A los grandes medios les encanta hablar de libertad de expresión, aunque esa libertad sea para repetir el mensaje de una minoría poderosa, para repetirlo tantas veces que al final la mayoría acaba por tomar como suya la ideología del periódico de turno. Pero habría que decir que la libertad -desde el punto de vista […]
A los grandes medios les encanta hablar de libertad de expresión, aunque esa libertad sea para repetir el mensaje de una minoría poderosa, para repetirlo tantas veces que al final la mayoría acaba por tomar como suya la ideología del periódico de turno. Pero habría que decir que la libertad -desde el punto de vista mediático- se empieza a ejercer cuando aprendemos a leer los periódicos.
Veamos, por ejemplo con Argentina, cómo el periodismo español refleja su ideología colonialista. Si revisamos la hemeroteca de hace unos meses comprobaremos los intentos de la gran prensa española por castigar y despreciar la imagen de Cristina Fernández. Sólo se publicaban noticias favorables para sus rivales políticos, más dóciles con las multinacionales españolas (dueñas de la publicidad de los periódicos españoles) que pretenden forrarse sin reparos en Latinoamérica. Pero, qué coincidencia, se publican unos sondeos que aseguran la victoria arrolladora de la continuadora de Néstor Kirchner y esos mismos medios ahora alaban a la nueva presidenta.
Y hace unos días, los medios españoles destacaron las penas de prisión dictadas por un tribunal de Buenos Aires contra Alfredo Astiz y otros criminales de la dictadura argentina. Son los mismos periódicos que dicen que la llamada Transición española fue modélica (en España no se ha juzgado a ningún torturador, ni siquiera se les ha separado del cuerpo policial) y que ningunean a las familias que tratan de recuperar la memoria de las víctimas del franquismo.
Fuente: http://www.
Nota del autor: recomiendo al lector que siga con equidistancia la salvaje campaña que ha emprendido el grupo Prisa contra el presidente de Ecuador. De entrada, el grupo periodístico trata de convencernos de que un medio privado -empresa privada con intereses privados- tiene más derechos o argumentos morales que un gobierno que represente a la mayoría de ciudadanos de un país. Si quiere tirar del hilo, persiga los intereses privados de la empresa periodística española y de sus anunciantes en ese país.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.