«Negros del continente, al Nuevo Mundo // habéis dado la sal que le faltaba: // sin negros no respiran los tambores // y sin negros no suenan las guitarras.» («Bailando con los negros», del libro «Canción de gesta», de Pablo Neruda.) El negocio carcelario en EEUU se alimenta sobre todo de la población negra y […]
«Negros del continente, al Nuevo Mundo // habéis dado la sal que le faltaba: // sin negros no respiran los tambores // y sin negros no suenan las guitarras.»
(«Bailando con los negros», del libro «Canción de gesta», de Pablo Neruda.)
El negocio carcelario en EEUU se alimenta sobre todo de la población negra y latina. Es negocio empresarial del capitalismo, negocio de la minoría privatizadora. Si antes el negocio era la captura de africanos y africanas para llevarlos a vender, hoy los capturan en EEUU para que el régimen estadounidense pague con dinero del Estado a los empresarios carceleros por cada afroamericano o latino que los cuerpos de policía capturan. Después los negros y las negras apresadas tendrán que trabajar, trabajan, en prisión como esclavos para empresas capitalistas que se llevan el fruto de su labor. Recuerda tanto a lo que hacía el franquismo, la dictadura en España, con los presos políticos republicanos.
El objetivo con la represión permanente sobre la población negra es aislarla y doblegarla. Los blancos racistas controlan el aparato del régimen estadounidense, y uno de sus numerosos brazos desde los años 70 del siglo XX es el FBI, centro de control y terrorismo sobre la población negra. El objetivo prioritario de aquel entonces fue Martín Luther King, seguido por «miles de activistas de los derechos civiles menos prominentes.» Todo esto aparece en el «Informe del Comité Church, del Comité Selecto del Senado para el Estudio de las Operaciones Gubernamentales, y por el Subcomité de Inteligencia Interior», que se empleaban «contra los derechos civiles y humanos de todo tipo de activistas políticos y, de manera muy particular, de los de raza negra.»
Así se forjó la persecución de las personas afroamericanas cuanto Assata Shakur había decidido integrarse en las Panteras Negras. Hasta entonces debió hacer el camino creciente del conocimiento, partiendo de la ignorancia causada por el dominio racista sobre el conjunto social.
En su biografía descubre el trato diario dado por los blancos desde la escuela primaria a los Negros, y la asimilación de éstos. En ello tiene un gran peso la explicación histórica como un engaño de grandes dimensiones. En la adolescencia comienza la desmitificación de personajes como Elvis Presley, que declaraba «que lo único que una persona negra podía hacer por él era comprar sus discos y lustrarle los zapatos». Después, Assata supo que Elvis se había ofrecido como chivato al FBI. Su conocimiento de la historia de EEUU se fue haciendo más profundo hasta llegar a saber que quienes arrancaban cabelleras eran los blancos y no los indios nativos, eso por un lado, y por otro cómo EEUU era el invasor de todo América del Sur, de Oriente, de Corea, de Vietnam.
Su propia vida, el contraste de ideas y el estudio fue haciendo de ella una persona crítica y combativa, capaz de denunciar todo lo que contribuye al mantenimiento del régimen. El conocimiento de la realidad y la no aceptación de la opresión le hacía saber que hay 50 Negros asesinados por la policía por cada policía muerto. También sabía que el 90% de los presos en EEUU son Negros y del Tercer Mundo. «Nos llaman ladrones, pero no somos nosotros quienes timamos miles de millones de dólares cada año por medio de la evasión fiscal, el arreglo ilegal de precios, el desfalco y el fraude a los consumidores, o con sobornos, engaños y el pago de comisiones».
Assata alza la voz para decir que «son necesarias declaraciones positivas sobre nosotros mismos, es preciso hacer ver el deseo de ser libros. La creación del Ejército de Liberación Negro es fruto de las condiciones sociales, del deseo de liberación.
Recuerda Assata que en sus primeros contactos debió aprender desde lo más elemental en Historia, en política del momento, hasta recalar en las enseñanzas del colegio: «En el colegio nos enseñaban que los comunistas trabajaban en minas de sal, que no eran libres, … Los Africanos se desternillaban de risa, sabían que no tenía ni zorra de lo que era el comunismo y sin embargo estaba radicalmente en contra. Igual que cuando eres pequeño y crees en el coco. No tienes ni idea de quién es pero lo odias y te da miedo …
Nos enseñan desde pequeños a estar en contra de los comunistas, sin embargo la mayor parte de nosotros no sabemos ni qué es el comunismo. Sólo un idiota deja que los demás le digan quién es su enemigo».
Fue aprendiendo, fue cambiando, fue tomando conciencia sobre la sociedad en la que vivía, y así nos explica la elección de su nombre: «Los nombres de mujer no tenían nada que ver con los de hombre, que significaban cosas como «fuerte, guerrero, hombre de hierro, valiente», etc. Yo quería un nombre que tuviera algo que ver con la liberación de nuestra gente. Me decidí por Assata Olugaba Shakur. Assata significa «la que lucha», Olugaba significa «Amor para el pueblo», y tomé el apellido Shakur por respeto a Zayd y a su familia. Shakur significa «la agradecida».
Assata fue perseguida, herida de muerte por la policía, encarcelada, torturada, juzgada y, finalmente, declarada inocente. Al ver que la persecución racista no cesaba, optó por el exilio en Cuba. Desde allí escribe de la importancia de la conciencia nacional con esencia internacionalista, pues cualquier comunidad interesada por su propia libertad debe interesarse por la libertad del resto. La victoria de cualquier pueblo es la victoria de los oprimidos. «El imperialismo es un sistema de explotación internacional y nosotros, como revolucionarios, debemos ser internacionalistas para derrotarlo».
Assata Olugaba Shakur ahora vive en Cuba, donde comprueba los logros de la revolución en medicina, enseñanza, alquileres, cultura, economía, todo en manos de un pueblo que se defiende.
Cuando pregunta si hay racismo le contestan que «el racismo es ilegal en Cuba», y tras hacer las comprobaciones pertinentes sostiene que «el gobierno cubano está comprometido con la eliminación de toda forma de racismo. No existen instituciones, estructuras u organizaciones racistas, … el sistema económico cubano socavaba el racismo, en lugar de contribuir a reproducirlo». «Fidel, en un discurso, le había dicho a la gente:
– Todos somos Afro-Cubanos, de los más paliduchos a los más morenos».
Assata Shakur, Mujer, Negra y Revolucionaria, un ejemplo del que aprender.
Título: Assata Shakur. Una autobiografía.
Prefacio de Ángela Davis.
Traducción: Ethel Odriozola y Carmen Valle.
Editorial: Capitán Swing.
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