nuevo movimiento de la derecha española, tan «preocupada» por llevar la democracia a los países que previamente le ha seleccionado Estados Unidos.
Sin embargo, es necesario que la sociedad española conozca algunos detalles de ese encuentro anticastrista y quiénes les apoyan y financian. Entre ellos se encuentran varios grupos de Miami, concretamente Alpha 66 y Comandos F-4. Se trata de grupos armados que han reconocido atentar contra objetivos civiles cubanos en lo que ellos llaman su lucha por la democracia para Cuba. Todos ellos han enviado sus comunicados de apoyo al encuentro en La Habana y han declarado su adhesión en los medios de comunicación de Miami.
Sus proyectos violentos contra Cuba no son meras acusaciones del gobierno cubano. El vicesecretario general de Alfa 66 declaró recientemente en una televisión de Florida sus intenciones al preguntarle el entrevistador si una transición para Cuba similar a la española era viable: «en España hubo una guerra civil con un millón de muertos y después llegó la transición. En Cuba va a suceder a la inversa, no va a haber otra cosa que no sea una guerra civil». Afirmó que «habrá ríos de sangre» y que «esa lucha la llevará el exilio». A continuación confirmó su «más amplia y fraterna solidaridad, a lo que su organización considera una feliz iniciativa», en referencia al encuentro anticastrista en La Habana.
Estas organizaciones ya insertaron un anuncio pagado en la prensa de Miami afirmando que consideraban «moralmente válido el uso de cuanto método sea posible» y «para nosotros transición pacífica es un simple eufemismo por criminal traición al pueblo de Cuba», «la única opción verdadera para alcanzar la libertad no es otra que la insurrección armada y la rebelión popular». Preguntados por el presentador del canal 41 de televisión de Miami sobre los límites para sus métodos de combatir la revolución cubana afirmaron que «hay que buscar el camino más corto. Nos referimos a cualquier método, incluido modificar la salud de Fidel Castro». En ese mismo programa, el autodenominado comandante de los Comandos F-4, Rodolfo Frometa, dijo que él iría a Cuba el 20 de mayo sin tener que pedir permiso a Castro «con un fusil en la mano» y que se acercan «las condiciones para su intervención armada». También otro líder de Alpha 66 reconocía que tenían «un campamento en el que nos estamos entrenando para ese momento decisivo». A continuación afirmó, al igual que hiciera el diputado Moragas en el Congreso español: «Yo saludo y apoyo la Asamblea para promover la Sociedad Civil en Cuba» .
Es importante hacer público que son estas las organizaciones con las que coincide el Partido Popular en su apoyo, las que afirmaron en ese programa de televisión de Miami que «era el momento de que las organizaciones beligerantes que quieran destruir al comunismo respondieran a la invitación que les estaban haciendo de ir al 20 de mayo». Sus comunicados y saludos se encuentran expuestos en la página web oficial del encuentro anticastrista.
Las acciones violentas contra objetivos civiles cubanos no son invento de Fidel Castro. El anticastrismo radical reconoció haber estado detrás de la colocación de varias bombas en centros turísticos en La Habana en 1997, que provocaron la muerte de un turista italiano o la explosión en 1976 de un avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo en el que murieron sus 73 pasajeros, todos civiles.
Quienes organizan la reunión de La Habana son disidentes y no terroristas, como la economista Beatriz Roque. Pero están financiados y apoyados por terroristas. Por eso desde los sectores moderados de la oposición al gobierno cubano, e incluso los familiares de muchos presos, han hecho público su rechazo al encuentro. Sin embargo, el Partido Popular, ese mismo que se considera víctima de la violencia y el terrorismo en España, apoya a grupos que utilizan los mismos métodos en Cuba y se permite pedir el apoyo del Parlamento español.
No podemos prever cómo reaccionará el gobierno cubano ante esta reunión, que ha sido convocada y preparada públicamente con semejantes apoyos con la intención de provocar una reacción que obstaculice la normalización de las relaciones diplomáticas con la Unión Europea. Si el diputado Jorge Moragas o cualquier otro representante español intenta incorporarse a ese tipo de convocatorias desestabilizadoras, apoyada desde Miami por terroristas ha de saber que, tal y como le dijimos todos los grupos en el Parlamento español, ni tendrá el apoyo de la sociedad española ni estará colaborando en ninguna transición democrática en Cuba.
Por el contrario, estará defendiendo unos intereses que nada tienen que ver con los derechos humanos y si mucho con una lógica cuya expresión más descarnada está en Guantánamo.
Isaura Navarro es diputada por Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados